La esquiadora Pilar Rivarés impartió ayer en la Asociación Juan de Lanuza una conferencia en la que trató sobre “Mujer, deporte y discapacidad”.
Pilar es natural de Huesca y empezó a esquiar a los 13 años. A los 15, participó por primera vez en los Campeonatos de España. En 1994 entró a formar parte del equipo nacional de esquí. Su categoría es lw2. Es maestra de educación física y, en la actualidad, estudia Ciencia de la Actividad Física y el Deporte.
Esta esquiadora discapacitada informó a través de sus palabras y una serie de videos sobre la amplia variedad de deportes que pueden practicar las personas discapacitadas en la montaña. En concreto, se refirió a la labor que realiza con la empresa que creó con su marido, Handixtreme, con la que tienen una Escuela de Esquí Adaptado y Guías de Montaña en Cerler y, durante el verano, trabajan la escalada de barrancos con grupos de discapacitados y no discapacitados.
Rivarés lleva más de 20 años practicando un deporte que le han proporcionado muchos éxitos a nivel nacional e internacional y, aunque, observa que es menor el número de mujeres que se interesan, insiste en que el esquí adaptado “no tiene otras dificultades”. Al principio, recordó, era más complicado encontrar a personas discapacitadas que esquiaran, lo mismo que conseguir material adecuado para practicarlo. “Una vez que lo tienes, es sencillo. Hoy en día, cualquier persona con discapacidad que lo pruebe, seguro que repite”.
Ahora, una persona discapacitada gracias a unas sillas y a distintos accesorios puede acceder a los placeres del deslizamiento y del esquí alpino o de travesía de forma totalmente autónoma, tanto de pie como sentado. Así una posibilidad es el “tandemski”, para personas con grandes discapacidades, incluso sin ninguna autonomía que le permita hasta coger un telesilla. Lo más novedoso es el “kartski”, para esquiar de forma autónoma, pudiendo utilizar los brazos y controlar los esquís gracias a dos bastones.
Aunque las actividades para discapacitados requieren mayor inversión, en infraestructuras y materiales, desde su empresa ofrecen clases adaptadas a los clientes y, lo más importante, sin ningún incremento del coste normal.
El esquí le ha reportado “muchas cosas” a Rivarés y, aunque ahora está más apartada para ejercer de madre, “se ha convertido en mi forma de vida” y le ha permitido disfrutar de las actividades al aire libre. “Siempre me ha gustado estar en contacto con la naturaleza”, añadió.
Fuente Diario del Alto Aragon
Nota del autor.
La verdad, y en mi opinión, estoy totalmente de acuerdo con ella, el esquí nos reporta esa sensación de libertad tan necesaria para el ser humano, y más importante cuando alguna discapacidad parece que nos la resta, es ahí cuando, quizás, más necesitemos de ella.