Tengo la sensación de que hay cosas en el esquí que se repiten como mantras, se dicen sin pensar mucho en su significado y simplemente por pura imitación. Los hay clásicos: "hay que llevar el peso alante!!" que profiere a grito pelao un experto a su amigo que aprende. Los hay modernos: "para la nieve de la península no hace falta más de 90 de patín". Los hay 100tifikos: "los esquís anchos te machacan las rodillas" (del que hablaré proximamente). Pero el que me ocupa hoy es uno de los más escuchados en tiendas y manuales de vestimenta para la nieve: "Hay que llevar 3 capas para esquiar, la primera que transpire, la segunda que caliente y la de fuera que proteja".
Podría preguntarle a la gente que afirma esto si alguna vez han llevado 3 capas en las piernas mientras esquían y quedarme tan ancho, pero vamos a intentar darle un poco de ciencia al asunto y analizar las funciones que cumple la ropa de esquí.
Efectivamente, hay 3 funciones básicas que tiene que cumplir el conjunto de la ropa de esquí, ya llevemos 1, 3 o 17 capas.
1 Permitir la transpiración
Cualquier ejercicio físico aumenta nuestra temperatura aunque lo hagamos en entornos fríos. El principal mecanismo del cuerpo para regular la temperatura es el sudor. La piel se cubre de una película de agua, que al estar a menos temperatura y ser un buen conductor nos permite cederle calor rápidamente y así mantener a raya nuestra temperatura.
Si en contacto con la piel tenemos una capa de ropa con propiedades hidrófobas, el agua "querrá escapar" de su superficie y evaporarse más fácilmente. Por contra si tenemos ropa que atrape el agua entre sus fibras (como el algodón) nos va a costar mucha energía conseguir evaporar toda esa agua que hemos sudado, ergo vamos a perder más calor y probablemente nos quedemos helados al bajar demasiado nuestra temperatura.
Las capas interiores son muy importantes para cumplir esta función al estar en contacto directo con la piel pero no son las únicas. Las capas intermedias y externas tienen que permitir la transpiración de la misma manera. Si llevamos una capa externa de un material no poroso, vamos a tener condensación de gotas de agua en el interior de nuestra vestimenta.
2 Atrapar aire caliente
Si bien deciamos que el agua es buena conductora, el aire no lo es tanto, pero sigue dándonos problemas. Alrededor de nuestro cuerpo tenemos constantemente una burbuja de aire caliente (que calentamos nosotros). Mientras tenemos este aire caliente cerca, perdemos poco calor, sin embargo, si reemplazamos este aire caliente por aire frío (por acción del viento) la diferencia de temperatura será más elevada y por tanto la transferencia de calor será mayor.
Las capas intermedias suelen darnos sensación de calidez porque ayudan a atrapar este aire caliente entre sus fibras. Sin embargo, sin una membrana exterior que nos proteja del viento, esta burbuja no nos va a durar ni un segundo en cuanto empecemos a esquiar a un mínimo de velocidad. No hace falta viento real, si nosotros nos movemos a 40km/h, estamos expuestos a un viento relativo de 40km/h.
3 Impermeabilizarnos
Volvemos con el agua. Previamente hablabamos de cómo hay que facilitar que el vapor vaya hacia fuera y no se condense en la capa externa, o se almacene en capas interiores. Si al estar en entornos de lluvia o nieve permitimos que entre líquido de fuera hacia dentro, no habremos conseguido nada. Por lo tanto necesitamos una capa externa que nos aisle de la humedad exterior.
Y entonces, ¿qué me pongo?
Ahora que ya tenemos claro las funciones que tiene que cumplir la ropa de esquí, ¿cuántas capas necesitamos? Pues depende de las condiciones en las que vayamos a esquiar. Como ya comenté antes, seguro que muchos esquiáis a menudo con pantalón de esquí y nada más en las piernas. Esta prenda de ropa cumple las 3 funciones ella sóla. También es cierto, que las piernas necesitan en general menos aislamiento ya que a diferencia del tronco (que tiene todos los organos vitales) las piernas pierden menos temperatura, y en general se tiene menos sensación de frío.
Para la parte superior del cuerpo también podríamos llevar solo una capa, ya que las chaquetas, gracias a las membranas técnicas diseñadas para ello, pueden cumplir las 3 funciones perfectamente. Sin embargo no tiene interiores que resulten cálidos al contacto con la piel, porque apenas atrapan aire, y si lo hacen, es dentro del forro y presentan una tela de tacto frío al interior. Esto que podría parecer una obviedad es muchas veces la razón por la que necesitamos alguna otra capa interior.
A la hora de escoger capas interiores, la más importante es la que está directamente en contacto con el cuerpo. Las fibras sintéticas como el elastán, polyester o poliamida son hidrófobas, y por tanto ideales para estas prendas. La lana merino, que no es más que lana de ovejas merinas (las de las churras y las merinas) comparte propiedades con estas fibras y además es muy resistente al mal olor. Los calcetines son parte de las capas interiores, y tienen que cumplir funciones similares, por lo que nuevamente hay que evitar el algodón y prescindir de calcetines gruesos, que puedan provocar arrugas dentro de las botas.
Las capas intermedias en general son las menos importantes. Personalmente en primavera muchas veces prescindo de ella y paso de la camiseta interior a la chaqueta. Mientras evitemos el algodón estaremos seguros.
En la capa más externa tenemos las prendas más importante y donde el marketing tecnológico se hace más fuerte. Las propiedades de las membranas que se usan para este tipo de prendas se ensalzan y se nos venden como super tecnológicas, cuando su funcionalidad es análoga a la de un colador. Se trata de materiales porosos con agujeros suficientemente grandes como para que salgan las moléculas de vapor de agua y a la vez suficientemente pequeñas para que no entren las gotas de agua que se forman sobre la superficie de la membrana.
Estas prendas exteriores pueden tener solo la membrana y una tela de soporte, lo que las hace muy ligeras y tenemos otras prendas de más peso, con forros interiores aislantes que ayudan con la función de atrapar aire caliente. Usar un tipo u otro es cuestión de gustos, hay que gente que prefiere ligereza y usar varias capas debajo y los hay que preferímos algo un poco más gordo, para no necesitar demasiadas capas intermedias.
En el próximo artículo explicaré qué son las famosas columnas de agua y de transpiración que nos encontramos en la ropa (10K, 20K etc), cómo se miden y si tienen realmente importancia a la hora de escoger la ropa. Si no os aguantáis, podéis echarle un ojo al vídeo en el que explico todo, que me quedaba demasiado largo para un sólo post.