Hola queridos lectores, aquí estamos de nuevo. Quitándonos la sal del agua y la arena de la playa, echando de menos nuestra querida nieve, ese precioso elemento que tantas satisfacciones nos da.
Hoy os traigo un tema que suele causar controversia. Y es normal. A todos nos gusta mucho esquiar y ponemos mucha ilusión y empeño para hacerlo. Normalmente intentamos comprar buen material, incluso intentamos que sea “el mejor” y eso, a veces, nos puede llegar a perjudicar un poco.
Es difícil valorar cuál es “el mejor”, pero lo importante no es qué material lo es, sino cuál es el mejor para nosotros. Ahí está la clave. Para nosotros. Para mí, para ti que tienes tanta ilusión como yo, para tu chica o tu chico, para tus hijos, para el amigo que empieza. Todos, absolutamente todos, podemos encontrar el material que mejor se adapta a nuestras necesidades. Solo tenemos que buscarlo y elegir los parámetros adecuados. Creo que, sintetizando mucho, los parámetros adecuados serían:
- ¿Para quién?
- ¿Para qué? Y dentro de para qué habría muchas variables. Otro día profundizaremos en eso.
En mi opinión, muchos esquiadores pecamos de optimistas y es fácil ver en las pistas a gente con material que no se corresponde a su nivel. Es relativamente sencillo comprar esquís tope de gama y no te piden un carné de buen esquiador para llevarlos. Incluso es relativamente sencillo acceder a los “esquís de taller”. Lo que sería un esquí de competición “de verdad”. ( Ojo, que luego están los esquís de competición de máximo nivel, que son otra historia, esos son más difíciles de conseguir, aunque no imposible ).
Por mi experiencia creo que un esquí de este tipo te puede proporcionar algunas satisfacciones pero a costa de unos requerimientos que no todo el mundo conoce o no ha pensado en ellos en profundidad. Parece evidente que necesitaríamos una buena técnica, una buena condición física y una pista adecuada. Estas cosas no siempre se piensan a la hora de comprar el material que necesitamos.
Para que podamos tener mejor información a la hora de comprar nuestros próximos esquís, he pedido a cuatro expertos que me den su opinión a cerca de los esquís de taller para un uso normal y por parte de esquiadores normales y corrientes. Esto es, esquiadores habituales con buena técnica pero sin poder considerarse “expertos”. Podría englobar al grueso de los esquiadores que andamos por aquí. También incluso los que en algún momento han hecho competición pero que la edad y la falta de forma han convertido en esquiadores “habituales”, por no usar la palabra “turista”, que a algunos no les gusta. ( A mí sí ).
Estos expertos son conocidos por todos vosotros y, en mi opinión, son cuatro de las mejores opiniones técnicas que tenemos en Nevasport. Afortunadamente tenemos más y también muy cualificadas, pero estas cuatro opiniones creo que nos van a venir muy bien a todos:
- Robert Puente. (Enpistas.com). (Nevasport). (Libros).
- Sam Suárez. (Winter is coming).
- Aitor Ortiz de Mendibil. (SAFE)
- Carlos Guerrero Castillo (Carolo). (Esquiar con los pies) (El rincón de Carolo).
Robert Puente.
Robert es uno de los esquiadores más mediáticos que hemos tenido en España. Conocido por todos vosotros por sus programas de televisión, por su blog en Nevasport, por su página Web con buenísima información, por sus libros, artículos e intervenciones de todo tipo. Para mí Robert destaca por haber sido Campeón de España de baches, por haber competido en “freeride” y en Kilómetro Lanzado y, sobre todo, por su calidad como docente del esquí.
El artículo que hoy nos ocupa, de hecho, se me ocurrió un día esquiando con él. Resulta que yo llevaba mis flamantes esquís de GS, con los cantos recién hechos, las suelas perfectamente enceradas, casi nuevos, y nos disponemos a bajar una pista dura a primera hora de la mañana, con cierta pendiente y que invitaba a tomar precauciones… Robert desapareció ante mis ojos con una facilidad y unos giros envidiables, perfectos, limpios, suaves, sencillos… Cuando llegué a donde me estaba esperando le pregunté: -“¿Qué esquís llevas? ¡Van como tiros!”. Y la realidad me sacudió en toda la cara con su crudeza más terrible: -“¿Estos?. Son de alquiler, los más básicos que tienen, de 15 euros. Son geniales para todo. A no ser que quieras competir, claro…”. Y volvió a desaparecer con sus giros ideales, dejando mi ego por debajo de las relucientes suelas de mis perfectos esquís tope de gama de GS.
Esa es la cruda realidad señores. Un esquí de hoy de gama media-alta es un esquí diseñado para que los esquiadores podamos disfrutar de unas prestaciones altísimas a las que solo podrán llegar unos esquiadores MUY buenos. Hablamos de gama media-alta. Si nos vamos a esquís “tope de gama” las prestaciones se multiplican, pero también se necesita una mejor calidad del esquiador. Y si nos vamos a un esquí de taller las exigencias de nivel están por encima de la inmensa mayoría de esquiadores.
Pues para escribir este artículo me puse en contacto con Robert, que es un tío que no para. Y al día siguiente me llamó desde Alemania. “-¿Qué pasa Urzaiz?”. Y me contó lo que os voy a contar a continuación:
-Mira Urzaiz, es muy fácil ¿Qué coche tiene tu madre?
-Una berlina de gama media alta.
-¿Muy potente?
-De sobra.
¿Qué tal lo lleva?
-Bien. Muy bien. Hace muchas décadas que conduce, muy segura. Sin problemas, viaja mucho y siempre con solvencia. Digamos que muy satisfecha con su coche y con su conducción.
-Muy bien. ¿Qué pasaría si le das un Ferrari?
-Pues que iría de culo, supongo. Es posible que no lo pudiera conducir.
-¿Pero no me dices que conduce bien?
-Sí, pero su coche. Un coche normal y corriente.
-¿Y si le das un coche de competición de Rally?
-Pues no lo puede conducir. Seguro.
-Pues eso es Urzaiz. Ahí está la clave. Con el esquí ocurre lo mismo.
Un esquí de taller te pide una fuerza y una técnica para doblarlo que no todo el mundo le puede dar. Además, te exige una buenas piernas para llevarlo de canto a canto, para frenarlo… Se necesita una capacidad técnica y física, también se necesita una pista adecuada. Estos esquís van a rendir bien con nieve muy dura, incluso inyectada y todavía mejor con buena pendiente. Por lo tanto, el que no lo vaya a usar en esas condiciones está perdiendo prestaciones, pero no solo eso, sino que el esquí le va a pedir condiciones al esquiador y si no las tiene no lo va a poder llevar, por lo menos no le va a poder sacar rendimiento.
Esquiar un esquí que está por encima de tus posibilidades (sean técnicas, físicas o incluso psicológicas) te va a perjudicar más que ayudar: no vas a poder pisarlo bien, vas a salir con problemas de la curva con lo cual vas a entrar a la siguiente con mala posición, estarás poniendo en peligro tus articulaciones y sobrecargando tu musculatura, incluso te puedes estar jugando una lesión...
¿Para qué complicarse la vida? La mayoría de nosotros esquiamos (aunque estemos trabajando a veces) por placer, y lo lógico es llevar un esquí al que podamos dominar, no que nos domine él a nosotros. Un esquí de gama alta está diseñado para dar unas prestaciones por encima de casi todos los esquiadores, incluidos profesores y gente de muchísimo nivel, excepto competidores y en competición. El que piense que se le queda pequeño un buen esquí es que se sobrevalora un poco.
Seguimos hablando un rato de lo bien que van los esquís específicos, cada uno para el uso para el que están diseñados. Hablamos del verano y de los planes de cada uno y le deseé una buena estncia en Alemania. ¿Dónde estará la próxima semana? Pues es imposible saberlo, este tío está siempre de aquí para allá, no para.
Sam Suárez.