Menudo día ha amanecido. Son ya algunos años viviendo en Sierra Nevada, y en no muchas ocasiones he podido difrutar de un despertar así. El cielo está
cristalino, la luz
embriaga y todo está
redondeado por la nieve.
Ahora ya se aprecian mejor los efectos del temporal. Cables y pilonas de remontes con
manguitos de hielo, pinos y señales de trafico
tumbados por el viento, enormes ventisqueros y algo de nieve en la carretera.
Mucho cuidado porque el
riesgo de avalanchas es muy alto, de hecho ya se han producido algunas en las zonas de pistas de fuerte pendiente.
Noticia ofrecida por: