Boí Taüll, una de mis estaciones favoritas

Boí Taüll, una de mis estaciones favoritas

Hace muchos años que empecé a frecuentar la estación de Boí Taüll. Desde un principio me sedujo la calidad de la nieve y la configuración de la estación, así como la comodidad y pocas colas de los accesos, teniendo en cuenta que hasta la fecha frecuentaba estaciones de Andorra y estaba harto de perder más de una hora para volver de pistas a la hora de cerrar.

Es una estación bastante nueva, que se inauguró en los años 90. Poco a poco ha ido ampliando el dominio y modernizando los remontes. Al principio recuerdo que me sorprendió el detalle de dejar una alfombrilla para no ensuciar el coche, había gente recogiendo papeles,... Todo muy cuidado. Con el tiempo, se ha ido normalizando.

La calidad de la nieve se la da su altura y orientación. La cota mínima se encuentra por encima de los 2000 metros, mientras que la máxima llega a los 2750, que es la más alta de los Pirineos. La vista que hay desde allá arriba es sencillamente magnífica, igual que las pistas que parten de allí.

Una característica que la hace muy versátil es que cualquier remonte da lugar a pistas de todos los niveles, de manera que grupos muy distintos de nivel pueden subir juntos todos los remontes y cada uno bajar por donde más le conviene.

Ahora bien, lo que más me gusta de esta estación es el fuera pista tan accesible que tiene. Como no hay árboles, se puede bajar por toda la montaña y no hace falta ser ningún aguerrido esquiador para aventurarse a pisar nieve polvo, ya que si no lo ves claro, vuelves al redil. A veces cuesta saber si estamos en una pista o no, ya que aquí tienen la virtud de no pasar la máquina a ninguna pista negra. Y acaba habiendo zonas que son como los bowls americanos. Una vez arriba, la montaña es tuya, bajas por donde quieres.

No obstante, tiene peros, y es que esa altura y orientación que tan buena nieve le da, le juega malas pasadas cuando el viento del norte sopla fuerte. Es algo que, dependiendo de los años, sucede con relativa frecuencia. He llegado a ver cómo desaparecía un metro de nieve recién caído por culpa del viento. Y es que en Boí Taüll suele nevar mucho. Cuando llueve en toda Catalunya, suele ser la zona donde más precipitación cae y en esta estación he vivido temporadas con un montón de nieve.

Al estar tan cerca de Baqueira, ésta le hace mucha sombra e impide que muchos esquiadores se acerquen a conocerla, ya que "ya que estamos aquí, vamos a Baqueira". Sobre gustos, no hay nada escrito, pero Boí Taüll, cuando tiene nieve y todo el dominio está abierto, es una gran estación. Puedes llegar a las 9 de la mañana y pasarte bajando a cuchillo durante una hora y media sin miedo a colisionar con alguien. Y cuando empieza a haber más gente, a bajar por debajo de las sillas o por la que, para mí, es la mejor pista de la estación, Vista Taüll, que es una negra que baja por detrás de la estación desde la cima de Puig Falcó, a 2750 m, y que nos deja en la base de la estación:




Otra cosa buena que tiene es que, al tener forma de embudo, siempre acabas en el mismo sitio, con lo que no se pierde tiempo en desplazamientos para llegar a la pista deseada, aunque esta configuración le da una sensación de estación más pequeña de lo que es.

En cuanto al après ski, es bastante insignificante. Hay bastantes restaurantes que están muy bien, entre los que destacaría El Caliu, en el pueblo de Taüll. Salir por la noche ya es algo más difícil, sobretodo si vamos un fin de semana poco concurrido. Pero con ese fuera pista, mejor ir a dormir y aprovecharlo al máximo al día siguiente. Si lo que te gusta es el arte, entonces disfrutarás visitando las iglesias del Valle, que desde hace unos años son Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, cosa que ha hecho que todo el conjunto esté más cuidado. Y de tiendas, más bien pocas, destacando Raspa Roia, una de deportes que tiene material de primera línea: Dale of Norway, Haglöfs, Spyder, Descente,...

Al no ser una zona muy poblada, nunca hay aglomeraciones ni retenciones para subir o bajar de pistas, lo que resulta muy agradable, especialmente en fechas señaladas.

En resumen, si estamos en un mal año, recomiendo no ir a visitarla por primera vez, ya que no nos enseñará una buena cara y es posible que se nos pasen las ganas de volver. Pero en un año bueno, creo que es de lo mejor del Pirineo, especialmente por detalles que no siempre tenemos en cuenta al hacer el análisis de una estación. Sobretodo si el esquí es lo más importante.

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