Úrsula Pueyo, que perdió una pierna a los 15 años en un accidente, parte el sábado a los Juegos de Vancouver
Úrsula Pueyo (Palma, 1983) ya forma parte de la historia del deporte mallorquín al convertirse en la primera isleña que acude a unos Juegos de invierno. La joven es uno de los cinco integrantes del Equipo Nacional que parten el día 6 hacia Vancouver, donde participará en las pruebas de gigante y eslalon.
Nada frena a Pueyo. Ni la nieve, ni el accidente de tráfico que sufrió a los quince años en el que perdió la pierna derecha. Con su presencia en Canadá, Úrsula se sitúa al nivel de ilustres deportistas mallorquines, como Rafel Nadal, Xavi Torres o Jorge Lorenzo.
Un instante cambió la vida de la mallorquina, cuando un coche chocó frontalmente con la moto que conducía al intentar adelantar a otro vehículo en la carretera de Esporles. Este suceso, que para muchos podría haber sido un drama, la deportista lo convirtió en un reto. "La vida te pone frente a estas situaciones y tú tienes que seguir, sobre todo por los tuyos", subraya. Decidió seguir adelante y los suyos respondieron. De hecho, son muchos los familiares que acudirán a Vancouver a animarla.
Estas muestras de apoyo, lejos de añadir presión a la deportista, suponen un aliciente, aunque es consciente de que no es una de las favoritas para colgarse una medalla. "Mis rivales han nacido en la nieve, llevan esquiando toda la vida y han participado en más olimpiadas", afirma Úrsula, quien intentará suplir esa falta de experiencia con dos ingredientes: "Técnica y fuerza física".
Su meta más cercana está ahora en Vancouver, donde debuta los días 18 y 20 marzo. Para esta cita la joven afirma haber entrenado duro. "A las ocho de la mañana subimos a las pistas, hasta el mediodía. Y por la tarde entrenamos dos horas más de físico en el gimnasio", cuenta la joven, "orgullosa de representar a Mallorca en Canadá". Sus resultados en competiciones anteriores auguran un buen puesto para su primera participación en unos Juegos. En la Copa Paralímpica de invierno de 2009 consiguió dos medallas de plata en eslalon gigante y una plata y un bronce en eslalon.
A Úrsula no le gusta que la etiqueten como paralímpica porque se considera una deportista más. Se define como "muy exigente y perfeccionista" y lleva sólo cinco años sobre los esquís. "En 2004 fui por primera vez a esquiar con unos amigos y vi que eso era lo que quería hacer". Dicho y hecho. Pueyo se trasladó a Sierra Nevada y empezó a trabajar en la escuela de esquí. Dos años después entra en el Equipo Nacional de esquí adaptado y en tres acude a sus primeras Olimpiadas. "He renunciado a muchas cosas por el deporte, pero poder ir a los Juegos es mi regalo", comenta Úrsula, quien va a Vancouver "a disfrutar y vivir la experiencia".
De pequeña, Pueyo ya apuntaba maneras. "Era una bestia del deporte". Así la define su profesor de educación física del colegio San Francisco, Bussy Bauzá. "Era una niña de notable alto, muy habilidosa y con una enorme capacidad de sacrificio", destaca Bussy. El profesor asegura sentirse "muy orgulloso" de su pupila, y le augura "un gran futuro como deportista".
A consecuencia de su capacidad para el deporte, sus allegados no se sorprendieron cuando les anunció que iba a las Olimpiadas. "Es una chica muy valiente y para ella es como una aventura más", comenta una de sus amigas de Esporles. Cuando se quita los esquíes, Úrsula se convierte en una chica de pueblo más. "Al coger un avión a Mallorca, me olvido de quién soy y dónde estoy", afirma la mallorquina. Se confiesa una "amante del mar", y allí pasa largos ratos nadando y pescando, acompañada de sus incondicionales.
De ella destacan que "es una chica muy inquieta". "Se levanta a las cinco de la mañana y a las nueve y media ya nos llama para ir a tomar un café", confiesa una de sus amigas. Su inquietud la ha llevado a viajar en dos ocasiones a Nicaragua como cooperante "Fue una experiencia muy gratificante. Aprendí mucho de ellos ", declara Úrsula, quien no descarta volver en un futuro.
Siempre ha sido una persona muy solidaria, quizás por eso empezó a estudiar Educación Especial, aunque tuvo que dejarlo al marcharse a Sierra Nevada. Una vez asentada en el Equipo Nacional, la deportista volvió a los libros y ahora está a punto de diplomarse en Educación Social. De hecho, Úrsula reconoce que no le importaría trabajar en este campo más adelante, siempre y cuando pueda seguir entrenando. La mallorquina tiene claro que su futuro siempre estará ligado al deporte. "Necesito emoción, me niego a que la rutina y la monotonía entren en mi vida".
Los que la conocemos en persona, en los que me incluyo, puedo decir que es una persona fuerte, decidida a darlo todo y llegar a lo más alto. Encantadora como ella sola y amiga de sus amigos, y no dudo que dará que hablar en este deporte y nos dejará muy buen sabor de boca dentro de muy poco. Además Esquí Adaptado la entrevistará para nuestro blog en breve.
Fuente Diario de Mallorca