Tampoco nos podemos quejar; en cuanto la montaña estabilice un poco, teniendo en cuenta todo lo cargada que está, vamos a tener días muy potentes de esquí de montaña y con suerte podremos tachar algunas líneas maestras de la libreta.
Lo malo es que entre tanto y tanto, pues estamos en tierra de nadie. Yo he decidido tomármelo con calma y aprovechar estos días para intentar estirar, visitar a mi fisio y arreglarme un poco el sobreentrenamiento que llevo en la espalda.
Sin embargo, antes de cerrar el capítulo de freeride, quería aprovechar para publicar este último artículo. Fue unos de esos días mágicos a principios de Febrero. Era fin de semana y había bastante gente en las estación, ingredientes que me suelen volver bastante gruñón y que no me hacen dudar ni un segundo en sacar las pieles. Sin embargo, ese día me convencieron para quedarme en sectores de freeride accesibles desde los remontes de baqueira y vaya si triunfamos.
Ese día formamos el equipo Juan, Bruno, yo y la pieza más fundamental Paco. Paco es un gran fotógrafo y este artículo solo va a funcionar por su flow detrás de la lente. Aunque nos vendiera la moto como que iba a ir muy forzado por ese terreno, al final se desenvolvió sin problemas, aunque no tenemos ni una sola foto buena de él para probarlo. Supongo que es lo que pasa cuando estás detrás de la cámara.
ROJO: @onthebelay
VERDE: Juan
AMARILLO: Bruno
CAMARA: @pfngram