Aspectos asociados a la personalidad: la autoexigencia, la autosuperación y la autorrealización

Aspectos asociados a la personalidad: la autoexigencia, la autosuperación y la autorrealización
Vamos a analizar estos tres aspectos muy interesantes relacionados con nuestra personalidad

Detrás de una ejecución exitosa puede ocultarse un esquiador desilusionado porque la autoexigencia constriñe el placer por la esquiada hasta que esta se convierte en subsistencia cuesta abajo. Podemos observar aquellos esquiadores que no descansan porque sienten que pierden el tiempo si lo hacen. Si cometen un error, se castigan y se autocritican dado que los desvía de la perfección que buscan. Si bien en ciertas oportunidades al esquiar debemos esforzarnos para superar las situaciones presentes, esto no implica estar constantemente preocupados por alcanzar la utopía de la excelencia.

Un aspecto de la autoexigencia es la búsqueda constante de la perfección. La perfección es una adicción basada en una especie de control que necesitamos para valorarnos frente a los demás. Tenemos la creencia de que, si no somos perfectos esquiando, los demás no nos valorarán como personas, entonces pensamos que siendo irreprochables ejercemos el control sobre la atención ajena hacia nosotros mismos.

Con el tiempo, buscar la perfección agota y diluye las ganas de disfrutar del esquí. Si somos autoexigentes creemos que en la búsqueda de la perfección encontramos la felicidad, pero, muchas veces, esto produce el efecto contrario porque dejamos de emprender nuevos desafíos por miedo a no llegar a ejecutar ‘a la perfección’. Corremos el riesgo de caer en la creencia de que si no esquiamos perfecto experimentaremos la desaprobación que nos imposibilita realizar lo que deseamos. En realidad, intentar la perfección es esquiar buscando siempre el mejor rendimiento posible, el mejor resultado lograble. Aquí cabría preguntarnos si la bajada perfecta existe o es una utopía. Podemos estar constantemente buscándola, pero esquiar debería ser mucho más que ir detrás de la perfección derrochando energía en la autoexigencia.

La autosuperación

El impulso de autosuperación se encuentra evolutivamente relacionado con nuestra supervivencia, el cual se presenta en nuestra niñez y es fácilmente observable en los juegos infantiles. Está ligada al nivel de autoestima en cuanto esta se ve favorecida por aquella. Un nivel de autosuperación reducido tiende a excluirnos de las actividades grupales, generando sentimientos de inferioridad y baja autoestima.

Se considera que la autosuperación actúa en el principio psíquico que regula el placer. Tanto el hecho de ganar una competencia como descender una pista exigente provee placer a través de la autosuperación. Este principio se activa cada vez que alcanzamos un logro personal, lo que nos permite ir reconociendo gradualmente nuestras propias capacidades, las cuales colaboran con nuestra evolución.

La tendencia a la búsqueda de lo superior o de lo sobresaliente es un estímulo que todos deberíamos pretender en una esquiada placentera. Pero a veces, perseguir lo sobresaliente se confunde con lo ‘más’: se esquía cada vez más rápido, más inclinado, se salta más alto para obtener más placer. Pareciera que, en algunos, alcanzar ese ‘más’ es lo que genera la plenitud de la esquiada.

La autorrealización

Entre los diversos aspectos que estudia la psicología se encuentran nuestras necesidades personales y la forma en que las satisfacemos. Una necesidad indica la falta de satisfacción en algún aspecto y nos provoca una determinada conducta para reducir o eliminar la insatisfacción producida generando motivaciones, pero, en ciertas ocasiones, no podemos satisfacer nuestras necesidades. Por ejemplo, un principiante que sigue un determinado método de aprendizaje, aunque haya alcanzado ciertos avances, puede hallarse permanentemente insatisfecho por lo realizado. Un esquiador mediocre puede no satisfacer jamás su necesidad de logro. Un atleta agresivo y molesto puede verse impedido de satisfacer su necesidad de compañía o de integración a un grupo. 

La necesidad de autorrealización trata sobre la recompensación por el sentimiento de haber empleado nuestras propias capacidades al hacer una actividad. Según Abraham Maslow, es la tendencia a convertirnos en todo lo que somos capaces de llegar a ser. Podemos autorrealizarnos alcanzando un buen rendimiento tanto en bajar una pista para principiantes como un fuera de pista exigente.

Se consideran cuatro situaciones en las que nos autorrealizamos:

  • Al elevar nuestras propias normas nos exigimos más a nosotros mismos y esperamos mayores recompensas por la esquiada que realizamos.
  • Al intentar dar continuidad a nuestro mejoramiento a través de clases, lecturas especializadas o prácticas constantes en lo que nos falta mejorar.
  • Al aumentar la comprensión de nosotros mismos y convertirnos en los esquiadores que deseamos ser.
  • Al hacer el máximo uso de nuestras propias capacidades e intentar desarrollar otras nuevas.

Al autorrealizarnos, nos motivamos a nosotros mismos a crecer y desarrollar nuestros propios talentos, en vez de actuar compensando nuestras deficiencias.

En la próxima oportunidad, y ya finalizando con los aspectos relacionados con nuestra personalidad al esquiar, hablaremos sobre un atributo fundamental para nuestra evolución: la autoeficacia.

¡Hasta la próxima!

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