La semana pasada nos hemos escapado a los Alpes, a Tignes y a Val d’Isere concretamente, y nos hemos encontrado con los pueblos enterrados bajo 2 metros de nieve. Y es que allí ha caído en un mes, todo lo que no cayó la temporada pasada.Esperemos que por aquí ocurra lo mismo y podamos aprovechar lo que queda de invierno.
Escultura de nieve de 5 m de alto frente al Kandahar, un hotel de Val d'Isere con mucho encanto.
Tignes y Val d’Isere constituyen uno de los dominios esquiables más grandes y variados de los Alpes: l’Espace Killy. A pesar de que sus remontes alcanzan los glaciares a 3450 m de altitud, se ven también afectados por el calentamiento global y la pasada temporada han sufrido una gran escasez de nieve. Esta actual temporada comenzó sin precipitación y mucho calor hasta finales de noviembre. Pero desde principios de diciembre hasta la semana de Reyes, no ha parado de nevar por allí y se han acumulado hasta 3 metros de nieve en algunos sectores.
Equilibrio inestable e increíble de algunos merengues de nieve.
Nosotros llegamos justo el día en que acabó de nevar y nos encontramos calles enterradas, locales bloqueados, tejados hundidos, etc. Pero a pesar de los inconvenientes todos los vecinos respiraban con alivio en previsión de una temporada que compense la pasada. Los esquiadores, tanto los locales como los foráneos, estábamos nerviosos por aprovechar la nieve virgen acumulada en días pasados. En un par de días, todo lo esquiable por descabellado que pareciese, se había esquiado. Sólo las canales y laderas más lejanas iban quedando vírgenes y cada día había que andar más para llegar a ellas. Pero de esto hablaremos en próximos artículos.
Cómo bolas de helado.
Ahora os dejamos con unas cuantas imágenes de los pueblos nevados, con la esperanza de que aquí también cambie el tiempo de forma radical en los próximos días y podamos disfrutar de estas postales en nuestras montañas. Las previsiones indican que para finales de la próxima semana podría ser así, pero ya se sabe: son sólo predicciones.
Mejor lanzarse a la nieve que usar la escalera de emergencias.
Las terrazas tenían trabajo para unos días.
Algunos tejados no soportaban tanto peso.
Daban ganas de esquiarse los tejados de Tignes.
Las calles de Val d’Isere medio límpias.
Nieve contra la valla del río como si fuera nata.
Nacimiento gigante junto a la iglesia de Val d’Isere.
Val d’Isere.
El frío cementerio de Bourg Saint Maurice.
Texto: Luis Pantoja; Fotos: Álvaro y Luis Pantoja.
Agradecimientos: Oficina de Turismo de Tignes (www.tignes.net); Oficina de Turismo de Val d’Isere (www.valdisere.com); Hotel Kandahar (www.hotel-kandahar.com).
Más que calles, zanjas.