Es curioso y desgraciadamente recurrente contemplar cómo se suceden los frentes de Suroeste que dejan mucha agua, rolan a noroeste, se secan y dejan 4 copos en el sistema central, nuestro sino como esquiadores, es sufrir. Aprovechando la nevada y un tiempo algo más seco nos dirigimos el domingo a disfrutar del otoño por las tierras de Riaza. Como es habitual, nubosidad de retención en la cara norte del central sin mayores consecuencias. A falta de capa suficiente para esquiar, la temática del día son los robledales de Riaza y el ascenso del Buitrera (2.046) que ascenderemos desde Riofrío de Riaza (1.312 m)
La ruta tiene un encanto particular ya que parte del mismo pueblo, atravesamos sus prados, seguimos por el bosque hasta llegar a los brezales y pastos para hacer cumbre rodeados de los inmensos roquedos y canchales del Buitrera. Poder cubrir diversos ecosistemas y paisajes en una ruta es un privilegio que en otoño tiene un encanto especial.
El tramo inferior lo ocupa el emblemático roble quejigo, también llamado rebollo o melojo en definitiva, Quercus Pirenaica. A mediados de otoño, el piso más bajo conserva ciertos tonos verdosos, para tornarse rápidamente naranjas. Progresivamente pasan a un tono rojizo que conservarán todo el invierno debido a su hoja marscente que no cae, lo que explica que el árbol siempre conserve ese traje otoñal durante todo el invierno
Estos robledales que ocupan amplios sectores en el central por debajo del pinar de repoblación, muestran aquí, un bosque sano, poco intervenido, en crecimiento y expansión. El bosque es joven, fruto de las talas a matarasa tan populares antaño, pero da gusto comprobar como los pequeños pies brotan y van formando bosquetes bastante densos, recuperando a marchas forazas terreno al inexpugnable brezal o a los verdes gayubales.
Contrariamente a lo que se pueda pensar su límite superior no viene marcado de forma natural por el pinar sino que puede llegar a los 1.800 m como lo indican los pies que se multiplican en las laderas del Buitera, o los ejemplares que salpican los pinares a altitudes elevadas. El camino que asciende al Buitrera toma la amplia loma que separa el Arroyo del Fontarrón y el Arroyo de la Tejeraa , enseguida las vistas a 180 grados son espectaculares desde Navafría al Suroeste hasta los Picos de Urbión al Norte. Un poco más arriba la vista se abre sobre el Hayedo de Tejera Negra e incluso alcanza hasta el Moncayo
Por encima de los robles, escondidas en barrancos y zonas umbrías resisten algunas hayas y al fondo bajo el puerto de la Quesera el hayedo de mismo nombre. El camino se torna sendero en su tramo más inclinado por lo que va aumentando la cantidad de nieve y bajando la temperatura, la retención genera 4 copos, una pequeña limosna para lo que realmente queremos que caiga.
El sendero se dulcifica hasta la misma cumbre. La vuelta se puede realizar por el mismo camino de ida o bien circular, dirección Norte por el cordal que discurre hacia el Cerro Gordo (1906 m) y la loma que va hacia la Piedra del Gato. en nuestro caso, osados descendemos campo a través, directos de nuevo hacia el robledal que viste sus mejores galas.
Condiciones de nieve:
Esta vez, ha caído más nieve por Ayllón (eje y cara norte del Pico del Lobo) que por Guadarrama, en Cuerda Larga prácticamente no ha caído nada. En la cara norte en Ayllón, la línea de nieve a 1.300 m. con 3 cms a 1.500 hasta aproximadamente 15 cms a 2.000 m en la Pinilla, esperemos que se pueda constituir una pequeña base. Se pueden observar incipientes acumulaciones junto a las cumbres, que necesitan una buena nevada para poder empezar a hacer travesía.
Seguimos al acecho de buenas condiciones, parece que por Sierra Nevada se debería poder hacer algo rápidamente, la espera se hace insoportable.... Os mantendremos informados puntualmente.