Si hay algo a lo que uno aprende después de tantos años viviendo de la nieve es a ver siempre el lado positivo de las cosas. ¿Que no nieva? bueno, hará sol y la gente podrá venir y disfrutar... ¿que llueve? No pasa nada, la nieve que quede ya no se la podrá llevar el viento... ¿que hace demasiado viento? tampoco pasa nada, las pistas se llenarán con la nieve de los demás valles y de las cumbres... ¿que nos cae una manta de agua a -10ºC ? pues si que pasa, pero no importa... este tipo de temporales que bloquean e inutilizan los remontes por el hielo, también nos dejan fascinantes y bellas imágenes.
Para poder disfrutar de ellas me di una vuelta el pasado lunes por la Laguna de las Yeguas. Tuve suerte, no lo negaré. Fue de los pocos días desde Enero que no se han fastidiado por viento, niebla, lluvia o nieve. Incluso hizo calorcito.
El cielo estaba limpio y de un azul muy intenso. Las vistas del Mediterráneo, insuperables. La Laguna se pudo abrir, pero aún se notaban los efectos del paso del temporal.
La fachada más expuesta al viento el día del temporal aún sigue bien cargada de hielo. Es evidente de donde sopló el viento...
Las pilonas ya están limpias casi en su totalidad y entre la nieve yacen los restos de la capa de hielo de cerca de 50cm de espesor que se pegó a todo lo que fuese de metal. Los bloques de hielo son enormes, gigantescos, y más vale que se estén quietecitos y no rueden por las pistas...
La nieve en las pistas está muy bien pisada, hay una exquisita mezcla entre hielo picado muy muy finito y nieve polvo, no los bolondrones que otras ocasiones nos hemos encontrado. Si ésta diferencia se debe a tener el suficiente tiempo para dar una y mil pasadas con la máquina, la verdad es que lo prefiero. Más vale abrir tarde y bien, que de cualquier manera. Aún así, hay escondidas bajo esta nieve polvo placas de hielo de tamaño considerable, así que cuidado y atentos al esquiar por la zona.
El paisaje pone los pelos de punta, todo está "repellado" de hielo y nieve, no se ha salvado nada. A los Tajos de la Virgen da miedo asomarse por si nos cae uno de estos cubitos en la cabeza. El Mulhacén, aunque mucho más al Este, parece que también ha pillado lo suyo. El fuera de pista en esta zona está muy peligroso, hay sólo una fina capa de nieve polvo y debajo una criminal capa de un hielo durísimo.
Lo más bonito y espectacular son estas caprichosas formas que el hielo adopta al pegarse a los postes metálicos que delimitan el área esquiable. Azules, traslúcidas, blancas, puras... Es normal que se produzcan, pero nunca las vi de semejante tamaño. Visto de lejos parecen fantasmas arrastrándose por la nieve en procesión... De cerca imponen respeto, son enormes. Si os acercáis para haceros una foto mucho cuidado porque a la que suba la temperatura un pelín pueden caerse y lastimaros. ¿Cómo estarán anclados estos postes para no haberse caído aún?