Si eres runner, acabas haciendo una carrera popular de 5K, 10K, media maratón o una maratón. Es cuestión de tiempo. Si vas en bici, seguro que te acabas apuntando a una cicloturista más o menos seria o una prueba de MTB una por etapas. Si nadas, es posible que participes en una Marnatón, ya sea de 3, de 6.5 o de 10 km. Y si practicas las tres cosas seguramente te haya tentado participar en un triatlón, ya sea sprint, olímpico, un half o incluso un ironman. ¿Qué tienen todas estas pruebas en común? Pues que, aunque son serias y hay que tener un nivel mínimo según grado de exigencia de las mismas, no dejan de ser más o menos populares, es decir, que la mayoría de los que participan no se dedican a esto, aunque haya algunos en la lista de inscritos que sí.
El mensaje es que cuando uno practica un deporte con cierta asiduidad es fácil que se quiera apuntar a pruebas, pero siempre que estas sean inclusivas, porque nos queremos medir y llevar un dorsal siempre es motivador, pero también queremos pasarlo bien, y especialmente esto último.
El caso del esquí no es excepción. Son muchos los que quieren competir de alguna manera, pero la mayoría de competiciones son bastante cerradas y están orientadas a corredores de toda la vida, a gente que tiene un mono en el armario, esquís de SL y GS, protecciones,.... No reniego de este tipo de pruebas, todo lo contrario, me gusta la competición "clásica" pero ya veo que no es el tipo de actividad más atractivo para una mayoría, porque te pasas el día esperando para hacer una bajada y al final, muchos hacemos esto para pasar el rato. En cambio, últimamente están apareciendo una serie de pruebas de las que llamaría inclusivas, que son las que están llamadas a tener más éxito porque son dinámicas y no hace falta pasarse el día entrenando para poder hacerlas con más o menos dignidad.
Una de estas competiciones, que ya es un clásico, es la Salomon Quest Challenge. Es un circuito con una finalidad básicamente lúdica que tiene lugar en distintas estaciones y que consta de dos tipos de pruebas, unas de orientación en las que hay que marcar en una serie de puntos de la estación y otra ya más de estilo clásico en la que sí que gana el que tiene más nivel, aunque también hace falta algo de estrategia a la hora de empezar y acabar porque hay que marcar. Y una ventaja importante que presenta es que el forfait está subvencionado, por lo que sale más barato apuntarse aquí y pasar un día esquiando mientras haces las pruebas, que comprar un forfait en taquillas y esquiar por tu cuenta.
Este año hemos vuelto a participar en la prueba de Masella y es nuestra tercera participación. Siempre lo habíamos pasado muy bien y este año no ha sido excepción. Y la muestra de la buena aceptación que tienen este tipo de pruebas es que ha habido récord de participación, con unos 600 inscritos.
Ahora le toca el turno a Sierra Nevada. La estación granadina encaja a la perfección con el espíritu de la prueba: serio pero divertido. ¡A pasarlo bien!