Hoy no os voy a hablar de nada relacionado con el esquí, pero se puede extrapolar a una tienda de esquí. Hace casi dos años, cansado de que cuando hacía natación contaba las piscinas y no me podía distraer, fui a una conocida tienda de Barcelona y adquirí un reloj que cuenta las piscinas. He estado haciendo unos 3000 m semanales desde entonces y estoy muy contento con él. Pero como suele pasar con los relojes con correa de goma, ésta se estaba empezando a agrietar. Pues bien, acudí a la tienda donde lo compré para pedir un cambio de la caja (es de una pieza, no se puede poner una correa nueva) y me encontré con la sorpresa que los de la tienda, a pesar de que no me conocen porque he comprado allí cuatro cosas y de que no tenía ni un triste comprobante de la compra, contactaron con el distribuidor y me han dado un reloj nuevo.
Esto es apostar por un cliente. No hay más que decir. Me coge lejos de casa, pero me han fidelizado. Ah, y la tienda es de triatlón y se llama Esportissim.