Tengo recuerdos de pequeño, de mi padre, tornavís en mano, poniendo o sacando los portaesquís del coche. Parecía una tarea muy pesada. Supongo que, por ese motivo, cuando salieron los portaesquís magnéticos tuvieron tanto éxito. Se ponen y sacan como si nada y aguantan sobradamente las velocidades a las que íbamos en la época, que eran bastante más altas que las actuales. El único pero lo tienen en la seguridad frente a los amigos de lo ajeno, puesto que poniendo un tornavís bajo el imán, salen con bastante facilidad. Parecía que la balanza estaba muy clara hacia los magnéticos... hasta que aparecieron los portaesquís Thule de última generación.
Thule es seguramente el fabricante más importante de soluciones para transportar esquís, bicicletas, canoas,... en el coche. De hecho, fabrica portaesquís para muchas marcas de coches.
El sistema Thule consiste en tres piezas: la base que se adapta a las barras o el techo del coche; las barras y el portaesquís que se acopla a la barra. La principal ventaja de este sistema radica en que cuando cambias de coche, a veces cambiando las barras o la base, podemos seguir utilizándolo.
Hace años que voy con este sistema, con las barras Square y el modelo de portaesquís DeLuxe 726, que es para 6 pares de esquís. Viene con un boton muy grande, que permite abrir con los guantes puestos y cierra muy fácilmente.
Pero lo mejor es lo fácil que es de montar y desmontar. Cuesta tan poco, que lo pongo y saco cada vez que subo a esquiar. Se hace con la mano, sin herramientas y se tarda menos en montarlo que en cargar el maletero.
En resumen, un gran producto.