Con las botas me suele pasar que me van bien hasta que un día, de repente, noto que no me cogen el pie y que hay que jubilarlas. Es casi de un día para otro. Y este momento me llegó la temporada pasada, por lo que estoy empezando a pensar en el tema.
Hace tiempo me decantaba por botas racing, muy duras, con las que acababa el día con las piernas planchadas (seguro que también ayudaba no estar en la forma adecuada). En el 2007, con un heliesquí en Canadá en el horizonte y pensando en la cantidad de horas que tendría que pasar con las botas puestas, me compré unas un poco más domesticadas. Y creo que acerté. Eran unas Salomon X-Wave 9, suficientemente duras para poder apretar, pero con un nivel de confort más o menos aceptable, además de ser bastante más económicas que los modelos racing.
Seguro que el hecho de que me gusten este tipo de botas es síntoma de que me hago mayor, que es innegable, pero también el material evoluciona y el nivel de sujección que tenías antes las botas un poco cómodas era inaceptable comparado con el material actual, que permite un buen equilibrio. En cualquier caso, ya es difícil que me saquen de este tipo de botas, aunque siempre seguiré echando un vistazo a los modelos más "stiff".
Ahora toca pasar un par de tardes probando botas a fondo (15-20' cada una) para ver realmente cuál sienta como un guante y tener un poco de suerte, ya que no es lo mismo una bota a los 22º de una tienda que en las pistas. Y las botas, a mi humilde entender, son la piedra angular del material de esquí.
Hace tiempo me decantaba por botas racing, muy duras, con las que acababa el día con las piernas planchadas (seguro que también ayudaba no estar en la forma adecuada). En el 2007, con un heliesquí en Canadá en el horizonte y pensando en la cantidad de horas que tendría que pasar con las botas puestas, me compré unas un poco más domesticadas. Y creo que acerté. Eran unas Salomon X-Wave 9, suficientemente duras para poder apretar, pero con un nivel de confort más o menos aceptable, además de ser bastante más económicas que los modelos racing.
Seguro que el hecho de que me gusten este tipo de botas es síntoma de que me hago mayor, que es innegable, pero también el material evoluciona y el nivel de sujección que tenías antes las botas un poco cómodas era inaceptable comparado con el material actual, que permite un buen equilibrio. En cualquier caso, ya es difícil que me saquen de este tipo de botas, aunque siempre seguiré echando un vistazo a los modelos más "stiff".
Ahora toca pasar un par de tardes probando botas a fondo (15-20' cada una) para ver realmente cuál sienta como un guante y tener un poco de suerte, ya que no es lo mismo una bota a los 22º de una tienda que en las pistas. Y las botas, a mi humilde entender, son la piedra angular del material de esquí.