El funicular del Tibidabo, construido en 1901, es uno de los tres funiculares que podemos encontrar en Barcelona, junto con los de Vallvidrera y Montjuic. La idea de su construcción surgió de un buen amigo del profesor de música de los hijos del Dr. Andreu, Salvador Andreu y Grau, el impulsor de la construcción del Parque de Atracciones del Tibidabo a principios del siglo XX. En una conversación entre eruditos comentando un viaje, el amigo del profesor explicó con todo lujo de detalles lo que era un funicular, tras descubrir dicho ingenio en Suiza. No dudó en mostrar varios folletos que había traído consigo y dibujos, presentándole al Dr. Andreu la solución a la subida hasta la cumbre del Tibidabo, a 512m de altitud.
El Dr. Andreu rápidamente captó la idea y la hizo realidad. Bonaventura Roig y Queralt fue el ingeniero encargado de la construcción y aunque el viaje de prueba se realizó el 3 de julio, la inauguración oficial no fue hasta finales de octubre de 1901, una vez realizadas todas las pruebas para garantizar la seguridad de los viajeros.
El funicular fue el primero que se inauguró en Catalunya, tenía una capacidad para 80 pasajeros y en su construcción se invirtieron 697.000 pesetas. Tras casi 120 años, el funicular del Tibidabo ha seguido funcionando, viviendo varias remodelaciones, las mas importantes en 1922, 1958 y durante los años 70.
El actual funicular se había quedado obsoleto, era demasiado lento, no resultaba atractivo visualmente y las colas que se formaban en la estación inferior eran enormes en verano tras subir con el Tranvía Blau. Tras batirse el pasado mes de agosto todos los récords de afluencia de visitantes en el Parque de Atracciones, ha llegado la hora de construir un nuevo funicular, mucho mas moderno, rápido y con mayor capacidad.
Así pues, el mítico funicular del Tibidabo pasará a la historia para dar la bienvenida a la Cuca de Llum (luciérnaga), un nuevo funicular construido por Leitner, cuyo diseño del siglo XXI convertirá la subida al Tibidabo en una nueva atracción del parque, integrada en la montaña y contando con la tecnología más moderna.
El nuevo funicular ofrecerá a los pasajeros una mayor visibilidad (ventanas enormes de cristal), ofreciendo una preciosa visión panorámica de la ciudad de Barcelona. Su capacidad será de 252 personas por viaje, 132 más que actualmente, invirtiendo tan solo 3 minutos en subir y bajar. La velocidad será de 10 metros por segundo (la actual es de 4,1m/s), permitiendo realizar muchos mas viajes por hora en un trayecto de 1.152m, con un desnivel de 275m. También tendrá una mayor capacidad para pasajeros con movilidad reducida. El objetivo de la modernización es adecuar el funicular a las necesidades actuales.
Desde el parque aseguran que el 60% de usuarios suben al Tibidabo en transporte público pero, con la remodelación se busca aumentar esta cifra, con el objetivo de que sean muy pocos los que suban hasta el Tibidabo en coche. El funicular del Tibidabo quedará integración en el parque como si fuera una atracción más. La Cuca de Llum tendrá varias pantallas interactivas y de dispositivos de información, través de los cualles los visitantes podrán conocer el funcionamiento del funicular y su historia. El nuevo modelo podrá funcionar en dos modalidades: automática o con conductor.
La alternativa durante las obras
Tras el cierre del actual funicular el pasado 15 de septiembre, se ha habilitado un autobús, el Funibus, que partirá desde la plaza JF Kennedy. Su horario será el mismo que el del funicular. Las obras tendrán una duración aproximada de 14 meses y la inauguración del nuevo funicular está prevista para el verano de 2020.
Barcelona se preparara para tener el funicular mas moderno de Europa.