El enfado de Hércules fue tal que con un hacha dividió España de África e inundó con el mar Mediterráneo la Atlántida, donde vivía Atlas y Pirene. Pero ella consiguió huir y se escondió en una zona entre España y Francia.
Cuando Hércules iba buscando en todo el mundo y estaba cerca de ella, esta hizo una gran pira y quemó todos los árboles para no ser encontrada. Y lloró, y sus lágrimas crearon los ibones. Cuando al final la encontró Hércules, vio que Pirene estaba muerta y sonriente de haber burlado a Hércules.
Este, lleno de tristeza la enterró con todas las piedras que encontró creando una gran cordillera que denomino Pirineos en recuerdo a Pirene.
Leyendas aragonesas