El plan era ambicioso, recorrer seis estaciones de esquí, tres en Chile y tres en Argentina, llegando hasta el extremo mismo del continente. Todos los foreros tanto argentinos, como chilenos y europeos fuimos invitados a participar en la gira.
Desafortunadamente, los números finales del presupuesto para un viaje de tal envergadura nos obligaron a desmembrar la KDD y dejarla como tres viajes separados. Algunos irían a Chile (mayormente, chilenos), algunos irían a Bariloche (mayormente, argentinos) y en Ushuaia quedarían los habituales (argentinos, también).
Es por esto que lo que en su momento se hizo llamar "KDD Sudamérica" acabó por ser una II KDD Argentina, muy similar a la parte final de la I KDD Argentina de 2011 (recordar el report del año pasado)
Lo que aquí contaré es el resumen de esa semana de esquí en el Cerro Catedral de la ciudad de Bariloche.
Los asistentes nos separamos en dos alojamientos. En las Cabañas Grado Cero 1 estuvimos Dante_Argentino, Víctor, Flakkk y quien escribe. Mientras tanto, MA ARG, con su señora esposa y sus hijos, se alojaron en Paralelo 41.
El momento de la llegada también fue de lo más variopinto.
Desde la ciudad de Mendoza, Dante y Víctor viajaron en coche los 1.200 km que los separan de Bariloche.
MA ARG y familia hicieron el mismo trayecto pero en avión.
Flakkk voló desde Buenos Aires hasta Bariloche.
Y yo volé desde Buenos Aires a la ciudad de Neuquén, que se encuentra a "sólo" 400 km de Bariloche. Contaba con que Neuquén estaba de camino a Bariloche por lo que podíamos encontrarnos con Dante y Víctor y seguir el trayecto en coche.
Mi vuelo desde Buenos Aires salió a las 5:15 de la mañana. Un complicado amanecer (por no decir que casi ni dormí) para llegar a horario, pero luego el vuelo fue tranquilo.
Como habíamos quedado con Dante, le envié un SMS al aterrizar, a las 7 en punto, para que fueran espabilando. "Y media estamos allí". Total, que llegaron "y media", pero ocho y media en vez de siete y media! Bonito comienzo.
El volcán Lanín desde la carretera a Bariloche
Una vez en el coche, el viaje transcurrió sin mayores incidencias. Una variante de la ruta por la que íbamos es la que nos hubiera llevado a San Martín de los Andes, con su centro de esquí, Chapelco, y el muy cercano volcán Lanín.
Al acercarnos a Bariloche, vimos que los ratros de las cenizas producidas por la erupción del volcán Puyehue en junio de 2.011 aún estaban a la vista.
Restos de cenizas volcánicas
Llegamos a nuestro alojamiento a primera hora de la tarde, por lo que nos fuimos a comer a la base.
El panorama de la montaña no era muy alentador. La zona baja no recibió suficientes nevadas, y las altas temperaturas además de sumar agua en estado líquido, contribuyeron a la desaparición casi completa del manto níveo.
El panorama que tenía la montaña el primer día
La zona de principiantes contaba con una nada envidiable capa de nieve producida, que estaba cercana a licuarse...
La zona de principiantes
Había un hilo de esperanza, traído por el Snowforecast, que preveía algo de nieve para la noche del sábado. Sin embargo, es sabido que la predicción sobre la cantidad de centímetros y sobre la ubicación de la cota de nieve no es muy confiable.
Más aún, visto lo visto era improbable que la nieve anunciada arreglara las cosas.
La previsión para el comienzo de la KDD
Para empeorar un poco más las cosas, nos fuimos a dormir el sábado sin llegar a ver la nieve anunciada para la tarde del sábado...
Pero al día siguiente, amaneció así:
La vista desde la puerta del piso
Una copiosa nevada cubrió durante la noche toda la montaña, y nos siguió acompañando el resto del domingo.
Tantas eran las ganas de esquiar que en los cien metros finales del camino a la base, cuando el sendero hace una pequeña bajada, nos calzamos los esquís y bajamos esquiando!
Luego de comprar el forfait, comenzó el ascenso por la telesilla Séxtuple.
Subiendo por Séxtuple
Un gran día de esquí, aunque con la visibilidad reducida por la nevada, pero con zonas de más de 20 centímetros de powder...
Powder day
No hay muchas fotos debido a que no se podía ver mucho, estas son algunas de las capturas hechas con la Gopro.
Powder day
Hacia la tarde la visibilidad mejoró y decidimos cerrarlo bajando hasta la base, aunque las pistas permanecían cerradas por la falta de nieve. La nieve caída no era suficiente para ocultar piedras y matojos. Pero fue una experiencia agradable al fin y al cabo.
La Villa Catedral
Al volver al piso, notamos que la acumulación de la nieve había sido importante. A ojo de buen cubero estimamos unos 16 centímetros en la base y más de 20 arriba.
El coche
El segundo día estuvo dominado por el viento. Tuvimos rachas de mas de 60 km/h, y todos los remontes abrieron de manera condicional.
Decidimos parar en uno de los refugios de la cima, el Lynch, y comer allí.
Buscando refugio en el refugio
Allí comimos una buena comida. Algunos goulash, otros hamburguesas y otros una milanesa que se salía del plato.
La milanesa del Lynch
Y, acompañando la comida, una cerveza marca Patagonia.
Cerveza Patagonia
Luego de la parada para comer, los remontes de la mayor parte de la montaña cerraron por el fuerte viento, asi que a las tres de la tarde comenzamos a bajar hasta la base, nuevamente por las pistas cerradas que ya estaban un poco peor.
De vuelta en el piso, fue tiempo de preparar el viaje del día siguiente.
En el piso, viendo fútbol y escribiendo para Nevasport
Las previsiones para el tercer día eran catastróficas. Lluvia en todas las cotas durante todo el día.
Nuestro plan original era utilizar ese día para visitar la estación más cercana, Cerro Bayo, ubicada 100 kilómetros al norte. Pero las previsiones eran peores allí que para el Catedral. (Recordar que en el Hemisferio Sur, más al norte significa más cálido)
Por lo tanto, decidimos viajar hacia el sur. Al sur de Bariloche existen dos estaciones "razonablemente" cercanas. A poco más de 100 kilómetros y aproximadamente una hora y media de viaje se encuentra Perito Moreno, cercana a la ciudad de El Bolsón (no confundir con el Glaciar Perito Moreno, la estación y el glaciar están separados por mas de mil kilómetros). A 300 kilómetros y más de tres horas y media de viaje, cerca de la ciudad de Esquel, se encuentra La Hoya.
Descartamos la opción de Perito Moreno ya que actualmente no posee una gran infraestructura, aunque está en planes de ampliación. Por lo tanto, La Hoya fue nuestro destino.
A lo largo de la totalidad del camino la lluvia se hizo presente. Y, por supuesto, la temperatura era sobre cero, presagiando que no veríamos mucha nieve ese día.
De camino a La Hoya
Los paisajes de la zona son hermosos, pero las fotos no pueden demostrarlo.
De camino a La Hoya
En alguna oportunidad, llegamos a ver lo que parecía un cambio a mejor. Pero duró lo que un suspiro.
De camino a La Hoya
Una vez en La Hoya, la situación era la que esperábamos. Poca visibilidad y nieve muy húmeda. La parte superior de la estación, servida por la telesilla Del Filo, no estaba habilitada. Y era tan mala la visibilidad que no nos animamos a subir al teleskí Del Sol, que en teoría habilita a una importante cantidad de itinerarios fuera de pista.
Desde la parte intermedia se tiene una vista excelente de la vecina ciudad de Esquel, claro, cuando hay visibilidad.
Teórica vista de Esquel
El parte de la estación daba 80 cm pisados en la base. Muy optimista nos pareció esa medición, con esa cantidad de nieve no debería empezar a verse marrón, no? La humedad del ambiente hizo que la nieve transformara, dejando una nada agradable nieve primavera.
Y en las partes superiores el panorama no era mucho mejor. Algunas zonas como las pistas Cañadón y el Cañadón del T-Bar estaban en buenas condiciones y nos divertimos mucho bajándolas.
La nota de la jornada fue que una de las sillas, la llamada "Del Cañadón" comenzó a pararse mientras llevaba gente. Mientras estábamos en la cola, se paró más de 10 minutos, pero retomó su marcha. A nosotros nos dejaron colgados unos 20 minutos pero luego continuamos. Los que subieron 15 minutos detrás nuestro no tuvieron tanta suerte.
Dante observando la silla parada
Al bajar, vimos que la silla seguía parada, por lo que decidimos parar a comer. Mientras comíamos, veíamos que la gente seguía en la silla y que esta no se movía.
Luego de comer, y al ver que lo de la silla era algo serio, utilizamos la única alternativa que era combinar el T-Bar Del Frente con el Telesquí Plateau.
En un par de bajadas, decidimos que ya habíamos tenido suficiente, teniendo en cuenta además que teníamos un largo camino de vuelta.
Lo último que vimos es que la silla seguía parada y que el personal de la estación les llevaba bebidas calientes a la gente que esperaba colgada que el problema se solucionase.
Las asistencias llevando bebidas calientes
Nuestra estimación es que estuvieron colgados al menos unas dos horas. Los dos dias siguientes la estación anunció que el telesilla permanecería cerrado por problemas eléctricos.
Ya habíamos tenido tres días, y en los tres habíamos tenido condiciones diferentes. Nevadas el primer día, viento el segundo día y lluvia el tercero. El cuarto día, ya de vuelta en el Catedral, fue dominado por la niebla.
Llegada de Séxtuple con niebla
La reducida visibilidad hacía las bajadas una proeza.
La espesa niebla
Afortunadamente, a partir del mediodía la nube subió lo suficiente como para que la parte media tuviera visibilidad, dándonos un par de horas de divertidas bajadas.
El quinto día tuvo una niebla aún peor que la del día anterior. La parte superior de la montaña (la que tenía nieve) tenía una visibilidad casi nula. Y por donde se veía, no había por donde esquiar.
Flakkk y yo subimos por la zona sur de la estación, por el telecabina Amancay.
Ya en la salida del telecabina, el termómetro preanunciaba que el panorama no iba a ser el mejor.
Mucho calor!
Subiendo por Amancay
Subimos hasta Diente de Caballo y quisimos volver a la zona de Séxtuple. Pero no vimos el desvío correcto y tuvimos que seguir bajando por una pista que estaba cerrada. Con la poca visibilidad, nos perdimos de vista y no volvimos a encontrarnos.
Para cuando me dí cuenta de dónde estaba, ya no podía hacer otra cosa que seguir bajando.
El camino (cerrado) Del Bosque
Hasta que llegué a donde se acababa la nieve. Allí tuve que quitarme los esquís y comenzar a bajar a pie.
Hacia la base a pie
Fin del área esquiable
Al llegar a la base, me avisó Dante que ellos (Flakkk incluído) estaban en el piso, por lo que allí fuí, sólo para tomar algo caliente y volver a salir a hacer alguna otra bajada!
Total, una o dos bajadas en condiciones lamentables de visibilidad y de vuelta para abajo, esta vez sí en la silla.
Bajando por Séxtuple
Si bien el apreskí no fue algo en lo que estuviésemos verdaderamente interesados, aprovechamos la temprana finalización del día de esquí para pasarnos por el Mute, un clásico bareto de la base.
Una Patagonia Weisse en el Mute
En el Mute
Y, como cierre del día, tocaba organizar la cena de la KDD. Nos decidimos por La Fonda del Tío, un sitio clásico de la ciudad de Bariloche, donde comimos y bebimos muy bien a un muy buen precio.
La mesa de la cena de la KDD
El sexto y último día de la KDD fue, en cuanto a visibilidad, el mejor. Tuvimos oportunidad de apreciar el llamado "mar de nubes" cubriendo al Nahuel Huapi y a la ciudad de Bariloche.
El Mar de Nubes
El Refugio Lynch y el Nahuel Huapi de fondo
La foto de grupo de los participantes
El viento y las precipitaciones habían dejado curiosas imágenes.
El efecto del viento helado
En el refugio conocido como "Conexión", una empresa de cerveza montó una barra con unos chefs cocinando al aire libre.
El día del regreso tuvo, como es normal, un cierto dejo de tristeza por el fin de la semana de esquí. Por el camino vimos curiosos carteles.
Y luego comprobamos que los carteles llevaban mucha razón!
Se trata de un museo paleontológico