Mil veces hemos hablado de la importancia de la angulación para conseguir un buen apoyo exterior, pero a veces al hacerlo, quizá hemos ‘demonizado’ demasiado la inclinación...
Si recordáis uno de mis primeros artículos sobre la angulación, intentaba explicar que esta es un mecanismo de regulación de la inclinación y, por tanto, una forma de regular el nivel de apoyo sobre el esquí exterior.
Creo que todos mis lectores tendréis más que claro que es crucial llevar un adecuado nivel de apoyo en el esquí exterior y, para hacerlo, es básico entender cómo y cuando angular… Pero ¿puede existir la angulación sin inclinación? ¿Por qué nunca hablamos de esta última? ¿Por qué casi nadie suele 'trabajarla' en las clases de esquí?
Fotograma mío esquiando, equipación Spyder / Rossignol / Briko.
La razón, según creo, es que debido a una mala comprensión de lo que significaba la revolución del ‘carving’ en los esquís. Al llegar estos esquís al mercado, se buscó la manera de aprovechar mejor ese nuevo material, y, durante muchos, años se potenció y focalizo la atención sobre la inclinación. Esto llevo en demasiados casos a una manera de esquiar en que inclinábamos mucho (quizá demasiado), muchas veces de forma o en un momento de curva incorrecto, y, para más 'inri', no regulábamos correctamente este movimiento…
Esto, lamentablemente, llevó a la 'demonización' de la inclinación como fuente de todos los males que aquejan a los esquiadores...
Pero, pasados unos años, quizá es momento ya de que volvamos a hablar de la importancia de la inclinación para conseguir esquiar a buen nivel. Pensemos que los esquís giran de forma conducida sobre la nieve solamente si los canteamos para así permitir que estos flexen, ya que es precisamente la flexión de estos la que determina el radio de una curva conducida.
Dicho de otro modo, un esquí técnicamente perfeccionado requiere de un elevado grado de canteo del esquí a principio de curva, que a su vez, requiere de un elevado grado de inclinación.
Por esta razón, nuestra progresión técnica como esquiadores pasará en algún momento y, en mayor o menor medida, por una etapa en que deberemos aprender a salirnos de la ‘verticalidad’ de movimientos y aprender a generar ángulos (respecto a la nieve) a principio de curva para así conseguir un adecuado canteo de los esquís en la primera parte de la curva, que nos permita, a su vez, construir sobre este toda la fase de control y salida de la misma.
Será también la inclinación, bien trabajada desde el esquí exterior y adecuadamente regulada, la que nos llevará a situar nuestro cuerpo en una posición en que pueda, además, resistir mejor las fuerzas que se generan en el paso por curva al esquiar.
Otro fotograma mío esquiando, equipación Spyder / Rossignol / Briko.
Para verlo de forma más gráfica (y dinámica) veamos este vídeo y fijémonos en el momento de iniciación de la curva...
O este otro fotomontaje que usé hace ya algunos años para representar las diferentes acciones a realizar en cada momento y fase de una curva:
Fotomontaje de las fases de una curva.
Una vez visto todo esto, creo que ya tenemos todos los elementos para construir nuestro pequeño ‘puzzle’ sobre la inclinación y la angulación…
Generamos canteo mediante una proyección hacía la siguiente curva, predominada en nuestro eje lateral por el movimiento de inclinación mientras que progresivamente encontramos el apoyo sobre el esquí exterior y regulamos la inclinación mediante la angulación.
Ying y Yang. Acción y reacción. Inclinación y angulación. Dos caras de una misma moneda.
No tiene sentido hablar de una sin la otra. No tiene sentido intentar entenderlas sin comprender la relación entre ambas. No podremos llegar a conseguir un buen nivel de esquí sin dominar e incorporar a nuestro esquema motriz ambos movimientos, tanto en dirección, como en amplitud y ‘timing’.
Winter is coming!
Sam Suarez,
Técnico deportivo superior
