¡Ya he empezado la temporada en Grandvalira! ¡Por fin! Tenía muchas ganas. Máximo viendo cómo estaba nevando ayer.
Me acosté con la estación recibiendo nieve, un poco nervioso, como viene siendo habitual en estos primeros días. Pero, os lo confieso, he dormido como un lirón.
A primera hora ya estaba en la estación, en esta ocasión no he sido el primero, la preparación del material me he llevado más tiempo del que tenía previsto, nunca sabes qué ponerte en los días especiales.
Saliendo de casa me he dado cuenta de varias cosas:
- Hacía mucho viento: malo.
- Seguía nevando: bueno.
- Hacía frío: bueno. Bueno, bueno pero sin pasarse, que a -12ºC con el viento que hacía te dejaba tieso en la silla.
- Se podía esquiar: muy bueno.
La verdad, no es el primer día que llevas deseando los últimos 229 días, pero hemos podido esquiar, y eso es un buen principio.
Nuestra querida reina, la nieve, vino ayer de visita para una larga temporada. Lo malo es que la acompañó ese indeseable al que nadie quiere nunca pero que, de vez en cuando, hace presencia en nuestras estaciones: el viento. Sin él todo hubiera sido perfecto: nieve fresca, muy seca, muy fría. Ideal. Tan buena que mucha se la ha llevado con él. Qué lástima, porque podríamos estar hablando de un día épico.
Con todo, en las zonas que estaban abiertas y que he podido esquiar, la nieve estaba espectacular, tanto que sobre las 12’30 he decidido cambiar los esquís de eslalon (Elan SLX) por los gorditos (Rossignol SKY7), que estrenaba. ¿Cómo no me los iba a poner?
Si os digo la verdad, después de haber dado una vuelta por todo lo que estaba abierto, me he tenido que acercar a tomar un café caliente: -12 todo el rato, y hoy he pecado de optimista y no llevaba ropa muy caliente. Sabía que iba a esquiar con ganas y no suelo tener frío, pero en las sillas pegaba de lo lindo. Así que un café y una pasta, que tampoco pasa nada por perder 20 minutos.
Después me he encontrado con un grupo de amigos, de los que no faltan nunca, y mucho menos el primer día. Todos helados pero todos contentos. Al final ha pasado lo que pasa muchas veces, la selección natural deja a los más necesitados y ha habido momentos de muy buen esquí. Hacía frío sí, pero también había muchas ganas.
Calculo que sobre las tres me he retirado, no está nada mal para haber sido un día de perros. Sinceramente, he agradecido el calorcito de casa. He comido, me disponía a descansar un rato, per he pensado que teniendo la nieve ahí mismo, teniendo las ganas que tenemos de esquiar, teniendo un equipo, nuevo para mí aunque usado ya, de esquí de travesía… ¿no lo iba a estrenar? Con que me he vestido otra vez de guerrero y me he ido a dar mis primeros pasos sobre unos esquís de travesía.
¿Qué me ha parecido? Pues lo puedes ver en el siguiente video de 47 segundos, pero ya os adelanto que me va a dar fuerte, espero ir poco a poco y dando los pasos adecuados, pero tiene pinta de que engancha mucho.
Mañana más, a ver cómo han podido trabajar la nieve, ojalá el viento nos deje ya y se vaya lejos.
Os lo cuento en breve.