Para muchos una buena elección de botas es la clave a la hora de disfrutar más del esquí. Eligiendo bien podemos sacar mejor provecho a nuestos días de esquí. O, por el contrario, podemos tener molestias y hasta lesiones.
En los últimos años, con el uso de Internet y los precios de algunas tiendas de la gran red, es común encontrar a alguien que se ha equivocado en la elección y que no lleva la bota adecuada, pero también puedes encontrar a gente que esquía sufriendo en los pies.
Nada peor que esquiar con problemas "de botas" y nada más reconfortante que el hacerlo con unas a nuestra medida.
El mercado de las botas evoluciona año a año. A lo mejor no le damos toda la importancia que se merece, pero las botas evolucionan. Y bastante. Además de la especialización de los modelos, las marcas incorporan nuevas tecnologías e incluso en los últimos años se han abierto nuevos segmentos. Parece mentira pero han conseguido que tengamos, al menos algunos esquiadores, más cada vez, diferentes modelos de botas. Antes se tenían unas botas para todo y durante muchos, muchísimos años. Ahora estamos muy mal acostumbrados, el marketing hace su trabajo y "necesitamos" (entre comillas) especializar nuestras botas. No es difícil conocer esquiadores que tienen (tenemos) dos pares de botas de diferente segmento, pero si indagas un poco más conocerás a alguno que tenga tres y hasta cuatro pares. No os echéis las manos a la cabeza, hay gente que tiene botas de "skimo", de "freeride", de "pista" y de "telemark". No es muy común, pero sí que cada vez hay más gente. Y ya es habitual tener dos pares: para "pista" y para "fuera de pista".
En mi caso, andaba buscando unas botas un poco "cañeritas" (las otras que tengo son mucho más "suaves"), ya hace algún tiempo que las mías no me agarraban el pie como me gusta que lo hagan. Cuando eran nuevas calzaban perfectas, pero el uso y el desgaste de los materiales no pasa en balde. Y todo te va bien hasta que pruebas cosas nuevas.
De hecho, creo que el mayor problema (a la hora de comprar material) del esquiador es ese: el probar cosas nuevas. Y yo probé. Ya hace tiempo que tenía una idea en la cabeza (por un consejo de un buen profesional de botas) y se dieron todas las circunstancias. Probé y caí.
Y no me arrepiento.
En los días de Navidad me compré unas botas. Una estupendas Lange RS 130, las de horma estrecha, 97mm.
Si os digo la verdad, el día que las estrené llevé mis botas viejas también en el coche, por si acaso. Y sí, tenía miedo de no ser capaz de "poder" con ese 130 que tanto asusta. Pero estaba muy equivocado. Ese 130 no es un impedimento, al revés. El primer día, pese a ser nuevas, ya disfruté las botas. Es cierto que a la hora de quitármelas noté un cierto descanso, como pasaba antiguamente, pero durante el tiempo de esquí no tuve ningún problema. Eso sí, llevaba los pies sujetos como nunca. Ufffff, no se movian ni un milímetro. Y eso ayuda a la hora de esquiar, sin duda.
En los días siguientes sí noté alguna opresión de más y decidí ir a comentarlo a la tienda. Decidimos dar algún día más de esquí para que desaparecieran, pero me dieron un buen consejo. "Si te van bien pues bien, pero si quieres que te vayan perfectas hazte unas plantilas a medida". Y claro, entre bien y perfectas hay diferencia.
De hecho, en mis anteriores botas ya llevaba unas plantillas hechas a medida. Y contento con ellas.
Esquié unos cuantos días más y volví a la tienda a personalizar unas plantillas y a tratar de eliminar unas pequeñas molestias. Creo que tengo unos pies agradecidos, porque pocas veces se quejan, pero mejor estar perfectos. ¿No?
Os cuento cómo fue el proceso, que me parece interesante.
Una vez hechas las plantillas hay que ajustarlas, el trabajo de un buen profesional es importante en este punto. Hay que ser un poco paciente.
Minucioso trabajo pero fundamental no tener prisa y hacerlo bien.
Después de todo esto llega el momento de preparar el botín. Hay que ajustarlo bien. Para ello nos ponen unos parches en las zonas más confictivas del pie, las partes que suelen sufrir más. Dando calor al botín conseguiremos que se deforme según nuestra necesidad y el ajuste será óptimo, al menos sin molestias.
El proceso lleva su rato, pero creo que vale la pena. Recuerdo haber "termoformado" los últimos 3 pares de botas (y este cuarto), pero nunca con el mismo resultado que esta vez. Cada vez ha sido mejor que la anterior, es el resultado de las mejoras de material en las botas. Cada marca tiene su sistema, o eso nos dicen, pero la cosa es que se puede ver la diferencia con el paso de los años. Todo mejora.
Ahora que esquío con ellas con frecuencia os puedo decir que con las plantillas siento más comodidad y, no sé cómo explicar esto, como si costara menos transmitir al esquí. Antes, desde que las estrené, ya me sentía bien con las botas, pero ahora me siento mejor, si no van perfectas poco les quedará. Por ejemplo, el día que hicimos las 12 horas de esquí (aquí puedes ver el artículo) me sentí muy bien en todo momento mientras esquiaba. Y las tuve puestas desde las 7 de la mañana hasta pasadas las 8 de la tarde.
¿Cuál es el único problema que le veo a llevar las botas tan bien ajustadas? Pues que ahora las otras, que son de la temporada pasada (aunque un concepto muy distinto de bota), parece que ya no van tan bien. Son más perezosas a la hora de transmitir, notas alguna holgura, las plantillas (pese a ser personalizadas también) no "pisan" igual. En fin, que tendré que llevarlas a darles también algún retoque.
Os aconsejo que SIEMPRE compréis las botas en una buena tienda especializada. Que la bota sea buena no es tan importante como que os quede bien. Y ante cualquier molestia un buen profesional podrá ayudaros. En mi caso yo acudí a Esports Cubil, aconsejado por un buen amigo que sufría mucho en los pies. Y creo que el trabajo realizado está incluso por encima de las expectativas que yo llevaba.
Como curiosidad os cuento que el día en que yo me probé las botas antes de comprarlas, había un señor de unos 55 años "haciéndose" las botas. Y me quedé asustado porque el hombre estaba sufriendo una barbaridad, me llamó mucho la atención porque daba la impresión de que se le iban a salir las lágrimas por el dolor. Cuando volví, pregunté por él, tenía mucha curiosidad, y Albert me contó que en su primer día de esquí con las botas "a medida" fue a darle un abrazo. Ese hombre estaba a punto de dejar de esquiar, no soportaba el dolor y consiguió hacerlo sin sufrir. Eso es lo que un buen profesional puede hacer por ti: que disfrutes del esquí sin molestias en los pies.
Llega la Semana Santa, ya la tenemos ahí. Espero que podáis disfrutar del esquí y de la nieve que ahora mismo está excelente. Saludos a todos y nos vemos pronto de nuevo aquí.