febrero 14, 2018

Imágenes de un paseo por el Formigal más desconocido, rincones secretos para ver una montaña diferente

Nos vamos a dar una vuelta por el Formigal, desconocido, donde el silencio, los rincones secretos y la compañía de

Nos vamos a dar una vuelta por el Formigal, desconocido, donde el silencio, los rincones secretos y la compañía de los sarrios, nos harán ver una montaña diferente, llena de matices y de color, de naturaleza y paz, una montaña intima, donde los pinos negros, el vuelo de las rapaces y pequeños lagos escondidos, nos sobrecogerán por su belleza. Pero también una montaña llena de incertidumbres, si no la afrontamos con humildad y el conocimiento necesario.
El material especifico para recorrer estos lugares, es imprescindible, pero en la mochila tenemos que meter una buena dosis de sentido común.
Desde las sillas y andando entre 10 y 30 minutos, alcanzaremos esa montaña y esos rincones, atendiendo siempre a las indicaciones de apertura o cierre de los itinerarios.
Algunos de ellos balizados, otros sin ninguna indicación, y que nos avisa o bien de ser un gran conocedor del terreno o contar con la ayuda de profesionales para recorrerlos.

Esquiar por ellos es una experiencia muy gratificante y a tomar con calma para sacar fotos, respirar la soledad, escuchar el silencio. También elegir el día es vital para afrontarlos con seguridad, preguntar a los pisters sobre el estado de la nieve e informarse sobre el grado de avalanchas que existe.
Por lo demás, una mochila, la necesaria trilogía de Arva, pala y sonda ( el conocimiento suelto de su utilización ) y no ir solo son otras de las premisas para los recorridos.

Con Telera al fondo

Abrir nuestras propias líneas

Una esquiadora descendiendo en solitario

Esquiar por la montaña aunque tengamos los remontes cerca y volvamos hacia ellos, no nos tiene que dar la falsa idea de seguridad adicional, ahí estamos solos y debemos preparar cada descenso con meticulosidad, para evitar en la medida posible cualquier percance. Si así lo hacemos cada uno de los recorridos será un disfrute para los sentidos, un placer deslizarnos y abrir nuestras propias líneas y parar a observar lo que nos rodea, que os aseguro no n
 
os va a dejar indiferentes, no hay que olvidar que el Valle de Tena, tiene unas vistas impresionantes a los primeros tres miles de la cadena pirenaica y verlos enfrente es inolvidable.
Por lo demás si la calidad de la nieve nos acompaña y podemos flotar en el polvo de las umbrías, o entre los árboles, el viaje valdrá y mucho la pena.