En este primer artículo, trataré de identificar estas razones y lo más importante, intentaré proponer soluciones para que estos motivos no se den, y así conseguir que poco a poco desaparezca esta mala fama intrínseca que planea sobre nuestro deporte.
Creo que este rumor se fundamenta en varios aspectos; el más importante podría ser el riesgo de lesiones que la gente “a priori” vemos en el esquí; otro sería la velocidad a la que se desplazan los esquiadores por terrenos en ocasiones muy duros (el clásico, ¡hay hielo!), o muy blandos, o con baches, etc.; podríamos continuar con el aspecto “masificación” en las pistas; y podríamos terminar con los factores ambientales hostiles como pueden ser el frío, la ventisca, el sol, etc.
Lejos de querer llevar la contraria a estos rumores populares, lo único que pretendo con este artículo es proponer soluciones que busquen sino eliminar, reducir drásticamente su nivel de incidencia en el buen resultado de una jornada de esquí. La primera y más fuerte de estas soluciones, es a mi modesto entender, contratar un profesor. Personalmente, para personas debutantes en este deporte, yo lo haría obligatorio. Un profesor de esquí sabe (o al menos debería) dónde llevarte (en función de tu nivel, tipo de pistas, etc.), cuándo hacerlo (teniendo en cuenta el volumen y movilidad de la gente, estado de la nieve, clima), qué progresión seguir y a qué ritmo, puede aconsejarte sobre el material y su uso, te recordará la protección solar y que debes hidratarte aunque no tengas sed, calentaréis, marcará tus límites de práctica, etc. En definitiva, es en mi opinión la mejor de las inversiones si eres debutante, y si no lo eres, una muy buena apuesta por la calidad y el éxito de tu jornada.
Eliminando, o al menos, cerrando mucho el círculo de posibles riesgos en nuestro deporte con la contratación de nuestro profesional, ¿qué otros rumores negativos nos faltan por cubrir?, En realidad, muy pocos. Si él hace bien su trabajo, los riesgos en todos los sentidos disminuyen drásticamente. ¿Acaso no es esto lo más importante?
Durante mucho años, he tenido la oportunidad de llevar a cabo semanas blancas con grupos de escolares, en ocasiones muy numerosos, a estaciones de nuestro país y de nuestro vecino Andorra. Estos escolares, pongamos 80 de ellos, (en ocasiones adolescentes descerebrados, y en otras peques de 6 u 8 añitos), esquiaban casi 5 horas diarias durante cinco días. ¿Os podéis hacer una idea de la cantidad de cosas que podrían haber pasado? Pues bien, aproximadamente en el 80% de las semanas, nuestro índice de lesiones era CERO. Durante toda la jornada, durante las 5 horas diarias, iban con profesores de esquí. Que importante es que tu hijo, sobrino, hermano, pareja, regrese de su viaje de nieve sano, no os parece?.
El agravio comparativo se daba cuando grupos con los que coincidíamos en la misma semana y estación, sólo daban dos horas de clase o iban solos durante todos los días de la semana; sus cifras eran desoladoras, pero su viaje, mucho más barato.
Para terminar, existen numerosos factores que condicionan nuestra seguridad en la práctica de los deportes de invierno, factores de los que quizá hablemos en el futuro, pero no se me ocurre una solución a tantos de ellos de golpe como el contar con un profesional a nuestro lado. En mi humilde opinión, es mucho más lesivo un partido de futbol, que una jornada de esquí alpino con profesor, si no, que se lo digan a Svindal... Por desgracia he sufrido personalmente y he conocido a muchos deportistas y esquiadores que se lesionan por el clásico partidito en las praderas de hierba en Tignes, o en la pachanga casual de fin de semana, aunque repito, esto es sólo mi opinión.
Yo soy profesor y entrenador de esquí Alpino, y os prometo que mi intención con este artículo está muy lejos de “barrer para casa”. Por encima de todo esto, está el ayudar a la gente a que disfrute de nuestro deporte, el hacerles desear volver, el proporcionarles experiencias agradables, y esto, con la ayuda de un profesional de la nieve, debería estar garantizado.
KonaYuki
Fer,
