Las nevadas caídas este fin de semana pasado se hizo notar también en la Serranía conquense, aunque en menor cantidad que en el norte del país. Las previsiones en la Serranía hablaban de 15-20 cm de espesor por encima de los 1000m y con aviso naranja por rachas de viento superiores a los 90 km/h.
Esta vez había elegido la Sierra de Tragacete como el lugar para disfrutar de unos descensos por sus amplias pistas forestales y algún fuera de pista cuando el grosor de nieve fuera decente sin riesgo de encontrarme con los famosos tiburones.
Esta pista forestal comienza junto a la carretera a 1290m y asciende hasta los 1792m donde llegamos al Cerro de la Bandera, cumbre de mayor altitud de esta pequeña sierra. Una vez que te adentras a las "puertas" de la Serranía de Cuenca la nieve predomina en el paisaje aunque con menor espesor del esperado. Las dudas aparecen sobre la nieve caída y las opciones de poder disfrutar de manera plena sin riesgos para la tabla. Tras pasar el municipio de Huélamo (a escasos 5km de la sierra) la nieve es más abundante. Mis dudas se evadieron y el deseo pasó a ser el protagonista.
La carretera se encontraba en un estado más que aceptable. Las quitanieves hicieron muy bien su trabajo. Mi sorpresa fue cuando llegué al desvío del camino, la nieve retirada por la quitanieves tapaba por completo el acceso y no tenía posibilidad de poder aparcar el coche que no fuera en la misma calzada de la carretera. No esperaba tanta nieve a una cota tan baja. Rápidamente pensé en un plan B. Esa otra opción tenía el nombre de "la Mogorrita". Su carretera estaba también limpia aunque algunos tramos en cota altas los neumáticos de invierno tuvieron que esforzarse al máximo. ¡¡¡BENDITOS NEUMÁTICOS!!!.
Una vez llegado al refugio, aparqué el coche y preparé todo el equipo.
Era el primero en llegar. Recalco esto porque la Mogorrita es un lugar recurrente para los vecinos del lugar como zona de disfrute de la nieve. 10:30 a.m, unos frescos -6ºC y un viento que congelaba el alma era el recibimiento que la montaña me ofrecía. El espesor de nieve superaba los 50cm en cotas altas de la montaña ya que se acumuló lo caído unos días antes con la nevada de hace dos semanas.
El estado de la nieve era perfecta. Con ese espesor, densidad y calidad, cualquier rincón de mi amada montaña era esquiable. Eso sumado al conocimiento del terreno, sabía que zonas eran las más favorables para no tener que cubrir de cofix la suela de la tabla.
Fue una mañana para el recuerdo. En muy pocas ocasiones se puede disfrutar de todo el entorno sin acometerse exclusivamente a la vieja pista de la estación. El resto fue disfrutar...y mucho.
El esfuerzo de cada subida tras una larga bajada se hacía cada vez más duro, si más cabe, con un espesor que casi rozaba la rodilla, pero la pasión por este deporte y a esta montaña lo puede con todo. ¿¿¿Será la última gran nevada en la Mogorrita??? Espero y deseo que no…
--------------------------------------------------------------------------
Artículo escrito por David Algarra (Skyline de la Serranía)
Fotos: David Algarra (Usuario: Berlok)
