Cruzando los Alpes en esquís
Estaba escuchando a Elvis Presley en vez del nuevo GPS de Mattias y tomé accidentalmente la salida equivocada, en Torino, Italia. O sea que estábamos yendo hacia el Valle d´Aosta, en vez de hacia Milán para ir a Austria. Y escuchaba a los chicos en el coche (Mats, Jonathan y Mattias) riéndose de mi pero a la vez preocupados, ya que el guía (yo) que les va a llevar durante siete semanas por el Arco Alpino en esquís no sabía ni seguir las simples instrucciones del GPS…
Texto y fotos por Mikael Pilstrang
Empezamos en Austria, pero con tres días de retraso, ya que nunca paró de nevar en nuestra casa en La Grave. La carretera bloqueada dos días y el tercer día pues…. no podíamos irnos sin marcar unas trazas con el paquetón que cayó, ¡y aún menos con el imponente Meije en semejantes condiciones…!
Cada semana de este tour se unirán un grupo diferente de esquiadores, según en que lugares estemos. El equipo de base somos Jonathan Hultén y yo (Guías de montaña profesionales), y Mattias Johansson, aficionado del esquí y montaña, que se ha tomado un descanso de su trabajo normal para venir con nosotros. La misión es cruzar el Arco Alpino en dos inviernos, buscando la mejor forma de esquiarlo y llegar a la Costa Azul, en el mar mediterráneo, con las glamourosas playas de Niza.
Por fin, después de 10 horas de coche, tomamos el remonte hasta Rudolfhütte-Alpinzentrum, el punto de inicio de nuestra travesía. Después de un buen día de esquí, comimos una gran cena de buffet acompañado de la apropiada weissbier. Acabamos con la conclusión que habría que volver a Rudolfhütte algún otro día… Y en realidad, terminamos concluyendo lo mismo de todos los lugares, valles y estaciones por los cuales pasamos. Algo muy inspirante darse cuenta de que hay tantos lugares interesantes en los Alpes.
Al día siguiente y después de haber subido ya un puerto, llegamos a Hinteres Umbatórl, el segundo puerto, a 2845 metros. Los últimos pasos son un poco lentos ya que hemos subido unos 1200m de desnivel. Al llegar, podemos ver todo lo que hay en el otro lado: nieve perfecta y unas palas abiertas que nos conducen por la frontera italiana, en la valle Ahrntal. Es la primera frontera que cruzamos. Después de unos tragos calientes del termo y unas barritas energéticas, las fuerzas nos vuelven para realmente disfrutar de la bajada. Antes de dejarse ir, unas curvitas prudentes para averiguar el estado de la nieve y luego a bajar con total fluidez por esta magnífica pala. ¡Parecemos un grupo de freeriders en vez de unos tradicionales esquiadores de travesía!
Llegamos a Kasern, donde nos fuimos directos al primer bar que vimos, pedimos unas birras y hablamos de donde dormiríamos esa noche. Las primeras semanitas de nuestra aventurita esquiando y cruzando los Alpes son aún mejor de lo que esperábamos. Estamos pasando las noches en refugios no guardados, donde eso ya es una aventura en sí: alguien tiene que hacer el fuego, otros buscar agua o fundir nieve (que tarda bastante, y aún peor de noche!), y ante todo desenterrar de nieve la entrada…. No vemos nunca ni una sola traza en la nieve, y la calidad del esquí es de lo mejor que se puede pedir. Conocemos a mucha gente agradable que nos ayuda con lo que pueden y la comida es de lujo cada vez que llegamos a la civilización.
Hemos organizado un sistema para que tengamos una furgoneta o un mini-bus para hacer los enlaces de vez en cuando para cambiar de zona. De domingo a viernes atravesamos diferentes valles y algunas estaciones de esquí más o menos conocidas, con una media de 1000 metros de desnivel de subida al día y después las merecidas y excitantes bajadas. Y cada sábado, un nuevo grupo de esquiadores se unen a nosotros y los otros se vuelven a sus casas con buenas memorias y algún dolor de piernas…..
El viaje sigue evolucionando y ya hemos pasado la frontera de nuevo a Austria. Es como si fuera un ziga-zaga. Entrar y salir por diferentes valles y diferentes países! La zona del Sur-Tirol es parte de Italia, pero la gente de allí lo consideran un país propio suyo.. Es una mezcla entre Alemán e Italiano, con buena comida y cultura italiana pero con alemán como idioma más utilizado. Los días se convierten en semanas y me doy cuenta que nos vamos a despedir de Austria de nuevo, pero esta vez hacia Suiza. Al día siguiente, sábado, esperamos en un parking fuera de hotel en la parte románica del país.
Y como cada sábado, hacemos la rutina de comprobar baterías de los ARVA y repartir las palas, arneses y lámpara de cabeza a todos. Las pieles de foca, crampones y esquís, todos ajustados correctamente. Y la opinión del guía sobre el peso de las mochillas: para una semana de excursión, no se puede llevar mucho, porque en realidad, solo se sube, se esquía, se come y se duerme con la misma ropa durante una semana!
Hemos visto bastante mal tiempo por nuestro recorrido hasta ahora. La navegación y las decisiones son duras cuando los terrenos cambian cada día, al igual que el tiempo. Esta semana (la penúltima del viaje) nos acompañaba medio mal tiempo y el plan A se convierte rápidamente en un plan B, y este último se convierte en un plan C, y luego en un plan D y etc… y antes que te das cuenta, es viernes! Pero aún así, la semana es inolvidable con bajadas increíbles con muchísimo paquetón, y sobretodo la ascensión a Oberalpstock y naturalmente su bajada.
Una semana más tarde estamos descansando en unos canapés en un valle olvidada en Suiza, al lado del valle de Binntal, que también es bastante desconocido. Con unas cervecitas bien frías en la mano, estamos a punto de ver la puesta de sol del viernes de Pasqua un día antes de nuestro final de viaje. Esa noche duermo de lujo aunque las camas hacían mucho ruido.
Después de un excelente desayuno ya estamos de nuevo de marcha, esta vez por un bosque bien denso. 200 metros más lejos, fuera del bosque, ya pude situarme en el mapa, pero al medio día entraron nubes y no vimos mucho durante el resto de la jornada Y la última bajada hasta el col de Simplon tiene mucha pendiente y el terreno es complicado. Lástima, ya que es nuestra última bajada!
Por fin llegamos a Andermatt, para una tarde de apres-ski con cerveza, para celebrar la aventura de siete semanas en la cual estuvimos sumergidos. Está lloviendo y estoy realmente contento de no preocuparme de la predicción meteorológica para mañana. Pero As (nombre del autor) es guía de montaña certificado UIAGM. Sueco, viviendo con su familia en La Grave, Francia, es discípulo de la buena vida: buena comida, buen esquí y buenos tiempos. Mucho tiempo estuvo soñando con atravesar los Alpes, y ahora haciéndolo realidad con amigos y clientes. ¿Para qué? Para descubrir lugares increíbles y guapísimos en los Alpes, y con maravillosas bajadas!