Unos días atrás recordé una conversación de telesilla entre dos personas que, azares del destino, subieron en la misma silla que yo. En dicha conversación, uno de ellos le hablaba al otro del profesor con el que acababa de dejar a su hijo: ‘Es muy bueno estoy seguro, es un hombre mayor y se le ve curtido, además lleva la marca de las gafas de sol muy marcada, señal de que trabaja de esto todos los días…’.
Este caso me llevo a pensar, aunque fuera sólo por un instante: '¿realmente la gente cree que un profesor solamente por no usar crema protectora o por ser mayor tiene que ser un buen profesor?', es bastante desalentador...
Supongo que los que tenéis un poco de experiencia en el mundo de la enseñanza (ya sea del esquí como de otra cosa) rápidamente me daréis la razón si digo que no necesariamente alguien mayor, con mucha experiencia y/o que se dedique únicamente a dar clase va a ser mejor profesor que alguien más joven o que compagine su pasión con otro trabajo o formación…
¿Por qué?
Sencillamente porqué el factor experiencia y edad pueden ser importantes, pero no necesariamente determinantes, para definir a un buen profesor, ya sea de esquí como de cualquier otra temática. Hay gente muy joven, muy preparada, y que, no obstante, rezuma talento y pasión por la enseñanza por cada uno de los poros de su piel, desmerecerlos por el simple hecho de ser jóvenes sería, a mi entender, un tremendo error…
Todos hemos sido (más) jóvenes, muy inexpertos y, porqué no decirlo, almenos en mi caso, quizá un poco imprudentes y quizá algo arrogantes. Pero si alguien no hubiera confiado en ese chico joven e inexperto hoy yo no sería el profesor que soy...
En cualquier caso, volviendo a mi relato y recordando de nuevo esa conversación de telesilla, creí oportuno ahondar en este tema y, como hace unos años escribí ya un articulo sobre esto (clickad aquí si queréis leerlo), voy a usarlo como punto de partida para ir un poco más allá.
En su día decía que, en mi opinión, las características principales que debe tener un buen profesor de esquí (ordenadas de mayor a menor importancia) eran:
- Pasión por el esquí y la enseñanza
- Formación y experiencia
- Habilidades de comunicación
- Paciencia
- Nivel de esquí
Lo cierto es que, en situaciones normales (cuando vas a una escuela en la propia estación de esquí, y contratas un profesor sin conocerlo), es complicado poder hacer una evaluación de estas características (o de cualquier otra) antes de realizar la clase ya que muchas veces ni siquiera sabemos nada aparte del nombre de pila (o apodo) del profesor y, por tanto, no nos queda más remedio que esperar a la clase para ver que tal va...
Lo que sí podremos es intentar evaluar, después de realizar la clase, si el profesor en cuestión nos ha parecido ‘bueno’ o no para poder decidir si volver a contratar clases con él o mejor seguir buscando un profesor que se adapte mejor a nuestras necesidades. Y digo 'que se adapte mejor' porqué en esto, como en todo, no existe el 'profesor perfecto', existe el profesor ideal para una persona concreta en un momento concreto de su evolución.

Ahora quizá algunos de mis lectores más asiduos, habituados ya a mis reflexiones, podréis pensar ‘ok, pero cómo saber si el profesor es o no es un BUEN profesor si es posible que nosotros mismos carezcamos del nivel técnico o experiencia necesarios para poder hacer una buena evaluación’. Dicho más llánamente, 'cómo narices voy a saber yo, que de esto sé poco o nada, si mi profesor es malo, regular, bueno, o un crack?'
Vayamos a ver si os puede dar algunas pistas...
Antes de nada os diré que le hagáis caso a lo que os dice el corazón, ¿el profesor ha conseguido conectar con vosotros?, ¿habéis disfrutado?, ¿habéis aprendido?, ¿consideráis que os ha valido la pena el dedicar ese esfuerzo, tiempo y dinero para realizar la clase?
Todas estas preguntas ya nos encaminan a una clara respuesta acerca de si habéis dado con un buen profesor o no, ¿pero que otras preguntas os pueden ayudar a saberlo?
- ¿Se ha preocupado por entender qué es lo que queríais aprender o mejorar?
- ¿Ha adaptado el contenido y nivel de la clase (y de su esquí) a vuestro nivel y necesidades?
- ¿Ha sido capaz de daros explicaciones y ejemplos claros a las dudas que le habéis planteado?
- ¿Ha buscado ejercicios que os ayudaran a mejorar, explicando siempre el por qué de los mismos?
- ¿Os ha transmitido la seguridad y confianza necesaria para salir de vuestra zona de confort y probar a cambiar algo en vuestro esquí?
- ¿Ha sido educado, amable, paciente?
- ¿Ha dedicado algo de su tiempo al finalizar la clase para hablar con vosotros, hacer un pequeño resumen de la clase, y marcaros los ‘deberes’ a realizar para seguir mejorando?
- ¿Os ha grabado en vídeo para reforzar sus explicaciones y correcciones?
- Y, como pregunta final: ¿Creéis que esa clase ha marcado o puede marcar una diferencia real en vuestra evolución y aprendizaje?
Son muchas preguntas pero, si os dáis cuenta, las he intentado formular para que se puedan responder con un simple 'sí' o 'no'. Si por casualidad conseguís dar con un profesor para el que podáis responder de manera clara un ‘sí’ a todo lo anterior, probablemente hayáis dado con un muy buen profesor, o, como decía antes, seguramente hayáis dado con el profesor ideal para vosotros.
¡Que tengáis una buena temporada de esquí!
Winter is coming!
www.nevasport.com/winteriscoming/
www.facebook.com/blogwinteriscoming/
www.instagram.com/samsuarez_nevasport/
Sam Suarez,
Técnico deportivo superior