Hoy os propongo un artículo bastante diferente a lo habitual.
Hace unos días me acerqué a la Ortopedia Grau Soler en Barcelona para entrevistar a Beatriz Camos, la directora de este centro puntero en nuestro país especializado en ortopedia deportiva, con la intención de intentar aprender más sobre su trabajo y, a la vez, intentar romper algunos mitos sobre las lesiones deportivas.
¡Espero que os guste el resultado!
Buenos días Bea, antes de entrar en materia hagamos las oportunas presentaciones, explica a nuestros lectores quién eres y a que te dedicas.
Me llamo Bea Camos. En primer lugar, soy una madre de tres hijos que ha intentado inculcarles desde muy pequeños el amor por el deporte, y en concreto, por el esquí. Mi hija mayor fue corredora de competición hasta comenzar la Universidad y los dos chicos aún compiten con el CANM-Cerdanya.
A nivel profesional dirijo el Centro Ortopédico Grau Soler de Barcelona. Pertenezco a la cuarta generación de esta empresa familiar especializada en ortopedia deportiva, prótesis y ortesis de alta tecnología.
¿Podrías explicarnos qué clase de productos o servicios ofrecéis a los deportistas en Grau Soler?
Como he dicho antes, somos una ortopedia y basamos nuestro servicio en el trato personalizado. A las exigencias propias de cada deporte se añade que todos seamos diferentes, de manera que la atención individualizada es imprescindible a la hora de encontrar la mejor solución para cada deportista.
Aunque dos personas presenten a priori una patología similar normalmente requieren productos diferentes y, sobretodo, una adaptación específica. En esto es en lo que nos diferenciamos de otros establecimientos generalistas o, incluso, de las tiendas de internet. En Grau Soler tratamos deportistas de golf, tenis, fútbol, baloncesto, surf,… desde amateurs a profesionales de élite. También colaboramos con varios de los principales clubs deportivos de Catalunya. Todo ello nos permite “estar a la última” en el tratamiento de las patologías específicas de dichos deportes y posicionarnos en el segmento ‘top’ de marcas, tecnologías y productos.
En el caso concreto del esquí los artículos más comunes son las rodilleras y fajas estabilizadoras, los calcetines compresivos de alta gama, la ropa técnica y, por último, las plantillas personalizadas, con las que incluimos un estudio de la pisada.
Si debes escoger una, ¿cual dirías que es vuestra especialidad?
Realmente es difícil elegir una especialidad en concreto. Pero si debiera seleccionar una donde somos diferenciales te diría el área de protetización de miembro inferior y superior. Poder ayudar a una persona a caminar de nuevo o a recuperar la funcionalidad de algo tan importante como una mano nos proporciona una satisfacción enorme. Se trata además de una especialidad extremadamente compleja desde el punto de vista técnico que obliga a una evolución constante en materiales y electrónica. Grau Soler es una empresa líder en Europa en este terreno.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Sin duda, sentirme útil. En mi trabajo trato a diario casos muy difíciles, como niños que han sufrido quemaduras serias o mujeres que luchan con un cáncer. Lograr mejorar la vida diaria de estas personas, aunque solo sea un poco, es la mayor satisfacción profesional que puedo imaginar. Además aprendo de ellas constantemente, de su valentía y su lucha por salir adelante.
También hay, evidentemente, casos menos transcendentes en los que también disfruto mucho ya que ayudamos a las personas a poder seguir disfrutando del deporte y evolucionar, como puede ser colaborar con un corredor de maratón para elegir la plantilla que le ayude a mejorar sus tiempos, buscar la mejor fijación lumbar para un corredor profesional de rallyes, o asesorar a un esquiador sobre la rodillera de protección que más le conviene.
Con el tiempo habrás visto muchas lesiones, ¿cuáles son las más habituales entre los esquiadores?
Las lesiones de más incidencia en el esquí son, como por desgracia sabemos bien quienes practicamos este deporte, la lesión del pulgar del esquiador y la temida rotura del ligamento cruzado anterior (LCA). También se producen cada vez más fracturas y contusiones por caídas o choques en las pistas, aunque, a pesar de su aparatosidad, son por lo general de tratamiento y recuperación más sencillos que una lesión del LCA.
¿Y cuáles dirías que son las más complicadas para vosotros?
Evidentemente hay casos muy difíciles, pero sin duda los peores a nivel de tratamiento se dan cuando una persona acude a nuestra casa con unas expectativas que superan la tecnología disponible hoy en día. Algunas películas transmiten una idea de que "todo es posible" muy alejada de la realidad. Sin duda hay productos muy avanzados, que correctamente adaptados por un buen técnico proporcionan una importante mejora al paciente, pero por desgracia no en todos los casos es posible recuperar el nivel de actividad que se tenía antes de la lesión…
¿Existe alguna 'fórmula mágica' para intentar prevenir las lesiones o, al menos, mitigar el riesgo de sufrirlas? ¿Sería bueno usar rodilleras a modo de ’prevención’?
Todos conocemos las reglas básicas para evitar lesiones, el problema reside en que no las cumplimos.
La primera “fórmula” consiste en “tener sentido común”, evitando situaciones límite tanto a nivel físico como mental. Si nos centramos en la partel física, es imprescindible tonificar los músculos y las articulaciones mediante los consabidos calentamientos previos y concluir siempre con una buena serie de estiramientos globales.
Como decía antes, todos lo sabemos, pero ¿cuántos lo hacemos?. Pensemos que un ligamento o una fibra muscular son mucho más propensos a lesionarse cuando están fríos.
Menos conocido, pero también muy recomendable es el entrenamiento de ejercicios de propiocepción y equilibrio para preparar nuestros músculos para los movimientos y situaciones que encontraremos en deportes como el esquí.
Por último y aunque no suele hablarse de ello está también el material, aunque quizá no hace falta, me gustaría insistir en la importancia de pagar algo más por productos de calidad. Debemos ser conscientes que pasar frío o no ir suficientemente equipado puede provocar lesiones, molestias y riesgos innecesarios.
Como último punto en lo que a prevención se refiere, para evitar lesiones de miembro inferior (sobretodo en casos en que ya se tiene alguna inestabilidad o problema) se pueden utilizar rodilleras específicas que evitan la hiperextensión, flexión o rotación, que es la principal causa de la rotura del LCA.
Muchas veces se tiene la creencia de que después de sufrir una operación de rodilla la articulación nunca llega a quedar como estaba originalmente, ¿es esto verdad? ¿De qué depende?
La realidad es que las nuevas tecnologías permiten cirugías cada vez más precisas, con incisiones más pequeñas y menos invasivas, ha habido un gran avance en este terreno y el % de éxito de las operaciones también es cada vez más alto. Aún así, el periodo de rehabilitación a cargo del fisio es fundamental para recuperar la funcionalidad anterior a la lesión. Si con todo ello persiste inestabilidad, las molestias o incluso una cierta inseguridad, se debe recurrir a un estabilizador de rodilla que aporte una sensación de seguridad similar al de la rodilla sana.
Como método complementario podemos recurrir también a la electroterapia con productos como el Compex para el fortalecimiento del cuádriceps y ayudar así también a la estabilización de la rodilla.
Hay casos de personas que después de sufrir una rotura del LCA por una u otra razón deciden no pasar por quirófano, ¿se puede esquiar sin un ligamento cruzado?
Si, se puede. De hecho, por sorprendente que parezca, es más habitual de lo que podemos pensar. En aquellos casos en que el doctor no recomiende la operación se puede utilizar una rodillera que estabilice lateral y anteroposteriormente la rodilla y, además, aliviar el dolor que pudiera aparecer.
En estos casos lo más importante es disponer del material (rodillera) adecuados y aprender a regularlo y colocarlo correctamente, una buena rodillera mal puesta no nos sujetará ni podrá realizar la función que se le supone.
Me consta que, además de trabajar con lesiones, también lo hacéis con deportistas con minusvalías, alguno incluso olímpico, ¿cuál es vuestra función en esos casos?
Sí, por supuesto. Colaboramos tanto con personas protetizadas como con deportistas que precisan de sillas específicas.
Es increíble ver lo que son capaces de hacer, desde participar en carreras de motos acuáticas con una prótesis especial de extremidad inferior a conducir un coche de rallyes en un asiento adaptado. Sin olvidar por supuesto a los jugadores de baloncesto, tenis, ping pong y prácticamente cualquier rama del deporte. ¿Y quién no ha visto en las pistas de esquí a esquiadores en silla, o con un solo esquí?. Son unos fieras.
Ayudarles en lo posible a que puedan realizar estas actividades nos enorgullece. Su ejemplo te hace comprender que cualquier limitación física puede superarse con esfuerzo y voluntad.
Hace dos años el atleta Oscar Pistorius consiguió clasificarse y competir en unas olimpiadas de verano (Londres 2012) junto con atletas sin minusvalías, llegando incluso a pasar a las semifinales, crees que en un futuro estos casos pueden llegar a darse con más frecuencia gracias al avance de la tecnología en prótesis?
La situación actual de Oscar Pistorius es bien conocida, tristemente. Pero esto no debe hacernos olvidar que fue el primero en conseguir la integración completa en el deporte y, además, en un evento de tanta repercusión como las Olimpiadas. Muchos otros chicos con limitaciones físicas, en cualquier parte del mundo, seguirán su ejemplo, y eso es fantástico.
Respecto a la equidad en la competición todo dependerá de los controles que se establezcan para que una prótesis no produzca una ventaja artificial. No hay duda de que más temprano que tarde una prótesis superará en prestaciones a un pie natural, y su rendimiento deberá regularse. Pero esto ya ocurre actualmente con las raquetas o las zapatillas. Ahora bien, el reto de nuestra sociedad será aceptar con naturalidad que un deportista con prótesis consiga la medalla de oro en unas Olimpiadas abiertas. ¡Ojalá sea pronto!
Sabiendo que en Grau Soler disponéis siempre de la tecnología y soluciones más avanzadas, ¿Podrías explicarnos hacía donde está avanzando la tecnología en el ámbito de las prótesis y rodilleras? ¿Qué podemos esperar en los próximos años?
Pues en los últimos años la tecnología está avanzando sobretodo hacia la especialización y la personalización de los productos, es decir, se busca cada vez más que los productos sean muy muy específicos para lesiones concretas y, por otro lado, se busca cada vez más que los productos se puedan personalizar para cada paciente.
Se ha acabado el pensar en productos, rodilleras por ejemplo, que deban servir igual para una persona sin ligamento cruzado que para alguien que tiene otro tipo de afectación en la rodilla. Se busca la total adaptación tanto en rodilleras como en prótesis o cualquier otro producto ortopédico teniendo en cuenta cada lesión y paciente concreto, sus expectativas, sus necesidades y, por supuesto, sus características físicas.
Muchas gracias por tu tiempo Bea, hemos aprendido mucho hoy contigo y estoy seguro que nuestros lectores también.
Gracias a ti Sam.
Winter is coming!
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior