El esquí y los deportes de nieve en general, transmiten valores de libertad, naturaleza y felicidad sólo por el mero hecho de estar en ese idílico lugar que atrae a no pocas personas.
Bien es cierto que hasta hace poco, la felicidad y el éxito personal, según nos lo había transmitido la sociedad en la que estamos, se conseguía “oficialmente” obteniendo bienes materiales. Sin embargo, el hecho de tener ataduras como casas o caros coches que mantener, cada vez va quedando más obsoleto ante la apreciación de poder viajar por todo el globo, y/o vivir sensaciones diferentes increíbles. Y es que los valores actuales por tanto, ya no se reflejan en lo material, sino en vivencias.
¿Para qué sirve tener cosas que mantenerlas nos supongan quebraderos de cabeza? En realidad podemos vivir felices realizando las fascinantes oportunidades que hoy en día nos brinda la vida, como por ejemplo esquiar.
Sin duda se están redefiniendo el valor y los significados de las palabras felicidad, éxito, estabilidad, etc., siendo en la actualidad más admiradas las personas que invierten en adquirir vivencias personales atrayentes, instructivas, exclusivas, etc., en detrimento de las que deciden hacerlo obteniendo bienes materiales.
Trabajos flexibles y dinámicos en lo que se refiere al horario y lugar donde se puedan realizar, son más valorados que los monótonos y estáticos (como hacemos nosotros, los blogueros de Nevasport, que estamos encantados). Y es que hipotecarse para media vida ya carece de sentido común en muchas situaciones, puesto que cambiamos de lugar de residencia por diferentes motivos.
Parece demostrado que lo que aprendemos y disfrutamos esquiando en las montañas, viajando, aprendiendo un idioma, o comprendiendo la forma de vivir integrandonos en otra cultura, nos hacen más “establemente felices para siempre”.
Por poner un ejemplo, nos resultaría extraño si algún ex miembro de un equipo de competición opinase en su retirada que le hubiera proporcionado mayor satisfacción hipotecarse obteniendo algún bien material en lugar de haber disfrutado de las experiencias divertidas y formativas que ha tenido.
Lo cierto es que nuestros antepasados, apenas tuvieron las posibilidades de ahora, y por eso daban tanta importancia al “tener”, y seguramente debamos replantearlo.
Ahí queda eso. Pero a los que ya hayáis tenido la oportunidad de llevar esa vida de alguna manera ...
¡Que os quiten lo esquiado!