Sobresaltos, porque no salíamos de una nevada que entrabamos en una lluvia y pasábamos a un viento fuerte del norte entremedias de un foenh persistente.
Lo que nos enseña todo esto es que el esquí es un deporte o actividad de “supervivencia”, de saber adaptarnos, de gente “todoterreno”.
Malas nieves? No, nieves diferentes, y lo mejor para ellas es practicar un esquí “diferente”, un esquí abierto, con tecnicismo, pero a mi entender sin cerrajones de técnicas demasiado depuradas, en el deslizamiento tiene que privar la seguridad de movimientos, la creatividad y la lectura del terreno sobre la marcha, el estudio de la nieve, el respeto a la montaña y el culto a la naturaleza.
Y todo ello adornado con la soltura y la relajación, dejar atrás los mitos, los cracks, los ídolos, que haberlos, haylos, pero tratarlos y tratarnos con la debida mesura.
Para mí el verdadero “héroe” del esquí es aquel que se pasa toda la semana currando en su pueblo o ciudad, para continuar, madrugando a tope los fines de semana en busca de su línea preferida y secreta, de su pendiente fuerte o no, de su itinerario de travesía, de su freeride de los sueños.
Los demás, guías, pros, freeriders profesionales, etc., somos una legión de privilegiados, que no podemos ni debemos quejarnos de condiciones ni historias.
Que mejor que hacer de tu afición, tu profesión?.
Desde estas cuatro líneas mis respetos y admiración sin falsas modestias, a los principiantes, a los que buscan en su primer fuera de pista su edén particular, a los que se auto retan cada fin de semana para hacer su más difícil todavía, a los que disfrutan sin parar de su pista azul preferida, a los que se enfrentan a las primeras pistas rojas y a los que tientan las laderas “no pisadas” por primera vez.
Nada es más bonito que dejarte llevar por tu intuición, por tus sentimientos y hacerlo en la nieve ya ni os cuento.
Solo una cosa a modo de ( no consejo, no soy quien para aconsejar ) opinión, el esquí se practica en la montaña, y la montaña es sensible y hay que respetarla, sus reglas no son muy exigentes, simplemente, no la ensuciemos, dejémosla como estaba antes de nuestro paso y no bajemos la guardia ante ella en ningún momento de esa manera ella nos dará lo que le pedimos.
Porque aunque legiones de esquiadores de travesía, alpino, fuera de pista, snowboarders, etc, nos lancemos a ella cada fin de semana, aunque todos busquemos la diversión en sus laderas, no debemos olvidar que el juego tiene unas reglas y estas hay que respetarlas.
En el glaciar
Saltando la cornisa
Mónica sonrie
Anne en el corredor
David comienza
Recepción
David
Montevers
Fin del valle
Situaciones a tener en cuenta
Las sombras
Anne y Oscar hablando del descenso
Ride
Oscar espera
La roca
Oscar
Ricardo Montoro
Guía de Alta Montaña UIAGM
Pintor