Las sensaciones son diferentes, es tu equilibrio el que juega un papel importante, de hecho, si te atrasas o adelantas, tienes casi segura la caída, pues al llevar el talón suelto, la centralidad es muy importante, esto te hace aprender y mucho a llevar la posición sobre los esquís y cuando te pones después unos de alpino, lo notas muchísimo.
Otra característica es que es una modalidad bastante exigente físicamente hablando, aunque a el buen telemarkero, no le importa seguir a un buen esquiador de alpino, una vez que te haces bien con la técnica.
Aquí en nuestro país cada vez se ven más personas practicándolo, pero todavía es minoritario, para nosotros es un divertimiento más dentro del esquí, una forma de cambiar y de motivarnos a emprender nuevas cosas, nuevos retos, es como volver a empezar, en freeride el Telemark, es también una forma de luchar constantemente con la nieve, con el terreno, una manera de esquiar diferente, creativa y que te lleva a leer la montaña muy a fondo.
Para mí el esquí no es concebible sin el Telemark y sin el esquí de fondo, que a pesar de la opinión de muchos de su suponible “aburrimiento “ nada más lejos, no hay como deslizarte entre arboles por una traza bien pisada, con tus estrechas tablas, pero eso es otro apartado…
Desde aquí os animamos a probar el Telemark, alquilar un equipo y comprobar las sensaciones.
Gracias a:
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