El valle de Chamonix

También nos ha recibido con una caída de algodones densos y lentos, que a su vez han tapizado el suelo con esa materia en la que nos gusta tanto aparecer y desparecer, en la que nos motiva bañarnos y remover los trozos blancos para que se posen por todo nuestro cuerpo. Cham sigue ahí y nuestra historia de amor con ella es irrevocable, de acuerdo es el reino del consumo, tiendas, marcas, bolsas, deambulando de un lado para otro, es el enclave de las apariencias, pero ojo no siempre engañan, es en definitiva el corazón de la civilización más bruta en un enclave de montaña, pero amigos el amor viene del otro lado, porque Cham también es el reino de las luces, de las montañas con formas extrañas y preciosas, es el lugar de los personajes con historia, de las gentes con mucha vida a sus espaldas, de caminos solitarios, vías de una belleza brutal y descensos de una pureza fuera de toda duda, una vez te adentras en sus entrañas, el valle de Chamonix, te atrapa y te “caza” de una manera, sutil y a la vez bestia, nada allí te es indiferente y mirar la belleza de sus encuadres y la peculiaridad de sus gentes es meterte de lleno en una vibración fuerte una vibración de montaña.

Fotos.

Anne Montoro Campillo

Ricardo Montoro

Gracias a:
Salomon España

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