Ni, claro está, otros lujos como los vehículos particulares o los hoteles.
Tenían que pedir permiso a la policía para salir de su ciudad (en este caso, Barcelona), viajaban en trenes destartalados y en coches de línea. Se alojaban en refugios o en tienda y terminaban el viaje con vehículos todo terreno de solvencia contrastada:
El fotógrafo y esquiador era mi padre. De vez en cuando damos un paseo por el foro y pasa un buen rato con vuestros comentarios y vuestras fotos. Aquí tenéis las suyas.
Subida al Aneto:











Una de las cosas que más me sorprende es que estos esquiadores tan lanzados y valientes tenían una técnica muy precaria. En esas condiciones, era muy difícil llegar a aprender bien.
Bajaban tan agachados que en las fotos no se ve si están haciendo algo parecido al telemark o simplemente van que se matan.
Mi padre llegó a esquiar francamente bien en pista, pero es que tenía un libro que se sabía de memoria. A mí me daba mucha risa que aprendiera en un libro (pero años más tarde llegó a mis manos lo de Esquiar con los pies...supongo que ahora mis hijas se ríen de mí)
Para no hablar del material: las botas, por ejemplo, apenas llegaban al tobillo y no sujetaban nada (eso lo sé de primera mano porque empecé con unas similares). Por supuesto, las focas no eran focas sino tiras de lona que acumulaban nieve por debajo, ya que cedían al mojarse.
Fotos: © Album familiar de Carme.