

La verdad es que aquello daba mucha envidia; así que –aunque, por entonces, esas excursiones me parecían algo fuera de mi alcance-- yo ya sabía que aquello me iba a gustar y me compré del tirón todo el material necesario, que no es poco: tablas con sus fijaciones, botas, mochila, material de seguridad (DVA, sonda, pala, piolet, crampones…). Una pasta, sí, pero más que amortizada, como me propongo contar a continuación.
Así que al año siguiente (2015), y ese sí que cuenta ya como el primero, siguiendo la estela de buenos amigos que tuvieron la paciencia de irnos enseñando y de transmitirnos poco a poco los secretos del noble arte del esquí cuesta arriba, empezamos a darle en serio a la trave, con un día en Cerler y otro en Baqueira. Carme era la que iba esta vez con material alquilado y yo estrenando el mío.




Era el puente de mayo del 2015 y las dos estaciones estaban cerradas. Situación ideal para empezar: pistas que conocemos bien y amigos más experimentados para guiarnos. En el año 2015 yo creo que todavía no se había popularizado tanto como ahora el esquí de montaña, así que en ambos casos no nos cruzamos con nadie en ninguna de las dos excursiones.
Desde entonces, algunas veces nos hemos puesto los esquís de travesía en plena temporada, pero creo que siempre ha coincidido con que la estación estaba cerrada ese día y se podía subir foqueando sin molestar a nadie. Hoy en día se ha popularizado tanto la cosa que es muy frecuente ver a traveseros por las pistas con los remontes abiertos y la verdad es que muchas veces son un peligro.
Si tenéis curiosidad, podéis leer la narración de Carme en un reportaje publicado en Nevasport
Ya dice al pie de la última foto que la cosa iba a continuar. ¡Y cuánta razón tenía!
Al año siguiente ya nos alejamos por primera vez del entorno más controlado de una estación y nos fuimos (contratando un guía) a hacer una excursión de Saravillo hacia Cotiella, después de una subida al Gallinero en Cerler. También de esas excursiones escribió Carme un reportaje





La excursión de Saravillo nos enseñó que, aunque hacer travesía por un sitio conocido está muy bien, es mejor aún si el sitio se aleja de lo más trillado. Así que ese mismo año nuestros amigos nos llevaron a otra excursión que luego hemos repetido más veces porque está muy a mano de Benasque, por Ardonés.


El 14 de mayo ya va quedando menos nieve y hay que patear algo más con los esquisiles a cuestas. Pero luego la bajada se disfruta el doble, en la soledad que ofrece la montaña a los que la suben por la nieve. Y, claro, cuando has subido foqueando procuras aprovechar hasta el último tramito en el que hay nieve.

Y así, año tras año hemos ido sumando días de travesía en primavera, casi siempre coincidiendo con el puente de mayo. Voy a intentar ilustrarlo poniendo algunas fotos de esas excursiones, más para que me sirva a mí mismo de recordatorio que por la parte de postureo que siempre tiene escribir estos reportajes.
Del puente de mayo de 2017 también hay un reportaje de Carme

Muchos años hemos seguido esquiando después del puente de mayo, siempre que las condiciones de la nieve lo permitiesen, claro. Del 13 de mayo de 2017 el reportaje de Nevasport es de mi puño y letra

Ardonés, 13 de mayo de 2017

Gallinero, 5 de mayo de 2018


Al año siguiente nos asomamos por primera vez a Maladetas. Cinco años habían pasado desde que habíamos visto por primera vez a esquiadores en esas palas inacabables y nuestro buen amigo y tantas veces guía en esas excursiones, Joanjo, nos consideró maduros para intentarlo nosotros. También de esa salida hice una pequeña crónica en Nevasport




Prefiero no recordar lo que pasó en el año 2020. En el 2021 tampoco hubo travesía en mayo. En el 2022 volvimos a las andadas.

En el 2023, el nacimiento de nuestra primera nieta nos retuvo lejos de la nieve en mayo. No me importó, la verdad, porque la causa era buena y, porque todo hay que decirlo, en abril de ese año habíamos viajado a Lofoten para hacer travesía. Los viajes a confines lejanos, Noruega, Islandia, Bulgaria o Kirguistán no los incluyo aquí porque –como dice el título de este reportaje- me estoy centrando solamente en esquí de primavera por los Pirineos; además, también hemos narrado nuestras aventuras en reportajes que se pueden encontrar en Nevasport.
En 2024 volvimos a asomarnos a Maladetas en un día que será muy difícil de olvidar porque disfrutamos de una nieve polvo espectacular durante toda la bajada.


Al día siguiente estábamos algo cansados, así que nos fuimos a travesear de nuevo por la estación, y ¡qué buena bajada por una nieve cremita espectacular en Cogulla!

Terminando, y para no variar, este puente de 2025 también hemos hecho algo, esta vez de nuevo por Gallinero.


En conclusión: diez años después de haber empezado con esto de la travesía hemos sumado ya un buen número de aventuras en compañía de magníficos amigos con los que, y de eso voy a poner una única foto, los ratos de charla y risas después de las excursiones también han sido memorables. Habrá que seguir.
