Elegimos Courchevel porque queríamos volver a Alpes franceses después de varios años y nos llamaba la atención la fama de esta estación. Sabíamos que podíamos alojarnos de forma más económica y cómoda en otros puntos del dominio de Tres Valles, pero al final el capricho y la ilusión se impusieron.
Volamos desde Madrid a Ginebra con Iberia, alquilamos coche con Autorute y en poco más de dos horas habíamos aparcado en el parking cubierto de La Croisette en Courchevel 1800. Está justo debajo del frente de nieve y de los principales remontes. El coche no lo volveríamos a tocar hasta el regreso 4 días después. Nos alojamos en un hotel relativamente económico: Les Monts Charvin, hotel muy sencillo, familiar, pero agradable y a 5 minutos andando de los remontes.

En cuanto al pueblo, pues evidentemente no es un pueblo J. Bvlgari, Prada, Louis Vuitton, Rolex… están todas. Lujo absoluto sin ningún ambiente en la calle, sabíamos dónde nos metíamos pero aun así esperábamos un poquitín más. Una tarde bajamos en el telecabina a Courchevel-Village pero poco había, lo mejor que encontramos fue Le Catérail, un bareto justo a la salida del telecabina.

No es un pueblo, es una urbanización de lujo en las montañas. El mejor ambiente lo encontramos en el bar de la bolera J.
Día 1: Courchevel
Con la ilusión y los nervios propios de un primer día temporada nos encontramos un día gris, nevando pero sin viento y con buena visibilidad. Solos en las pistas vamos poco a poco explorando la estación. Nos llama la atención la cantidad de pistas entre árboles así como la variedad de zonas, como pequeñas estaciones unidas entre sí. Disfrutamos bajando hasta La Tania, alucinamos con el recién reabierto teleférico Saulire, nos movemos hacia la zona de Moriond, con un ambiente todavía más tranquilo que en el resto de la estación. Un primer día más que bueno.






Día 2: Explorando Meribel.
Con la previsión de mejoría decidimos pasar a Meribel y seguir conociendo el dominio.
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Día 3: Sale el sol, nos vamos a Val Thorens!
Este era el día para aprovechar al máximo y alcanzar la zona de Val Thorens. A las 8:45 estábamos en la salida del telecabina.
Poco o nada voy a aportar sobre Val Thorens a estas alturas. Una “olla” gigante hasta arriba de nieve, con pistas largas y anchas para hartarte a esquiar, ni un árbol a la vista, una urbanización feucha pero comodísima, un ambiente mucho más juvenil…

Esperando para arrancar, que hoy tenemos muchos kilómetros por delante.







Día 4: Courchevel y vuelta.
Último día, no sólo de esquí sino también de nuestra escapada, porque tenemos el vuelo a las 19h en Ginebra. Madrugamos, un par de viajes al coche para dejar maletas y de nuevo estamos a las 9 en punto listos para coger el primer remonte del día. Hoy volvemos a recorrer Courchevel. Descubrimos pistas como la Combe de la Saluire o Marmottes, la Eclipse está cerrada, ni nos planteamos asomarnos al “Grand couloir”, nos dejamos llevar en una larga y relajada bajada por Creux hasta la salida de Roc Mugnier, volvemos a nuestra querida zona de Moriond, nos acordamos de la serie Succession viendo helicópteros y aviones aterrizar en el altipuerto…

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Pues esa fue nuestra escapada a Courchevel y los 3 valles, lo pasamos pipa, lo cual no es sorprendente porque en estaciones y lugares así es difícil no volver con una sonrisa. Sin duda volveremos.
¡Hasta la próxima!