La estación de esquí de Espot Esquí se sitúa en el municipio de Espot, en el Pallars Sobirà, y su dominio esquiable se extiende por las vertientes orientadas al este y norte del pico de La Pala d'Eixe (2.657 m), Les Picardes (2.783 m), y la Socarrada (2.266 m).
Sobre mapa, 25 quilómetros de pistas entre las cotas 1.500 y 2.300 con acceso por dos modernos telesillas desembragables a modo de ejes centrales, uno de los cuales instalado en 2019. Y todo ello al límite del Parc Nacional d’Aigüestortes i estany de Sant Maurici.
Espot Esquí, con toda la lógica
Inaugurada la temporada 1967-68, en un principio se la llamó “Súper Espot” y su lema era "Paraíso blanco". Años después pasó a denominarse “Nou Súper Espot” y todavía unos años más tarde se rebautizó con el nombre de Espot Esquí Parc. Durante un tiempo recibió el nombre de Gran Pallars y actualmente se conoce como Espot Esquí, el nombre que mejor reúne las características de lo que es esta estación. Por qué Espot Esquí es una estación de etiqueta... llamémosle clásica en el buen sentido, pensada por y para los esquiadores.
Además, junto con Port Ainé, Tavascan y Bosc-Virós y bajo el nombre de la marca comercial de Skipallars, conforman el dominio esquiable con un solo forfait de las 4 estaciones ubicadas en el Pallars Sobirà, en las cuales practicar esquí alpino y nórdico.
En lo que se refiere a meteorología, se beneficia con frecuencia de las borrascas de norte o de origen Atlántico.
Hoy toca un repaso a los seis TIPS de Espot Esquí, siguiendo los mismos criterios que ya aplicamos con las estaciones hermanas marca FGC TURISME de La Molina, Vall de Núria, Port Ainé y Vallter.
1 - La pista imprescindible: La Rampa
Las pistas de Espot Esquí se caracterizan por estar dibujadas entre bosques de pino negro. Llaman la atención, por su trazado paralelo y casi la misma anchura, las 5 pistas en paralelo de la parte más alta del dominio, así como su bautizo siguiendo lo más evidente: la U (la 1), la Dos (la 2), la Tres (la 3), el Estadi (estadio) y la Quatre (La 4).
Sin ninguna duda, son la imagen que claramente mejor identifica la estación desde su cota 2.000, núcleo principal en cuanto a servicios.
De las cinco, tres pistas están homologadas por la FIS para la celebración de competiciones internacionales, lo que da una idea de su firme apuesta por la competición, que ya forma parte de su identidad. Aquí se han celebrado pruebas de Copa del Mundo de Telemark (en 2016) y numerosas competiciones nacionales, estas últimas prácticamente cada año. Sobre el terreno es una estación perfecta para esquiador de nivel medio y alto.
Sin embargo, la pista que mejor identifica Espot Esquí no es ninguna de las cinco anteriores, sino la pista roja La Rampa. Tal y como su nombre deja intuir, se trata de una pista de trazado lineal, pendiente continuada, larga, ancha y paralela al telesilla La Roca, que une la base 1500 con la cota 2.000. La pista es un foco de atracción constante para los pasajeros del telesilla, así que aquí toca esquiar bien. ¡Prohibido caerse!
Exigente para quienes quieran bajarla de una sola tirada, en modalidad non-stop. Con el paso de los años se ha acabado proyectando como uno de los símbolos del dominio esquiable. Por cierto: en una estación en la que todo tiene su lógica... ¿Imagináis el motivo del nombre telesilla La Roca? Dejad algún comentario y os sigo.
2 - El rincón mágico
Espot Esquí es mágica, de día y de noche. Pistas como la Obaga o el Camí del Llop nos permiten descubrir unos bosques frondosos de pino negro en los cuales viven los tamarros, ese animalito místico y legendario que vive en el bosque al que protege. Es más difícil verlo en invierno, pero en verano los locales preparan jornadas para observarlos de noche. Muy divertido. En su honor, a finales de temporada se celebra la Cursa Popular del Tamarro.
Otras pistas, como la Pala d’Eixe, nos recuerdan que allí donde antes hubo avalanchas, ahora hay una excelente pista roja, ancha e ideal para el carving en su parte inferior. Nada extraño, ya que Espot Esquí tiene fama de recibir nevadas generosas y frecuentes. Tranquilos, esto hoy en día está más que controlado y en la parte superior de la pista están instaladas las barreras antialudes.
De noche, gracias a uno de los cielos más nítidos de los Pirineos, libre de contaminación atmosférica y lumínica durante la noche, Espot Esquí está considerada una destinación StarLight. Con antelación se pueden contratar salidas guiadas para disfrutar de los cielos nocturnos y, con suerte, algún tamarro que os estará observando desde el bosque.
Y para vivir unos momentos mágicos tranquila y pausadamente, nada mejor que acercarse al mirador situado en la entrada de la pista La Quatre, apenas a unos metros de distancia del retorno del telesilla El Bosc.
Aparte de admirar el entorno más cercano o la mítica cima de la Pica d’Estats (3.144 m) en el horizonte, en el mismo mirador se encuentra un Photopoint. Y un magnífico banco a partir de las viejas sillas del YanLift, el telesilla que se averió en los inicios de febrero de 2019 y que obligo a improvisar, con mucho éxito y admiración en el mundo de la nieve, la "Operación Espot Ratrac".
3 - La identidad histórica
Difícil elección. Hay dos espacios que identifican muy bien la historia de la estación.
El primero, la cota 1500, base del telesilla La Roca y el característico Hotel Or Blanc, un espacio en el cual se realizó en enero de 1969 la inauguración oficial.
El segundo: en la cota 2.000, frente a la cafetería y restaurant con terraza, se encuentran distintos edificios en forma de chalets con tejado a dos vertientes. Este fue el núcleo original y principal de servicios de la estación y que, más de cincuenta años después, sigue transmitiendo el alma histórica de la estación. En la cota 2.000, entre la terraza del restaurante y el retorno del telesilla La Roca, encontramos la placa conmemorativa del 50 aniversario, instalada en 2018.
4 - La mejor nieve
La pista El Tub de la Pala, situada en la cota alta, es la pista más claramente orientada a norte de todo el dominio. Tiene el valor añadido que es una pista relativamente poco frecuentada, quizás porque su entrada pasa algo desapercibida. Mejor así, para quienes la conocemos o para, a partir de hoy, quienes lean este artículo. Guardar el secreto. Eso sí, se trata de una pista negra y, no siendo especialmente difícil entre las negras, hay que tener un buen nivel para disfrutarla.
Alternativamente, están la pista La U (La 1), pista negra algo más dócil, pero más estrecha y que desciende por el mismo trazado que el telesilla el Bosc. O la Obaga, un trazado azul con muchas horas a la sombra del Pic de la Socarrada.
En los últimos años, la práctica del esquí de montaña se ha hecho muy popular en los alrededores de la estación. Dispone de 4 circuitos para la práctica del skimo.
5 - Gastronomía en Espot
La gastronomía del Pallars Sobirà se basa principalmente en productos de montaña. Entre ellos está la trucha, la carne de caza y la ganadería de vacuno u ovino.
Entre los imprescindibles están 5 platos:
1 - La girella, un embutido muy laborioso propio del Pallars.
2 - El queso Tupí (de leche de oveja y aguardiente)
3 - El Arroz con 'carreretes' (setas).
4 - La Olla Pallaresa o la Vianda (escudella típica del Pallars)
5 - El palpís, guiso típico pallarés a la cazuela con muslo de cordero, tocino, cebolla, puerro y zanahoria.
Un listado muy local, aunque estaría bien hacer un hueco para unos 'cargols' (caracoles), tan propios de las 'terres' de Lleida. Y muy importante, maridar alguno de estos 6 platos con algún vino de la DO Costers del Segre, variedad Pallars.
6 - Après-ski en la zona de Espot
Una de las señas de identidad que mejor definen Espot Esquí es, precisamente, su cercanía y vinculación directa al pueblo de Espot, el auténtico pie de pistas, a tan solo 3 km de la base y por el cual, sí o sí, vamos a atravesar para subir o bajar de la estación.
Es un magnífico pueblo "ejemplo" de los Pirineos, de arquitectura típica de montaña, de callejuelas estrechas y empedradas. Las casas, todas con nombre propio, tienen su llosat (techo) a doble pendiente de pizarra negra y paredes de piedra. El pueblo ha ido creciendo más o menos alrededor de la iglesia de Santa Llogaia, de estilo barroco popular.
Aquí encontramos alojamiento (hay varios hoteles), oferta de restauración (restaurantes y bar de tapas o bocadillos) y rincones para una copa en ambiente musical. En su día, en los años 70, 80 y 90, hubo hasta tres locales musicales, pero hoy resiste con salud de hierro el Pub Sapastre, lugar de encuentro para las mejores tertulias de esquí, alrededor de una copa de ratafía con hielo y dónde se puede echar algún bailoteo si la noche lo pide.
Para más oferta hay que trasladarse hasta Esterri d’Àneu (a 14 km) o Llavorsí (20 km).
A partir de abril, el après-ski más interesante se traslada al río Noguera Pallaresa, cuando empieza la temporada de actividades de río como el ráfting o el kayac en la vecina Llavorsí.
No quisiera acabar el "report" sin dejaros este enlace de un vídeo de los compis de Cota Zero. Lo grabaron la temporada pasada, la 23-24. Más que nada para que os fijéis en las nevadas que incluso en una campaña como la anterior, tacañona en precipitaciones por lo general, en Espot Esquí siempre consiguen esa suerte o especie de magia que les aportan los tamarros que viven en sus bosques.
Y hasta aquí mi propuesta de seis TIPS para Espot Esquí, seis imprescindibles para cada una de las seis estaciones de FGC TURISME. Próxima parada: Boí Taüll.
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