Me siento como un niño con una piruleta al salir del colegio. El propietario me asegura que el viernes de los esquís estarán listos , así que compro los billetes de tren y hago la reserva para ir a Bukovel a pasar el fin de semana con mi mujer.
Volvamos al futuro porque lo que pasó después ya lo conocemos todos. Nunca me subí en el tren para ir a esquiar, los esquís se quedaron en la tienda y la vida giró 180 grados para todos nosotros.
Martes 7 de marzo de 2023
Las reservas del año anterior me las convalidan para este año, ha venido mi mujer a verme unos días desde España así que nos vamos Bukovel, ahora sí, a estrenar los esquís nuevos y a desconectar de la guerra.
Para llegar a Bukovel hemos cogido un tren-cama que sale desde Kiev a las 20:30 y se planta en Tatariv ( el pueblo más cercano) a las 8:30 de la mañana. Precio del viaje 8 euros + 2 euros del bus-transfer que te sube hasta el Resort.

Una vez llegamos a Bukovel pasamos por la recepción del Hotel Bukovel a recoger las llaves y recargar los forfaits.
El hotel bukovel está bastante bien porque incluye el desayuno + SPA +y VIP-SKIPASS que es poder subirse al telesilla sin pasar por la cola por el mismo precio del forfait normal. El precio del forfait es de 25 euros todo el día.
En total estaremos 4 días en Bukovel de los cuales solo esquiaremos dos. Vamos al lío.
Primer día.
Para no estresarnos hemos decidió que empezaremos a esquiar al día siguiente. Nos hemos ido a pasear por las montañas colindantes. Había nevado los días anteriores como se ve en las imágenes. La cerveza siempre bien fresquita.


8 de marzo. Día de la mujer.
Iniciamos el día de la mujer, festivo en Ucrania, fiesta de herencia soviética.
Amanecemos con ganas de esquiar y con lluvia. Por suerte la lluvia es finita y las pistas se dejan esquiar.

En Bukovel las pistas no tienen nombre como las que conozco yo del Pirineo catalán, sino que tienen relación con el Telesilla. Es decir el Telesilla 2 tiene las pistas 2a, 2b, 2c…. Con lo que siempre sabes a cuál Telesilla irás a parar.
Llegamos al telesilla 2, uno de los principales junto al telesilla número 5 y no hay nadie como se ve en la foto.
A las 10:00 de la mañana mientras estoy en uno de los telesillas, suena la alamar antiaérea. Ha empezado un ataque masivo con misiles balísticos a lo largo de toda Ucrania. La gente sigue esquiando, ni se inmuta, es lo que tiene llevar un año sumergido en este ambiente bélico. Te avisan de que te puede caer un misilaco y te da igual, sigues esquiando.
El esquiador ucraniano no es un esquiador de madrugar, se puede esquiar perfectamente sin colas hasta las 12 de la mañana, luego la cosa se complica pero este año realmente ha habido muy poca gente.
Así que aprovechamos y esquiamos a tope hasta esa hora en la que decidimos parar a comer los bocadillos que nos hemos hecho en el buffet del desayuno.


Segundo día de esquí.
El día amanece soleado y vamos a poder disfrutar de un buen día de esquí.
Las pistas abren a las 8:30 de la mañana y vamos a disfrutar a tope de este segundo día.

La estación no se caracteriza por tener unas grandes pendientes, Los Cárpatos ucranianos no tienen una gran altura y más que montañas yo las definiría como colinas muy elevadas. La parte increíble es la inmensa cantidad de abetos que hay. Tienes la sensación de estar esquiando en medio de un cuento de hadas.
La calidad de la nieve es excelente pero quizás por la falta de altura su temporada es bastante corta, alrededor de 3 meses. Recomiendo venir la segunda quincena de febrero.

Nuestro corta temporada de esquí ha finalizado pero aún hay más. Decidimos pasar nuestro último día de vacaciones en la ciudad de Leópolis.
Justo antes de iniciarse la guerra se inauguró una pequeña pista de esquí en la ciudad así que nos acercamos a verla.
Emily Resort es una pequeña estación con 3 pistas de 500-800m y un telesilla para 4 personas. El precio para esquiar es de 18 euros. La verdad que me pareció un precio desorbitado para lo que es.

La noche, el frío y la nieve llegan a la ciudad de Leópolis, ha llegado el momento de coger el tren, despedirme de mi mujer y volver a Kiev. El año que viene más y mejor.