En este artículo os explicamos cuáles son las pistas imprescindibles de visitar en Molina+Masella, el mayor dominio esquiable del Pirineo oriental, conocido hasta hace dos años con el nombre de Alp 2500. Y cómo no, los restaurantes para comer o desayunar en pistas y algunos secretos que gustará tener bien presentes una vez os calcéis los esquís.
Si el fin de semana escogido coincide con uno de temporada alta, dentro de las fiestas de Navidad o cualquiera de febrero, dar por hecho que habrá una alta afluencia de esquiadores. Tranquilos, os ayudamos a sortear este problema tal como lo hacemos los habituales. ¡Así que empezamos!

Llegada el viernes tarde
Os recomendamos hacer un esfuerzo y llegar a vuestro alojamiento escogido el viernes por la tarde/noche. Tanto en La Molina como en Masella hay varias opciones para hacerlo: albergues, apartamentos y hoteles. Si buscáis alojamientos tipo bungalows o algún hostal, entonces habrá que ir hacia el valle (la plana) de la Cerdanya.
Obviamente, dormir a pie de pistas tiene algunas ventajas, como en cualquier estación, pero en este caso, en el que queremos conocer ambas estaciones en solamente un fin de semana, esta circunstancia cobra especial importancia.

Sábado: Masella, la apuesta segura
Disfrutar de una estación de éxito en un fin de semana de temporada alta, cuando la alta afluencia está asegurada, es igualmente posible. Pero es necesario tener en cuenta algunas cuestiones si queremos que nuestra estancia en la nieve resulte satisfactoria.
En realidad las colas, lo que se llama colas de verdad, únicamente las encontraremos entre las 11 de la mañana y la una de la tarde.
Así que empezamos por el primer consejo: comprar el forfait con antelación.
Y segundo: si no hemos dormido a pie de pistas, se hace muy necesario llegar temprano al aparcamiento. Mínimo unos 15-20 minutos antes de las nueve de la mañana.

¿Dónde aparcar?
Para facilitar toda la logística es importante estacionar en el parking principal de Masella. Nos facilitará localizar los principales servicios, como tiendas de venta y alquiler, bares, restaurantes y oficinas centrales. Si por horarios eso no es posible, y cuando lleguemos ya no hay plazas de aparcamiento disponibles, entonces la alternativa más práctica será dirigirnos al sector La Pía, a poco más de 1,5 km por la carretera GI 400, en dirección a La Molina.
Siempre hay parking y es un sector poco frecuentado, incluso en plena campaña navideña. El único inconveniente es que aquí solo se puede comprar el forfait. Y usar unos sanitarios móviles.

En pistas
Y una vez en pistas será cuestión de empezar a hacer ruta por las pistas y remontes. La configuración de pistas y remontes de Masella permite que a través de 4 itinerarios verticales (de la cima a la base) se pueda conocer prácticamente el 80% de la estación. Se conocen en el argot local como "los cuatro 900" y a través de ellos se disfruta de paisajes y panorámicas diferentes. Muy recomendable la lectura de este artículo del blog de Masella.

Y una vez realizados los cuatro 935, es imprescindible visitar las pistas Davallada, Isards y el sector de La Pía, el más oriental. En ese mismo sector se encuentra la pista Rovellons, ideal para carvear en su tramo alto. En cualquier caso, La Pía también será vuestra zona de esquí cuando las pistas se masifican durante las dos o tres horas centrales del día.
Secretos de los esquiadores “locales”
Si se dispone de tiempo y se tiene un muy buen nivel, es recomendable una bajada por la pista Desferracavalls, una especie de pista fotomatón para quienes buscan su foto cañera en Masella.
Y ya como extra, un pequeño secreto de firma particular: si sobra tiempo, deslizarse por el combinado de pistas enlazadas Isolada+Amics+Sargantana. Discurren entre bosque y son muy divertidas. Se accede a ellas por una entrada que pasa desapercibida, prácticamente bajo el retorno del telesilla TGV, de ahí su poca frecuentación y que la nieve se conserve muy bien.

¿Y en días complicados por la meteorología?
Y las dos últimas recomendaciones, solo necesarias de aplicar para días realmente problemáticos.
En días de nevada intensa o viento, Masella tiene la ventaja de ofrecer mucho trazado entre bosque, con pistas bien accesibles por tres remontes de gran capacidad en sus cotas bajas. Y para esquivar las pistas y remontes más transitados en las horas centrales de la jornada, podemos escaparnos a la vecina La Molina (si se ha comprado el forfait para las dos estaciones, claro).

La Molina es una estación más extensa en dominio esquiable y con más remontes, así pues, la misma afluencia de clientes se distribuye mejor que en Masella. La pista Dues Estacions será nuestra pista de enlace para conectar con La Molina.
¿Y para desayunar o almorzar?
En Masella existen cuatro opciones principales.
Restaurant Pla de Masella, a pie de pistas. Mucho ambiente y una clientela muy diversa. Especialidad en carta o el clásico bocadillo de butifarra a la brasa. En el Pla de Masella hay bares más pequeños repartidos en torno a la terraza principal.
Refugio Restaurant Coma Oriola, en el sector del mismo nombre, con buenas vistas a pistas, terraza muy acogedora y ambiente con un "toque VIP".

Cafetería Bar El Bosc: muy acogedor. Ideal para el café o para un bocadillo rápido para volver a pistas. El inconveniente es que es un bar "nudo de pistas y remontes" y no será fácil encontrar esa silla y mesa cara al solete. La opción ideal para quienes buscan esquí y hacerse un bronceado montañero a partes iguales.
Y finalmente la terraza del Refugi de La Pía, en el sector del mismo nombre. La opción más tranquila (bocadillos).
Après-ski
¿Habéis terminado la jornada a las 5 de la tarde? ¿Os quedan fuerzas? Vamos a hacer un poco de après-ski "a la cerdanenca".
En realidad, estas actividades merecerían un capítulo aparte, pero aquí os hacemos un apunte rápido.
Básicamente, hay dos opciones.
La clásica: paseo de tarde-tarde por Puigcerdà, con cena en alguno de los restaurantes de moda. Si es posible, asistencia a un partido de hockey hielo. Si se acierta en el calendario con un partido Puigcerdà-Jaca no hay que perdérselo. ¡Ambientazo! Y si gana el Puigcerdà lo podéis celebrar en la discoteca de moda del momento (L'Antiga, con ambiente muy juvenil y con un toque “francés”, y el Badiu, de ambiente más heterogéneo pero algo masificado). Pero antes pasar por La Llum a ver si hay celebración. Ambiente aficionados al hockey hielo.

Y una segunda opción: si no se está muy cansado y sois unos incondicionales de la nieve, la opción más radical es quedarse en Masella y disfrutar del esquí nocturno. Se puede cenar en el pie de pistas y disfrutar del chill-out. En ocasiones con sesiones de DJ en directo. Una apuesta segura.

Otra opción es añadirse a las cenas nocturnas y de cocina cerdana y catalana a más de 2.000 metros que se organizan en la vecina Molina, en los restaurantes Costa Rasa o Niu de l'Àliga. Es imprescindible reservar, porque son opciones muy solicitadas, de aforo limitado y van concertadas con el servicio de pistas de la estación.
Y el domingo: La Molina te enamorará
Segundo día. Para la segunda jornada proponemos entrar en el dominio esquiable por La Molina. Si se llega temprano, minutos antes de las nueve de la mañana, no hay problemas para aparcar. Solamente en el aparcamiento de Pista Llarga y el de la telecabina se puede encontrar con alguna dificultad pasada esa hora. La alternativa es estacionar el vehículo en las entradas de los sectores Alabaus, Roc Blanc o Font Canaleta.

Esquiar en una estación con una fuerte identidad
La Molina es una estación con gran peso histórico. Y eso se nota en su identidad, y aunque a veces no se palpa a primera vista, sí lo veremos a medida que vamos descubriendo y conociendo la estación.
Recomendamos prestar atención a tres rincones. El primero, Font Canaleta, donde se pueden observar los tres trampolines de saltos de esquí, una modalidad de esquí que se empezó a practicar desde los inicios y que fue evolucionando y profesionalizando hasta que, desgraciadamente, finalizó bruscamente en el año 1995.

El segundo: la estación de tren de la cota 1450, donde llegó el primer tren en 1922 y donde a partir del año 1948 se construyó una línea de dos telesillas para subir los esquiadores hasta Coll Sisé. El detalle: el dominio esquiable de La Molina llegaba hasta la cota 1450 años atrás. Hay un proyecto para recuperar de nuevo la conexión y todo el desnivel con una telecabina.
Y finalmente el tercero: el chalet del CEC, inaugurado en 1925. Fuera de pistas. En 1940 se instaló el primer servicio de asistencia médica para los accidentados en la práctica de los deportes de invierno.
Otro de los aspectos que dan identidad a la estación es la competición. Recordar que en los años veinte se empezaron a disputar las primeras competiciones de deportes de invierno. Y ese espíritu de competición permanece.
Merecen ser visitadas, sí o sí, estas tres pistas destinadas a la competición en La Molina.
La pista Comella-estadi, que en 2008 acogió una prueba de la Copa del Mundo de Esquí Alpino.
El sector Alabaus, donde en 2011 se celebraron los Campeonatos del Mundo de snowboard. Aquí encontraréis el half-pipe más grande de los Pirineos.
Y finalmente, la pista Barcelona, destinada a ser la pista de descenso de esquí alpino en la candidatura Pirineos-Barcelona 2030. En este verano ha sido remodelada, perfilada y equipada con una potente red de nuevos cañones. ! No perdérsela bajo ningún concepto, pues está llamada a ser el estadio de descenso femenino en unos Juegos de Invierno en los Pirineos.

Siguiendo con el tema competición, es habitual ver a los chicos de diferentes clubes entrenando en alguno de los estadios homologados por la FIS, como Roc Blanc o Solell. Qué gustazo verles pasar puertas...
Pistas imprescindibles a visitar en La Molina
Son pistas también imprescindibles de visitar: Torrent Negre, Carena, Els Coms, Costa Rasa, Montaña Sagrada, Comabella, Olímpica y, por supuesto, una visita a Pista Llarga. Esta última, zona destinada a los debutantes, es muy posiblemente donde han aprendido a esquiar el 50% de los esquiadores catalanes más veteranos.

Por las terrazas de La Molina
Y después de deslizarse por las pistas de La Molina seguro que hay necesidad de reponer fuerzas. La pregunta del millón: ¿dónde comer en La Molina?
Pues básicamente tenemos 6 opciones principales, y en todas ellas se come bien y a precios muy razonables.
Restaurant Alabaus, ideal para realizar un arroz de montaña, típico de esta parte del Pirineo, o sus platos combinados a precios muy económicos.

Cafetería Terrassa Roc Blanc, la terraza para quienes quieren disfrutar de las competiciones o ver los entrenamientos pasando puertas y palos en la pista del mismo nombre, estadio situado frente a la terraza.
Restaurant Costa Rasa, la terraza para los amantes de la cocina local propia de la Cerdanya con toques de chef, pero a precios igualmente de mercado.
Bar Cafetería Pista Larga, la “clásica” terraza para los debutantes, acompañantes y profesores de esquí.
Restaurant El Bosc, para disfrutar de un ambiente mucho más tranquilo y platos a la carta.
Y finalmente el refugi Niu de l'Àliga, para quienes gusta el ambiente de un refugio de montaña, gastronomía con toques modernos y locales y, a la vez, disfrutar de unas panorámicas de escándalo.

Un fin de semana bien aprovechado
Pues bien, este es el plan o ruta que os propongo para conocer lo mejor de la Molina y Masella en 48 horas. Habrá que estar en forma e ir un poco a la idea, pero hacer una esquiada por todas las pistas mencionadas en el artículo es viable. Eso sí, habrá que empezar pronto, a las 9 de la mañana, y apurar hasta las 5 de la tarde.
Recordar que las dos estaciones podrían formar parte de una candidatura olímpica para las pruebas de esquí alpino en la candidatura para 2030 o 2034. Pero, pensándolo mejor, quizá sea buena idea reducir la selección de pistas a visitar, pero disfrutarlas con más intensidad y prestando más atención al ambiente.
Suponiendo que las hacéis todas y encima os queda tiempo para repetir alguna, es que vosotros ya sois unos esquiadores olímpicos.
En resumen, esta es una propuesta con un toque personal que os permitirá conocer estas dos estaciones en 48 horas. Y una confesión muy personal: lo que hace que el dominio conjunto LaMolina+Masella sea especialmente atractivo es, precisamente, la suma complementaria de dos estaciones que son muy diferentes entre ellas. Suena a paradoja, pero creo es por esa misma razón las quiero a las dos por igual. !Allí os espero!




