Escribir sobre Grandvalira y afirmar que se puede conocer en tres días es difícil. Muy difícil. Y que el resultado pueda ser no el de un aprobado, sino algo mucho más convincente, eso ya es un reto mayúsculo.
Sí, claro que sería mejor hacerlo contando con una semana blanca, pero no todos podemos contar con una semana de vacaciones completa en nuestro trabajo, con nuestras obligaciones familiares y con una economía que nos deja los bolsillos casi a cero.
Resumir Grandvalira en tres días cuando en números le estamos poniendo una cifra que da respeto: 200 kilómetros de pistas es atrevido. Y para darles acceso a esos 200, existe una impresionante red de remontes. Más de 60, de entre los cuales modernos telesillas, telecabinas y arrastres de capacidades, velocidades y acceso diferentes.
Pero sí, con estas cifras, me propongo asumirlo consciente que la aventura me puede suponer más de un reproche. Pero aquí lo tenéis.
Grandvalira, dos grandes estaciones, un dominio gigante
Para empezar, y teniendo en cuenta que Grandvalira en su conjunto es la unión de dos grandes estaciones unidas en un solo dominio desde el año 2003, Pas de la Casa-Grau Roig y de Soldeu-El Tarter, y que para más complejidad podemos acceder por 6 entradas diferentes, voy a explicar lo imprescindible.
Que cada uno se la tome como lo que es: una guía a la que podemos añadir o quitar a nuestra conveniencia.
Conocer Grandvalira en tres días
Primer día
Entrada por Encamp y subida a pistas por el teleférico Funicamp, de 6 kilómetros de longitud, que nos sube hasta los 2.502 metros de altitud en poco más de 15 minutos. Es una instalación cómoda, rápida y muy práctica que permite situarse prácticamente en el centro de Grandvalira. Es un remonte muy solicitado, así que lo recomendable es llegar pronto. Debajo de la misma terminal de salida hay un parking cubierto.
El Funicamp nos deja en Els Cortals, una zona de servicios dotada con restaurantes y escuela de esquí, entre otros servicios, y que nos servirá de "meta final con los esquís" para nuestro retorno a la base antes de las 5 de la tarde.
Desde Els Cortals nuestra ruta del primer día irá destinada a conocer los sectores de estos tres valles o sectores: Solanella-Pla de les Pedres, Grau Roig y Pas de la Casa. Así que, sin demora, directos hacia la pista Colibrí para dirigirnos a buscar el telesilla Llac del Cubil.
Este telesilla, a su llegada, nos permite entrar en el sector Grau Roig. ¡Menudas vistas! Pero para nosotros, a esa hora que se supone temprana, será únicamente una zona de paso. Nuestro objetivo principal es llegar al Pas de la Casa. Si somos buenos esquiadores lo haremos por la negra Mirador y, si no es el caso, alternativamente, por el Camí de Pessons, una roja que pasa al lado del restaurant y refugio de montaña Llac de Pessons. Enfrente, un paraje idílico que en un futuro más cercano que lejano será declarado Parque Natural.
Sin entretenernos, hay que dirigirse hacia la base del telesilla Pic Blanc, situado al fondo del valle o sector de Grau Roig, con el cual ya podremos llegar a nuestro objetivo más lejano para nuestro primer día en Grandvalira.
Desde el retorno de este telesilla podremos entrar al sector más oriental de Grandvalira por varias pistas, como la negra Jordi Anglés o las rojas Llac o Directa I. Esta última es una de las imprescindibles a ser “catadas” por nuestros esquís. Aprovecho para recordar que el Pas de la Casa es uno de los mejores valles de Andorra en cuanto a calidad de nieve se refiere. Es alto, sombrío y, como peculiaridad, se encuentra en la cuenca atlántica.
Teniendo en cuenta que las horas pasan muy rápido cuando estamos esquiando, creo necesario acotar muy bien cuáles van a ser nuestras dos pistas a visitar en el Pas. Y reloj en mano, lo cierto es que los horarios no dan para mucho, así que mi recomendación es centrarse, como máximo, aparte de la bajada por una de las tres pistas citadas anteriormente, entre visitar la Directa II, ancha y larga, o la pista Gavatxa, muy placentera por su trazado y por las panorámicas que ofrece.
De vuelta hacia Grau Roig, lo recomendable es hacerlo por el telesilla desembragable de 4 plazas “Pas de la Casa”. Este remonte nos permite observar muy cómodamente el ambiente general de las terrazas “cervezeras” de los bares y restaurantes de los edificios colindantes al remonte.
Además, desde el retorno del remonte, doble premio. El primero: que nos podremos fotografiar junto a la bella escultura dedicada a Francesc Viladomat. Y el segundo: se nos abre una magnífica panorámica de Grau Roig y de buena parte del Pirineo andorrano.
Las pistas Pastora, Antenes o Diagonal serán nuestras aliadas para deslizarnos hacia nuestro próximo objetivo: retomar el telesilla Pic Blanc, deslizarse por la pista Pala Nova y atentos a localizar en la parte baja el teleeskí Montmalús.
Si el reloj lo permite, tomamos el citado arrastre y nos deslizamos por la pista Granota. Tiene un encanto especial y el hecho que solo se acceda a ella por el arrastre la convierte en una pista nada masificada.
Empieza la cuenta atrás de la jornada. Para abandonar Grau Roig en dirección al Funicamp, nuestra única opción es el famoso telesilla Cubil, un 4 plazas desembragable que actúa como eje vital en las conexiones.
A su llegada superior, otra vez hay que prestar atención al reloj. Si la cuenta atrás para las 4 de la tarde lo permite, es muy recomendable carvear por la pista L’Avi, una azul poco frecuentada y que permite la vuelta rápida al mismo lugar de salida por el telesilla Llac del Cubil.
Pero si el tiempo nos apremia, no nos quedará otro remedio que deslizarnos por la pista Serrat Pinós, ancha y muy divertida, enlazando después con la pista Solanella XL, hasta la base del telesilla Pla de les Pedres Grau Roig, remonte que nos llevará junto a la terminal superior del Funicamp.
Nos habremos ganado una buena cena de après-ski. Y a dormir pronto, porque todavía nos quedan dos días igualmente apretados de horario para seguir conociendo Grandvalira.
Segundo día
Canillo y El Tarter
Toca levantarse pronto y entrar a Grandvalira por el acceso que nos facilita la telecabina de Canillo hasta el sector del mismo nombre.
Fue en el 2000 cuando se puso en marcha el área esquiable El Forn de Canillo. Este sector está plenamente integrado en Soldeu-El Tarter y Grandvalira, y lo que a mi parecer lo hace interesante es que en sus inicios nació como una estación de esquí "independiente". Así pues, tenía (y tiene) su propia zona de debutantes, un par de pistas azules, una negra, su escuela de esquí, un restaurante, etc.
El sector del Forn fue impulsado por el Comú de Canillo, y pretendía convertirse en una estación de esquí de ambiente glamuroso.
Para los buenos esquiadores se hace imprescindible una bajadita por la pista Gaig, una negra que pasa algo desapercibida, pero que, en mi caso, es una de mis preferidas de toda Grandvalira. Y lo mismo podría decirse de la Rossinyol, una azul con un trazado especialmente divertido. Una de las dos, la podemos dejar para la vuelta.
El siguiente paso será dirigirnos hacia el teleski Encampadana, que nos dará un doble acceso al sector de El Tarter. Desde el retorno podremos disfrutar de una magnífica panorámica. Para adentrarnos en este sector tenemos dos opciones: el combinado de pistas Cadernera+Tamarro, o bien por la Isard, pista con el aliciente que normalmente está muy poco frecuentada.
Llegados a la base principal de El Tarter se hace imprescindible la visita a estas tres pistas que nos obligarán a destinar buena parte de nuestra jornada.
La primera, el descenso integral de l’Àliga, pista de Copa del Mundo. Para acceder a ella hay que hacerlo subiendo por el telesilla Tosa Espiolets, lo que nos facilita observar las piruetas de infarto (si están entrenando o hay competición, claro) en el snowpark situado en paralelo a la traza del remonte. ¡Tened la cámara a punto! Ya en l'Àliga, poned atención a la velocidad que se adquiere con la emoción del descenso.
La segunda: el descenso de la pista Miquel Baró, o su hermana Llop. La primera tiene la ventaja que siempre tiene menos afluencia de esquiadores, así que conserva muy bien la nieve.
La tercera: muy recomendable el combinado de pistas Teixó+Guineu, o alternativamente la Oreneta+Tamarro y, cualquiera que sea el combinado escogido, seguir el descenso integral hasta la base de El Tarter por la pista Esquirol. Imposible de un tirón sin parar, a no ser que se esté en muy buena forma física.
Como en el caso del día anterior, reloj en mano, habrá que buscar el momento de empezar “la retirada”. Será también la oportunidad de hacerlo aprovechando los últimos rayos de sol del día. Entrando en el sector de Canillo habrá que visitar esa pista que de buena mañana hemos dejado de lado. Cuál fue; ¿La Gaig o la Rossinyol? Cualquiera será una magnífica opción para dejarnos con un buen sabor de boca de nuestro segundo día en Grandvalira. Toca otra noche de buena cena para reparar fuerzas.
Tercer y último día
Soldeu y Solanelles
Para nuestro último día nos reservamos la zona de Soldeu, a la cual es recomendable acceder por su famosa entrada de la Plataforma (con su magnífico párquing cubierto) y la telecabina del mismo nombre. Los sectores a visitar son los de propiamente Soldeu y la vall de Solanelles, bien conectados por varios remontes.
Como en el caso del sector el Tarter, en Soldeu hay 4 pistas que creo son imprescindibles para sacar un buen provecho a nuestra visita. Estas pistas son el Pla de les Pedres (la más lejana a nuestra base y por ello la primera que deberíamos tener como objetivo), la Gall de Bosc (ojo con esta pista, que en realidad tiene su final en El Tarter y es fácil saltarse el desvío para finalizar en Soldeu) y la Bosc Fosc, una azul de pendiente regular y que, aunque no muy ancha, se ha convertido en una de mis preferidas para el carving en Grandvalira.
Capítulo aparte merece la cuarta; la pista Avet, también de Copa del Mundo, y que sí o sí, hay que probar en algún momento del día. A vuestro criterio cuál es la mejor hora, según afluencia, según lo desayunado y según vuestra condición física. Es una pista exigente y conviene concienciarse bien antes de meterse de lleno en ella. Evitarla si la nieve está muy dura y no se dispone de material en buen estado.
Y finalmente, en función de cómo nos vayan pasando las horas en nuestro reloj, dentro de Soldeu está el sector o valle de la Obaga de les Solanelles. Esta zona está dotada de varios remontes, pistas bien orientadas y poco frecuentadas como la Tritó y la Obagot II. Un rincón dentro de Grandvalira que aún estando bien comunicado podremos esquiar tranquilos, ya que no forma parte del eje principal de conexiones de Grandvalira.
Para la vuelta a la plataforma desde Solanelles, únicamente hay que dejarse llevar por la gravedad y esta nos llevará, via pista de l'Os o del Bosc Fosc, hasta la plataforma. Y hasta aquí mi recomendación para sacar el máximo provecho a nuestra visita de tres días a Grandvalira.
Grandvalira, con vuestro toque personal
Quede claro que en tres días resulta imposible visitar todas las pistas del dominio, pero esta guía os puede ayudar a conocer lo imprescindible. Obviamente, a quien le sobren minutos u horas, y esté en condiciones físicas, le quedaría todavía muchísima pista por visitar. Me ahorro la relación de pistas también recomendables, así que también os puede divertir el investigar por vuestra cuenta. Al final, lo importante, es que la experiencia global integre ese toque exclusivo que solo vuestras trazadas en pistas os pueda regalar.
Y un consejo final: no os olvidéis tomar un buen desayuno, consultar el reloj a lo largo del día y, por supuesto, en algún momento disfrutar de la gastronomía que ofrece Grandvalira. Hay muchos puntos gastronómicos repartidos por el dominio. Sí, claro, soy de los que me gusta llegar hasta las cuatro o las cinco de la tarde, pero siempre hay que hacerlo con reservas mínimas y bien hidratados.
Un breve apunte gastronómico
Aunque el tema gastronómico no forma parte de lo más importante de esta guía rápida, cito 3 restaurantes que conozco por experiencia propia en Grandvalira. Uno para cada una zona de las visitadas.
Sí, por supuesto que también hay otros en los que se come igual o mejor, pero resultaría inapropiado referenciarlos todos. Estos tres, seguro que no os decepcionarán:
Restaurante de referencia en la zona de Soldeu: Wine & Meat Bar by Jean Leon.
Restaurante de referencia en la zona de el Tarter: Restaurant L'Arrosseria Pi de Migdia.
Y en Pas de la Casa Grau Roig:Restaurant Refugi Llac dels Pessons.
Nada más, ¡A disfrutar de Grandvalira!