Entre que los festivos caían muy tarde, que en invierno no ha habido grandes precipitaciones y que el tiempo estaba muy inestable en abril, nos aventuramos a viajar en coche desde Mallorca al corazón de los Alpes franceses para esquiar cuatro días.
El destino debía reunir altitud, desnivel, buena nieve, extensión y buenas instalaciones y servicios. La intervención de Nacho de Alpeski fue fundamental para que la elección del destino fuera un acierto total.
Lo fue porque la estación elegida, Tignes y Val d Isere, forman un dominio bien interconectado con una gran extensión, teniendo 300 km de pistas de todos los niveles.
Sus 90 remontes están muy bien distribuidos siendo modernos y variados, con sillas, arrastres y cabinas rápidos y teleféricos y funiculares espectaculares que gestionan un buen desnivel, encontrándonos sin colas en plenas pascuas.
Los servicios y atención en pistas son exquisitos y sobre todo se trata de una estación con gran altitud, ya que sus cotas, orientación y remontes te permiten esquiar entre 2000 y 3500 m con nieve asegurada a mediados de abril. Incluso con buen tiempo, cielos despejados y ambiente soleado todos los días, nos encontramos con mucha y buena nieve a partir de los 2.000 m y visibilidad total.
Sí que nos encontramos con que tenían la nieve justita en cotas bajas, la suficiente para llegar a los alojamientos o para cambiar de sector, por lo que recorrimos todo el dominio sin llegar a visitar todos los sitios de la parte baja.
La ubicación del alojamiento, en Tignes Val Claret, también fue un acierto, por estar a pie de pistas, por lo centrado que está del dominio, por estar ya a 2.100 m de altitud, y por encontrarte a tiro de distintos remontes para recorrerlo todo, siendo recomendable disponer del forfait Espace Killy aunque sea para una estancia corta de 4 días, ya que es fácil y rápido pasar de Tignes a Val d’Isere, estando todo bien señalizado y encontrándonos casi todo abierto (pistas, remontes y enlaces).
Esa ubicación nos permitió recorrerlo todo en los cuatro días y el buen tiempo nos permitió disfrutar sus maravillosos paisajes, sobre todo el glaciar de La Grande Motte y les Aiguilles en Tignes, y el glaciar de Pisailles y Solaise en Val d’Isere.
Nos cautivaron tanto las vistas de los Alpes de Saboya, como el espectacular Montblanc desde las cimas de la Tarentaise, en uno de los dominios más altos de Europa, pasear por el lago entre Val Claret y Le Lac, o disfrutar del animado y variado ambiente internacional de La Folie o alguna taberna de lugareños como la Palette de Boulele.
Después de visitar diversas estaciones de los Alpes, creo que Tignes - Val d’Isere, es una de las Tops de Europa, por lo que espero volver pronto, en invierno, para recorrer las zonas bajas que nos han quedado por conocer.
Además, tuvimos la suerte de conocer a Rafael y familia, expertos esquiadores gallegos y conocedores de la estación, lo que nos permitió conocer algún secreto y que nuestra estancia fuera más intensa y amena.
En resumen, nos ha encantado el dominio, y agradezco a Alpeski por su eficacia y buen hacer, tanto en la elección como en la gestión exprés que volvió a hacer Nacho en este caso.
Saludos,
TOTO