Pero el esquí propiamente dicho no empezó hasta el día siguiente, cuando disfrutamos en Piau de un día un poco gris, a veces nevusqueando y a veces con la niebla metida. Un día que dió mucho de sí gracias a las nulas esperas en los tornos de entrada a los remontes.
Por la tarde, nos trasladamos a la zona del Alto Garona y, ya en sábado, las vistas privilegiadas que teníamos nos auguraban un muy buen día de esquí. Esta vez, en Peyragudes. Un día a pleno sol, que invitaba a parar un ratillo para disfrutar de las vistas y una cervecita, aunque no por eso el día resultó menos cañero que el anterior
Para el domingo, nos reservamos la visita a Luchon-Superbagnères. Temíamos encontrarnos colas interminables pero, una vez mas, los accesos a los remontes estuvieron vacíos salvo algún momento puntual. Otro día muy bien aprovechado que acabó con una contundente cena de carne a la brasa
Para finalizar el ski safari, hoy de regreso a España aprovechamos la mañana para conocer Val Louron, una estación pequeña pero con muchas posibilidades a poco tengan algo de nieve. Conocerla en estas condiciones primaverales no ha sido lo ideal, pero aún así nos ha causado una buena impresión.