El caso es que hace justo un año nos juntábamos unos cuantos en Donosti un fin de semana para pensar qué hacíamos esta temporada. ¿Dónde ir? Destinos variopintos y algún que otro muy exótico pero la pregunta esencial que estaba ahí era: ¿Dónde ir, asegurando el tiro sin tomar mucho riesgo de cagarla como nos pasó en Canadá? Rápido la cabeza te lleva a pensar otra vez en Japón. Pero, ¿otra vez Niseko? En 2017 ya la cosa había cambiado un montón respecto a 2015, precios disparados y cada vez más gente con el mismo ansia que tú. ¿Y si salimos de Hokkaido y probamos en la Isla principal? Japón es uno de los países con más estaciones de esquí (tiene más de 500)… y mirando estadísticas de precipitación había otras zonas que no pintaba nada mal. ¿Por qué no probar?
Así que dicho y hecho. Volvemos a la tierra del sol naciente. Esta vez nos quedamos en Honshuen lugar de Hokkaido. No hay que hacer un vuelo interno y además Iberia había recuperado la ruta Madrid-Tokio. Fuera escalas.
Todo pintaba bien.
¿Y qué zona miramos? El FWT ha puesto ahora en el mapa al valle de Hakuba. Habrá que probar… pero nos apetecía también algo “underthe radar”. Myoko/Madaro quedaba cerca y además las reseñas de webs de referencia como powderhounds parecen no dejar lugar a dudas.
Os pongo como otras veces mapa con las estaciones/áreas que visitamos y los alojamientos.
Llegada a Narita con los ánimos a tope a pesar de haber estado casi 14h empotrados en un asiento.
Furgoneta y tras superar el scalextric interminable que rodea a Tokio en 3h llegamos a Nagano.
Y empieza a nevar. Vamos camino de nuestra primera parada. Madarao/Tangram
La cosa pinta bien. No para, carretera blanca y cada vez taludes más altos de nieve.
Con el jetlag llamando a la puerta y ya de noche, cenamos y nos organizamos en el “cottage” que cogimos este año para los 9, perteneciente al White TreeLodge. 100% recomendable.
Nos dice Hayden el propietario que tenemos a 200m una silla que lleva al área de Tangram. Perfecto, no hay que mover los coches. Pero si abrirse camino por la calle, uf!
De nuevo Japón cumpliendo las expectativas. Se nos cae la baba desde la silla. Rápido y sin tener aún FF (te dejan subir para poder ir a taquillas). Ya queríamos hacernos unas bajadas.
Hay para todos, no se amontonen!
Máxima felicidad
Estamos en el sector de Tangram. Unido a Madarao y con posibilidad de comprar FFs separados o uno conjunto.
De tangram tenemos todo el recorrido de la silla número 1 tanto a izquierda como derecha esquiable en un bosque con una pendiente bastante picante. Son lo que llaman “Treeruns”. Áreas marcadas para esquiar fuera de pista. Un lujazo de zona a la que acude la gente rápidamente tras la nevada.
Saltamos a Madarao. Áreas también buenas aunque más cortas son el CrystalBowl, PowderTheater o Powder Wave. Todas accesibles fácilmente y de las que se puede retornar a alguna pista sin complicación.
Entradita al Crystalbowl con el bosque bien prieto
Peeeeeero, la miga de Madarao, donde realmente está el maná,es en su backside. Para ello encadenaremos sillas una tras otra hasta la silla de 1 que sube a lo más alto de la estación. Salimos a la izquierda et voilá:
Recordatorio a la entrada de que esto ya no son los “treeruns”, cualquier rescate correrá a cargo de nuestro bolsillo.
Si volvéis al mapa, el “backside” se encontraría a la izquierda del todo, justo debajo del monte Madaro y pasada la línea de puntos amarilla. No hay que emocionarse bajando, ya que podemos perder demasiada cota y luego no retornar a la base. En cuánto se ven las primeras diagonales hacia la izquierda toca volver.
Pero qué sitio!. Puedes estar un día entero fácil haciendo rondas sin aburrirte ni repetir.
¿Listo Ander?
Árboles bien espaciados y a gozar.
Los “Yiiiiija” de Jordi son santo y seña para encontrarse en el bosque
Jon bulldozerdesbronzandopow
Y Piter que con la tabla levanta auténticos tsunamis y pocas veces se le consigue ver
A veces te pegas unos tragos de “pow” majos. Hay que tratar de sacar la cabecita cual tortuga.
Boom!
En el backside de Madarao se nos van las horas. Tampoco es fácil volver a la entrada. Tres sillas, la tercera como decía de una persona con las piernas colgando y a paso de tortuga. Pero vale la pena igualmente.
Por cierto, comentar que alguien con picardía puede sacar tickets individuales que sólo te pedirán en la primera silla. En las otras dos no. Evidentemente sale más a cuenta que un FF pero tendrías que dejar el coche en el parking de Madarao.
Volviendo a Tangram, encontramos remontes en desuso con su bonito champiñón encima
En nuestra vuelta que haremos de nuevo a través de la silla de 1, esta vez saliendo a la derecha, Jon plantea que ha visto que también existe un backside en “Tangram” que además nos acercaría a casa. Abrimos un mapa en el móvil y las curvas de nivel parecen evidentes. Pues allá que vamos (si volvéis al mapa, saltamos la línea amarilla punteada de la derecha desde arriba).
Después de todo el día, encontramos un nuevo bowl con 4 huellas y una nieve de escándalo.
Una pista nevada nos devolverá a Tangram a la silla de 2 que cogimos a primera hora. Aunque algunos nos pasamos de listos por un puñado de giros extra, jiji.
Por último os dejo un vídeo del backside de Madarao
LotteArai
Nuestro siguiente destino.
La estación más cercana al mar y a 45’ de nuestro alojamiento de Madarao.
¿Qué le hacía especial y digna de una visita? Pues la cantidad de nieve que les cae. En el momento que fuimos tenían el mayor espesor en pistas del planeta (más de 5m). Pero lo realmente interesante son sus puertas.
Entre la logística de limpiar/cargar furgos y salir los 8 se nos hizo tarde. Llegamos a taquillas y las zonas “freeride” de la parte baja estaban trilladísimas. Eso si el área brutal. Todo esquiable y con terreno muy variado. Más adelante leí en internet que la gente llega al pie de la góndola antes de abrir, dejan los trastos haciendo cola y se van a desayunar. Ojo con esto, verdadero powder stress el que encontramos en esta estación.
Encadenamos las dos sillas y llegamos a la parte más alta. Queremos acceder al “Big Bowl”, aún con muchas líneas frescas y opciones variadas. El pateo según queramos estirar las líneas hasta salirnos del área de la estación se va haciendo cada vez mayor. Nosotros todos pusimos pieles para ir rápido ya que se necesita salvar poco desnivel.
Vistas desde Lotte hacia el valle:
Vista hacia atrás accediendo al bigbowl.Al final el mar:
Si continuamos más se aprecian anteriores bajadas que vamos dejando atrás. Insisto, todo es esquiable. Cada vez lo vamos estirando más…
Para encontrar terreno virgen:
Con esta puerta, al igual que sucede con la famosa puerta 3 de Niseko, hay que andarse con ojo ya que la abren tarde y cierran pronto. Límite físico no hay obviamente, pero si accedéis más tarde de la hora oficial de cierre pues ya os podéis imaginar las consecuencias si os ficha un pister.
SekiOnsen
Al día siguiente, oh sorpresa! Ha caído más mierda blanca durante la noche. ¿Pero no decía el snowforecast que 7cm? Juas, creo que Japón es el único sitio dónde se equivoca a la baja.
Pues a palear la furgo que no va a salir
Seki es una estación muy especial, de las auténticas “underthe radar” que prácticamente quedan tapadas por su tamaño y porque están rodeadas por otras del área de Myoko mucho más grandes y más modernas.
De hecho me cuesta encontrar un mapa de pistas actual.
Pero da igual, no habrá cambiado en 30 o 40 años. Y lo que veis es lo “poco” que hay. 2 sillas, una a continuación de la otra y 2 pistas. Todo vetusto, lento. Tampoco hay prisa. Somos 4 gatos y entre nosotros y grupos de yanquis parece que nos repartiremos el pastel. Aprovecho y os marco en amarillo el área del backside. Todo ese terreno es esquiable, con muchas líneas cortas pero variadas. El límite es el cauce del río que hace de embudo natural y nos obliga a retornar.
Fue un día espectacular a pesar de perder un esquí. Ahora os cuento.
La carretera prometía
Con la pedazo nevada que caía nos costó encontrar el parking. Que también estaba hasta arriba de nieve.
Un par de rondas cortas por mitad del bosque haciendo tiempo a que abrieran la silla de 1 para llegar a lo más alto. Nos ponemos a hacer cola, unos canadienses están con nosotros. Alucinamos, son locales de Whistler que se vienen huyendo de las masas y a por powder servido a paladas por poco más de 20€.
Abren y somos los primeros en subir. Nieva y no se ve un pimiento. La, ¿pista?, que baja directa de la silla es un bizcocho recién horneado y aún por servir. Más tarde vi que habían caído 80cm esa noche. Nos lanzamos los 8 en plan descenso chino sin ver nada más que al que llevas a tu lado. Esquí de sensaciones que dicen, pero da igual, es un pastel insultantemente gordo y dulce. Pillo un cambio de rasante que no veo (o al menos eso creí que era) voltereta y automáticamente de la palanca salta mi esquí derecho (el otro sigue conmigo). Trato de incorporarme olvidando lo que había y hundo el bastón entero. La pierna derecha igual hasta la ingle. Qué agonía! ¿Y el esquí? Uf pinta mal.
Me dice un yanqui desde la silla que lo ha visto salir disparado sin saltar el freno y correr para abajo hasta sumergirse como un submarino en el pow.
Fenomenal, como buscar una aguja en un pajar. No hubo manera entre 8 de encontrarlo.
Pasado el disgusto y la agonía de bajar hasta la llegada de la primera silla, no podía perderme un día así. Tengo que dar mil gracias a Carol y Aran. Se fueron directamente a hablar con el manager, Inoue y un pister les dejó un par de esquís para que pudiera seguir disfrutando del día. Todas las temporadas con el deshielo encuentran unos 20 esquís según nos dijeron. Se quedaron mis datos. Confiaba en el buen hacer de los japos. Como os decía más arriba el esquí apareció en Mayo y tras el envío y rollos de aduana me llegaba a casa en Julio.
Volviendo a ese día, me habían prestado unos troncazos de esquís de una marca japonesa de 35m de radio de giro y sin rocker. Pasado el susto inicial, estuve disfrutando sin problemas. No los sentía torpes, ni siquiera cuando llegábamos al cauce del río y había que ratonear para salir.
Dejamos Seki como empezamos. Nevando pero con una sonrisa por un pedazo día de japow de los que crean afición.
Por la noche bajamos a Myoko que nos había reservado Hayden en un sitio exclusivo de Ramen. Teníamos una chuleta con todo traducido al japonés para pedir ya que no nos íbamos a entender. Un sitio muy local, prácticamente vacío y sin ningún occidental salvo nosotros.
MyokoSuginohara
Próxima parada una de las estaciones que rodean a la ciudad de Myoko. Estación que coge más altura de todas (1855m), con buenos remontes y mayor desnivel (poco más de 1km). A los pies de la montaña más alta de la zona, el Monte Myoko, con casi 2500m de altura.
Aunque casi todo el terreno es esquiable, la zona más interesante y dónde nos entretuvimos buena parte del día es a la derecha de la silla más alta de 4. Hay un par de cortados pero son evidentes y se accede a un bowl con buenas bajadas.
Os dejo un par de fotos
La verdad es que nos pusimos el morro fino, jeje
La zona media y baja de la estación pierde verticalidad, con pistas largas y servicios de todo tipo
Zona de abetos rara para Japón que recuerda a otros lugares:
Tras seis días dejamos nuestro alojamiento de Madarao y nos fuimos al valle de Hakuba. Valle mucho más popular, con más presencia de australianos y en dónde no nieva tanto, pero con las montañas más altas de Japón llegando muchos picos a los 3000m.
Durante el viaje ya lo notamos. Pasamos de muros de nieve en Myoko tal que así:
A cunetas casi limpias a las que estamos más acostumbrados a ver.
Es impresionante la diferencia en cantidad de nieve de Madarao/Myoko con Hakuba habiendo tan sólo 25km en línea recta.
Pero no os llevéis a engaño, nieve tenían en Hakuba, pero no las cantidades obscenas de Myoko.
Son un total de 11 estaciones repartidas por el valle y 9 de ellas están unidas comercialmente con FFs validos para ellas y con autobuses que las conectan.
Nosotros nos alojamos en el mismo Hakuba. Es una pueblo grande y caro pero la mejor opción de alojamiento ya que tienes 3 estaciones al lado. La principal, fue la primera que visitamos.
HappoOne
Estación con mayúsculas donde se organizaron multitud de pruebas en las olimpiadas de Nagano 98. La más grande del valle, con un desnivel de algo más de 1km y una pista de 8km y un total de 23 remontes.
Os pego mapita y de nuevo sombreo en amarillo el área de la zona potente de freeride. Dentro de los dominios de la estación hay más áreas potenciales, pero están prohibidas. La que os marco es simplemente brutal, el peaje a pagar es un pateo de 20min y un retorno a base de taxi:
De la silla más alta que nos deja a 1800m de altitud nos cargamos los esquís a la espalda y seguimos el cordal. Habrá más gente haciéndolo, no tiene pérdida.
Llegamos a la caseta esta (no tengo ni idea qué era) y tenemos las primeras líneas que podríamos bajar.
Aquí Adri que iba con pieles se nos adelantó al grupo. Habíamos leído acerca del “backside” y visto mapas, pero no estábamos seguros. Así que se puso a hablar con Tatahiro, local que iba solo a hacerlo y por el módico precio de un kitkat tamañojaponés se ofreció amablemente a guiarnos.
Adri terminando de hacer las gestiones:
Al margen de estereotipos y tópicos, esta gente de verdad son super serviciales. Es una pasada.
El descenso superó todas las expectativas y compensó el pateo previo.
Una pasada
Hasta la presa por infinitas líneas. BA JA DÓN
Un pequeño pateo para retornar hasta la carretera por una pista forestal esquiable:
Grande Tatahirooooo! Todo lo que veis de fondo son líneas accesibles, cuidando el tema de aludes obviamente. Que hay mucha ladera convexa y trampas del terreno que no molan.
A alguno casi le levantamos de la siesta:
Y es en este punto donde salimos a la carretera y toca llamar a un taxi. Llegan en seguida ya que son apenas 5min de coche. Al cambio casi unos 10€.
Si pensabais que Japón es tecnología punta; pues sí, los taxis y sus acabados interiores con ganchillo de la abuela de un perfecto blanco nuclear así lo certifican:
Los encajes dan mucha cosicajaja
TsugaikeKogen
Otra estación que prometía, pero al final fue un día que pasó sin pena ni gloria y del que sólo guardo una foto. Llevaba ya 2 días sin nevar y allí en Hakuba aunque se conservara la nieve todo se trilla rápidamente.
La foto del día cuando se volvía a animar a nevar:
Esa noche tocó cena “tradicional”. Viene fenomenal después de un día con las patas al rojo vivo, cenar tirado en el suelo sin poder estirar las piernas y con la espalda hecha un siete.
Cortina
Otra estación de las populares del valle de Hakuba. Un poco alejada del pueblo. Pero con muy buenas reseñas.
Subiendo parecía que íbamos a ver buenos espesores después de toda la noche nevando.
En el parking te recibe el ¿icónico? Hotel de Cortina… de estilo, ¿en qué coño estarían pensando?, el mamotreto sirve de taquillas y acceso a pistas.
Cortina no es grande, se resume en 4 sillas pero el terreno vuelve a ser su punto fuerte. No así las hordas. La mayores colas de todo el viaje las tuvimos aquí. Mucho extranjero con patín ancho y no tanto Japo. Este destino debe ser casi tan popular como Niseko. Así que hubo que apañarse con las migajas y resignarse con las esperas de 15min en las dos sillas principales.
Mucho “treerun” con buena inclinación. En especial todo el lado izquierdo. HiedayamaCourse 1 y 2. La cara derecha es más soleada y la nieve la encontramos peor, pero la izquierda era una nevera!
Tenéis la opción de no sacar FF exclusivo de Cortina y pillar también el conjunto con Norikura. Las bajadas hacia la izquierda desde lo más alto son muy buenas y es relativamente fácil retornar a la sill No.6.
Aquí mirando hacia Norikura:
En algún punto indeterminado del bosque:
Una pasada de estación, sí, pero el precio a pagar en cuanto a gente y colas en los remontes es muy alto. Mucho powder stress que ni por asomo tuvimos en el área de Myoko/Madarao.
Tras haber estado 3 días en el valle de Hakuba algunos retornaban a casa y 4 nos quedamos a estirar un poco más el viaje en Akakura (a 5min de Myoko).
Nunca había visto un pueblo con tal cantidad de nieve. Auténticas montañas y muros de nieve en las calles. Un sufrimiento continuo para aquellas personas que se encarguen del mantenimiento, pero un deleite para nosotros. Para muestra un botón, nuestra furgoneta aparcada:
El pronóstico para los 2 últimos días era despejado así que decidimos alejarnos un poco más hasta…
NozawaOnsen
Una estación muy grande para los cánones japos, con mucho desnivel y buenas pistas. Un régimen de precipitación inferior a Madarao/Myoko (10m de media frente a 14m) y apartada de otras estaciones pero con un gran punto a favor. Aquí no esquía nadie fuera de pistas y tiene mucho terreno accesible que trillar. Como me dijo un americano en Hakuba, “en Nozawa puedo estar tranquilo si lleva unos cuantos días sin nevar, encontraré líneas frescas”.
Son un total de 50km de pistas y 1000m de desnivel positivo. Ésta fue la primera estación donde vimos a equipos de esquí entrenando
Además de pistas con bastante verticalidad, tienen bastante longitud. Sin embargo nosotros nos entretuvimos pateando desde la cima hacia la izquierda (bajadas cortas pero con pocas huellas) y hacia la derecha. Bajadas mucho más largas hasta la base de la estación con buena inclinación al principio y sin mucha pérdida, que el terreno te devuelve de manera natural a la base.
El pueblo es muy turístico. De aquí salen tours al parque Jigokudani para ver a los monitos de la nieve. El pueblo es conocido en todo el país por el festival del Fuego que se celebra el 15 de Enero y la multitud de “onsens” que tienen.
Alguno verá que se repite mucho la palabra onsen a lo largo de cualquier referencia que leáis de Japón. Los onsens son los baños tradicionales japoneses que utilizan aguas termales de origen volcánico.
Nosotros no lo probamos, pero es típico el onsentamago. Huevos cocidos en agua termal que se encuentran en unas pozas en el centro del pueblo. El olor era bastante particular y las pozas sólo son accesibles para los habitantes de Nozawa.
Nozawa tiene algún templo bonito y calles con mucha vida con puestos que te venden “baos” de todo tipo para recuperar el estómago después de todo el día esquiando.
Bueno pues aquí pongo el punto… y seguido. Porque seguiremos volviendo y explorando más zonas.
Japón es el destino si te gusta la nieve. Konayuki!