
Vistas desde el monte Titlis hacia los Alpes Berneses con los picos Jungfrau y Mönch al fondo
Según nos cuenta Janine, una simpática empleada de la oficina de turismo en un perfecto español con acento canario, el freeride empezó a hacerse cada vez más popular a través de las visitas de esquiadores suecos. Y no parece exagerada la afirmación. Se oye hablar sueco por todas partes.

El Freeride se hizo popular en Engelberg a partir de las visitas de esquiadores suecos
El hotel Hoheneck, un simpático alojamiento que se dedicaba a albergar a los visitantes del monasterio que lleva el nombre del pueblo, y que es en realidad el origen del mismo hace más de dos siglos, es propiedad de un sueco. Sus empleados también son suecos y sus clientes, en mayoría, también. Pero es que cuando llegamos y nos alojamos en él, descubrimos que la banda que toca esa noche, Engelboys, también lo son y la fiesta que hacen es tremenda. Porque contra lo que pudiera parecer, los suecos son, por lo menos, tan amantes de la fiesta como los españoles.

Los Engelboys montando una fiesta sueca en el hotel Hoheneck.
Y es en este ambiente escandinavo, cuando vamos a depositar nuestro equipo al guardaesquís y vemos que no hay ni un solo cliente que haya dejado allí descansando un esquí de pista. No hay nada con menos de 90 mm de patín. Empezamos a tener la sensación de estar en un lugar especial.

En los guardaesquís de Engelbergcasi no se ve material de pista
Por la mañana nos despierta el ruido de las explosiones para el control de avalanchas y un día radiante. Nos encaminamos a la oficia del guía de montaña con el que vamos a pasar el día. Se trata de Robert, otro sueco que vive en Svengelbergcomo dice él, haciendo un juego de palabras con Sverige yla población alpina, desde hace más de una década.

Una vista panorámica de Engelberg
El grupo que se forma es internacional: holandeses, franceses, italianos, ingleses, españoles y algún suizo. Como siempre pasa cuando se comparte una afición, enseguida se convierte en un grupo divertido y agradable. Además, mientras comprobamos el material de seguridad, todos sabemos que muy pronto, una vez en la montaña, vamos a depender los unos de los otros si algo sucediese.

Algunos de los freeriders con los que compartimos guía
Una de las grandes actividades que se pueden hacer en esta estación son las llamadas Big 5. Son cinco bajadas a las que se puede acceder directamente desde medios mecánicos. De hecho, cuando le pregunté a Robert si me llevaba las pieles de foca conmigo me dijo que no con una amplia sonrisa, porque no hacen falta. Todas son laderas enormes, con miles de posibilidades que tardan días en trillarse por completo. La mayoría de palas están alejadas de las pistas e itinerarios marcados. Es importante saber que una vez empezado el descenso no es posible regresar a pista en la mayoría de casos hasta llegar al final, algo a tener en cuenta en condiciones de baja visibilidad.

Engelberg se ha convertido en un destino preferente para freeriders de medio mundo
El primero de estos grandes recorridos es Laub. Se trata de una gran pala de orientación norte que sale desde la silla Laubersgrat en el área de Stand y llega hastala zona de debutantes de Gerschnialp. Tiene unos desniveles que rondan los 35-40 grados, más de 1200 metros de caída y unas vistas espectaculares al pueblo. Hay que evitar las zonas protegidas que son las que tienen vegetación. El recorrido más fácil es hacia la derecha según se baja, a la izquierda hay más pendiente y rocas. Es un recorrido bastante largo y exigente conlas piernas. Al final hay un minibus disponible que te lleva de vuelta a la base del remonte. Justo la noche anterior a nuestra visita, se produjo una avalancha que nos hizo desistir de hacer esta bajada.

Mapa de Engelberg con los principales recorridos fuerapista.
Desde la zona más occidental de la estación, donde se encuentra Jochstock, se accede a al recorrido llamado Steintal. Va desde la zona alta de este sector hasta la base de la silla deEngstlenalp. El recorrido es bastante sencillo, solo hay que pasar por debajo de la silla nada más empezar a bajar, saltarse las barreras y salir a un amplio valle. Se sigue su sentido, pero hay que tener en cuenta que hay que encontrar la diagonal de salida hacia la silla, que no es visible desde la mayor parte del recorrido. Si te pasas puedes llegar hasta el lago Engstlensee. Las posibilidades son infinitas.

Panorámica de Steintal
Bajamos Steintalen días diferentes, con un polvo algo más denso después de una noche venteada y con polvo seco un par de días después. En el primer recorrido, que fue también el primero que hicimos el grupo con el guía, las caras de alegría y los gritos de júbilo se sucedían en casi cada giro. Es un valle amplio, por lo que se pueden trillar zonas días después de la última nevada. Haciendo diagonales por las laderas de la cara oeste, o incluso subiendo un poco hacia los collados que hay, es posible dejar marcas en casi cualquier momento.
La siguiente de las grandes cinco es Shulz, que tiene por lo menos tres variantes. Todas arrancan, al igual que Steintal, desde la parte alta de la silla de Jochstock, simplemente se pasa por debajo de las cuerdas donde indica que se accede a zona de fuerapistas, esta vez hacia la derecha según se baja de la silla.La variante corta es la que pasa pegada a los picos que dividen el valle del lago Trübsee de la zona de pistas que hemos dejado detrás. Esta zona la hice la primera vez solo y sin guía porque vi cómo se metía una familia con niños pequeños, de entre 5 y 10 años, y fui detrás. Cuando estás llegando al final se puede ver una pared de unos 70 metros desde la que hizo un frontflip el esquiador JulianCarr. Esta variante es considerada por los freeriders locales como“de calentamiento” porque es la única que te lleva a la base de la misma silla desde la que sale. La verdad es una maravilla hacerla tres o cuatro veces seguidas y dejar huellas cada vez.

Un momento del recorrido de Klein Shulz.
La variante larga es hacia la derecha cuando se enfila la bajada, dejando detrás la ladera anterior y buscando el lado contrario del valle. Nosotros la utilizamos para salir de la zona de Jochstock y cambiar al sector de Titlis, que es el principal y más alto. Se sigue el recorrido natural de la garganta, dejando el glaciar a la derecha. Hacia la izquierda hay tubos y canales que hacen las delicias de cualquier esquiador. Al final se llega a la zona llana, por lo que conviene buscar algo antes la diagonal derecha para llegar a la parada intermedia de la silla Trübsee-Hopper.

En Engelbergsiempre quedan trozos sin trillar hasta días después de la última nevada. Foto:
La subida a Klein Titlis, la parte más alta de la estación, se hace desde su famosa cabina giratoria. Una cosa que llama la atención de casi todos los esquiadores que visitan Engelberg por primera vez es la cantidad de turistas orientales que vienen desde lejos únicamente por subir en este remonte. La explicación es simple. Hace años, algunos directivos del complejo pensaron que sería una buena idea promocionar la zona para la industria de Bollywood, y parece ser que fue un éxito, pues se han rodado bastantes películas en el entorno. Para estos viajeros resulta muy atractivo contemplar los parajes que aparecen en sus películas favoritas. El éxito ha sido tal, que este tipo de visitas son un importante aporte para la estrategia de desestacionalización del complejo de montaña.

Miles de turistas acuden de medio mundo para subir en el remonte rotatorio del complejo. Foto: Eng_titlis.
Desde la parta alta se puede acceder a un itinerario marcado que lleva al sector de pistas de Stand. Es un paso entre dos agujas muy bonito, con bastante pendiente, pero nosotros decidimos casi cada vez que subimos a este punto hacer uno de los recorridos más famosos: Steinberg. Desde la parte alta del glaciar, se pasa por debajo de la barrera y accedes una superficie enorme, casi inacabable de nieve sin pisar. Las posibilidades son infinitas, pero hayque tener cuidado con grietas en el glaciar, piedras, avalanchas, etc. Se termina siempre, una vez más, en la zona de Trübsee, pero los recorridos posibles son muchos. Hicimos varios en varias veces y distintos días. Uno bastante obvio es atravesar el glaciar, buscar la pared de la izquierda según se baja y aprovechar una depresión entre una lengua del glaciar y la montaña de roca. Es una zona donde no da el sol y se encuentra casi siempre nieve en buen estado.

Inicio de la bajada de Steinberg en la parte del glaciar.
Otra posibilidad de Steinberg es ir a la derecha cuando empezamos a bajar el glaciar y buscar las agujas del pico de Rotstöckli para pasar cerca de ellas. Es espectacular y bastante impresionante. Por este lado hay pendientes pronunciadas y conviene estar preparado. La superficie es tan grande que no esposible trillarla en un solo día incluso en sábados donde se concentran miles de freeriders de media Europa.

Bajando Steinberg por el lado de Rotstökli.
El último recorrido de los 5 grandes es el que se llama Galtiberg y es el más largo, el que tiene más desnivel (más de 2000 metros) y con más posibilidades. También es el más alpino y difícil y es casi imprescindible hacerlo por primera vez con guía. Hay recorridos donde es necesario el uso de cuerdas. Es una bajada con muchas posibilidades que sale también desde Klein Titlisy que termina en el valle de Engelberg.

Es difícil aburrirse en un lugar como este.
Aunque es obvio que el freeride es uno de los grandes atractivos de Engelberg, también hay que destacar los esfuerzos por hacer el dominio accesible a públicos familiares. Tanto la zona de Jochstock, como todo el sector que da a cara sur, el soleado Brunni, son asequibles para casi cualquier esquiador. Además,Brunni, al ser más bajo, también es adecuado para freeriders en días de escasa visibilidad. También existe la posibilidad de hacer actividades no relacionadas con el esquí, como alquilarmotos de nieve, deslizarse en trineo por multitud de zonas habilitadas, patinar sobre hielo o acceder con raquetas a Fürenalp, un lugarque los lugareños consideran supequeño secreto. También merecen una vista la cueva de hielo que hay en el glaciar y las vistas desde el puente colgante que han construido en la zona superior.Cabe destacar que el apresski que tienen es variado y divertido.

El puente colgante merece una vista.
Por último, hay que mencionar la privilegiada ubicación del lugar. Está a solo un par de horas del aeropuerto de Zúrich y, como no puede ser de otra manera, accesible con el excelente transporte público suizo. Es decir, puedes salir desde cualquier aeropuerto con vuelo al país alpino y llegar hasta la base del remonte en tren en pocas horas. El servicio de Turismo de Suiza tiene una página en español desde donde se puede uno informar detalladamente.
Desde luego, la visita ha merecido la pena. Es uno de esos lugares al que volveremos con toda seguridad todas las veces que sea posible.
* Algunas de las fotos cedidas para publicar por la oficina de turismo de Engelberg