Visitando la presa de gravedad mas alta del mundo, la Grande Dixence en Suiza (Valais), pude realizar varios artículos relacionados con el Valais y contacté, debido a una excelente relación que nos une desde hace casi diez años, con los máximos responsables de una de las mejores estaciones de esquí de Suiza: Crans-Montana. Quienes me conocen saben que mi relación de amor con Zermatt se remonta a 1990, pero no solo de pan vive el hombre, y en los Alpes, son muchas las estaciones que de un modo u otro me han robado el corazón. Por tal motivo, tras observar la evolución de Crans-Montana, decidimos regresar en invierno, con la intención de aprovechar al máximo tres días de filmación y esquí, preparando varios spots y reportajes; asistiendo en directo a la presentación de la nueva temporada y a la inauguración de la nueva oficina de turismo y escuela de esquí.
A nivel de cine y publicidad, Suiza es un país que te facilita el trabajo de un modo realmente encomiable. Durante mas de diez años, nunca he tenido ningún problema a la hora de rodar en los Alpes suizos, y en esta ocasión, en Crans-Montana se han volcado en nuestros nuevos proyectos. Y ya de paso, he puesto en práctica una teoría, o reto, que ya en verano me había marcado: comprobar que se puede subir a esquiar a Crans-Montana y bajar en un mismo día desde Barcelona.
Si, evidentemente no deja de ser algo muy poco práctico, surrealista, inusual etc…y es algo que no recomiendo debido al elevado coste de la operación dentro de un mismo día, pero me resultó interesante el poder observar como gracias al vuelo de las seis de la mañana de EasyJet, uno puede llegar a Ginebra antes de las ocho, subirse al IR de Brig a las 08:20, llegar a Sierre sobre las 10:30 y subir en funicular a Crans-Montana, llegando a las taquillas de la estación en Montana con el Escalator (nueva escalera mecánica que conecta la oficina de turismo y la escuela de esquí con las taquillas del telecabina de Arnouva). Digamos que a las 11:30 ya estaríamos esquiando, para regresar al funicular a las 15:00 y seguir bajando hasta Ginebra en tren directos al aeropuerto, para llegar al embarque del vuelo a Barcelona de las 19:15.
Evidentemente, lo mas normal y recomendable es pasar unos tres días en la estación, no solo para disfrutarla al máximo, sino también a nivel económico y de estrés, pero hoy en día, resulta interesante el poder comprobar como las distancias, en ocasiones se hacen cortas.
¿Cómo es posible que en el restaurante Les Violettes, con Frank Reynaud a los fogones (tiene una estrella Michelin en el Paso del Oso en Crans), a mas de 2.200m, una Fondue cueste igual que en Barcelona?. ¿Cómo es posible que en una cafetería de Montana a 2.200m, una pizza hecha por un pizzaiolo en directo, con ingredientes naturales, sea algo mas barata que en La Tagliatella?... ¿No será que algunas ciudades de España son realmente caras?...por no hablar de la relación calidad-cantidad-precio y de los salarios en España…
Dicho esto, me llevé una grata sorpresa en Crans-Montana al comprobar como Suiza sigue batallando para recuperar esquiadores, ofreciendo calidad y autenticidad a raudales.
Crans-Montana empezó a posicionarse como destino turístico durante la década de 1890, cuando el Dr. Theodore Stephani empezó a atender pacientes, aprovechando la altitud y la tranquilidad que ofrece la población. El golf también tiene un papel importante que jugar, pues unos meses antes de estallar la Segunda Guerra Mundial, se celebró el primer Abierto de Suiza, destacando la evolución de los campos de golf en Montana y Crans, uno de ellos diseñado por el mítico golfista español Severiano Ballesteros.
Si hablamos de esquí, no podemos pasar por alto a la famosa familia Lunn, fundadores del Kandahar Ski Club. Los Lunn organizaron carreras a partir de 1911, obteniendo fama internacional. Poco a poco las carreras que se organizaron en Mürren y Wengen posicionaron a Suiza como una digna competidora de Austria en lo que a esquí se refiere. Hoy en día Crans-Montana alberga una larga lista de eventos de la Copa del Mundo y del Campeonato Europeo, y se ha convertido en un centro de convenciones de fama internacional.
Uno de los máximos responsables de la evolución cransmontánica es Bruno Huggler, un magnífico profesional y mejor persona (su apellido ya suena a abrazo), que tras muchos años como director de marketing y sub-director de Valais Turismo, ha regresado a su querida población para dirigir “Crans-Montana Turismo y congresos”. Bruno es de esas personas que si no existiera, habría que inventarlas, debido a la pasión que imprime en su día a día, a su diligencia y la calma que destila.
Antes tenías que comprar el forfait en taquillas, informarte en la oficina de turismo y contratar una clase esquí en la escuela. Se perdía mucho tiempo…pero ahora, todo queda centralizado. Y esto cuando estamos delante de uno de los mejores inicios de temporada de los últimos años, ofreciendo unas condiciones óptimas para empezar a esquiar.
A nivel de hoteles y apartamentos, Crans-Montana presenta este año una interesante novedad: la remodelación y ampliación del Guarda Golf Hotel & Residences, una de las joyas de la corona de la estación. El impresionante hotel, ha creado un pequeño universo donde la arquitectura de montaña se funde con la tecnología mas moderna, creando espacios realmente únicos…y ¡ojo a su spa!, realmente potente, pero de todos los detalles del hotel, me llamó especialmente la atención el cine, pues creo que es el primer hotel que veo en toda mi vida (mas allá de Las Vegas) con cine incorporado. Los propietarios han tenido el gran detalle de dedicarle la sala al fallecido actor británico Roger Moore, quien residió durante muchos años en Crans-Montana. El actor fue quien cortó la cinta inaugural del hotel, organizando en sus salones varias galas benéficas para UNICEF.
Y ya que estamos, no puedo pasar por alto la discoteca situada a mayor altitud de Europa, situada en el Cry-d´Er, Club d´Altitude…pero bien pensado, esta ya es otra historia…
Víctor Riverola i Morera