Llevábamos ya 3 días de esquí y aún no habíamos pisado esta parte de la montaña. Quizás por nuestro planteamiento cuadriculado de intentar conocer bien la estación, pensamos que lo mejor era dedicar cada día a una zona. Cosa que nos impidió conocerla por completo (muy lejos nos quedamos de ello). Esto y que cuando una pista nos gusta…nos da igual el tiempo que pasemos en ella.
Así que, tras desayunar, coger la cabina….llegamos a la zona de intersección entre BrixenimThale y Scheffau.
Silla n.8 unión con Scheffau
Desde aquí puedes acceder a Brixem por una pista azul (6 a) o una pista roja (6c). Ambas dos muy ámplias y sin ninguna complicación. Con buena nieve en sus cotas más altas y empeorando a medida que bajas. De hecho, la primavera adelantada había aparecido y desde la zona de llegada de la cabina que une Brixen con las pistas, hasta el pueblo no se podía bajar esquiando.
Estas dos pistas se van cruzando entre ellas y con la pista 1 a que es roja y baja también hasta el pueblo. Nos pasamos gran parte de la mañana en esta zona sube que te sube, baja que te bajarás.
Pista azul 6a que baja a Brixen
Pista roja 6c
A estas horas de la mañana la nieve aquí estaba espectacular, no había ni pichichi y se podía bajar muy muy a gusto. Ambas pistas te dejan en la base de la silla 8 que te devuelve al punto de partida, con unas vistas de las pistas que merecen la pena.
Pista 6c desde la silla 8
Volvimos a bajar estas pistas una y otra vez. El paisaje era muy chulo si una vez abajo mirabas para arriba, porque si seguías mirando para abajo…la nieve desaparecía. Daba pena ver cómo la temporada estaba tocando a su fin. De hecho, en el Skiwelt les quedaban tan solo dos semanitas y sus instalaciones cerrarían.
Hopfgarten
Desde la base de la silla, justo en frente, se veía otra montaña surcada por pistas. Se trataba de Westendorf que nos mostraba su pista negra 112 y su roja 110b
Muy bonitas vistas, muy divertidas las pistas pero vayamos cambiando de dirección que aún hay mucho que explorar. Cogimos de nuevo la Silla 8 y descendimos sin cambiar de pista por la número 2 a que nos dejaba a la llegada de la cabina “Gondelbhan Hochbriten”, puerta de entrada de las esquiadores alojados en Brixen. El final de la pista era la zona de servicios (cafetería, w.c…) todo muy rústico y muy bien cuidado, entre una maraña de sillas, telesquís que en ocasiones hacían que tuvieras que fijarte muy bien qué coger y qué no coger porque era fácil equivocarse.
Pista azul 2 a en su intersección con la azul 3
Normalmente, cuando hay nieve, desde esta zona se puede bajar al pueblo por una pista negra, pero en esta ocasión, no había más remedio que tirar siempre para arriba, porque en dirección contraria…había hierba.
Confluencia de la zona alta de Söll e Itter vista desde Brixen
Tras un cafecito de avituallamiento, acompañado de un “crepfen” (creo que se escribe así) decidimos cambiar a la zona de Hopfgarten, a la cual se accedía por esa silla que véis en la imagen anterior (centro izquierda). La silla 6
Silla 6 Brixen- Hopfgarten y final pista roja 6
Y al llegar arriba…
Kitzbüheler-Alpen desde Hopfgarten
Desde este punto salen dos pistas azules y varias negras que se van siguiendo en paralelo a lo largo de la ladera que da acceso a Hopfgarten. Una zona ya muy castigada por el calor en la que sólo había nieve en la pista.
Pista azul 25b
Estas dos pistas azules desembocan en la silla 8 de Hopfgarten. Paralela a esta silla (aunque separadas por un pinar) suben la silla 6 y la 3 que dan acceso a 4 pistas paralelas entre ellas prácticamente 24 a, 24b, 21 y 22.
El final de la Silla 8 coincide con el final de la pista negra 2c, en cuyo comienzo hay una hermita y una cafetería. Desde allí arriba (desde la hermita) salen las pistas a Söll, Itter, Hopfgarten y la de enlace a Brixen.
Pista negra 2c
En esta zona nos pasamos un buen rato, silla arriba, silla abajo, porque realmente las dos azules estaban espectaculares, excepto en sus zonas más bajas. Aunque lo más espectacular, era la poca gente que había. No hicimos una sola cola.
Tras muchos sube/bajas la nieve ya estaba muy transformada y nuestras piernas de no deportistas habituales ya estaban quejándose. Así que decidimos coger la pista roja 2, seguir a la izquierda por la roja 7 y coger la silla que nos devolvería a la zona donde habíamos comenzado, intersección entre Brixen y Scheffau.
Laúnica manera que veíamos de ir a Scheffau eran dos pistas rojas (71 y 72) que acababan en una larga silla la 8, desde cuyo final, deslizando por la azul 70 llegaríamos a nuestra cafetería de siempre para degustar una “ligera comida”.
Pista roja 72
Pista Roja 71
“Ligero” ágape
En resumen, la zona de Brixen im Thales y Hopfgarten nos gustó muchísimo. Pistas amplias, bien pisadas, poca gente...nos divertimos mucho. La lástima fue la situación en la que encontramos la zona porque la nieve ya no estaba bien y porque no había manera de poder bajar a los pueblos a no ser que fuera en Söll, Scheffau y Ellmau, a los que podías llegar por regueros de nieve.
Nos gustó tanto, que al día siguiente volvimos.
DIA 16 DE MARZO: BRIXEN IM THALE – HOPFGARTEN (II)
Este día, a parte de volver a pasarnos mucho tiempo en las pistas del día anterior, decidimos conocer las pistas que no habíamos visitado ayer de Hopfgarten. Y veréis que la situación…no estaba nada bien.
Comenzamos llegando a Brixen por la pista azul 3 a, para coger la silla a Hopfgarten.
Pista azul 3
La verdad es que daba un poco de pena ver como aquello se acababa y eso que aquí había nieve. Esa es la silla a Hopfgarten y lo que véis a su izquierda y derecha son las pistas rojas 2b y 2 respectivamente. Muy entretenidas de bajar pero a media mañana muy transformada.
Una vez en hopfgarten, lo que nos quedaba por vistar de allí eran las pistas a las que daban acceso las sillas 6 y 3. De la silla 6 salían dos pistas rojas (24 a y 24b).
Pista roja 24b
Pista roja 24 a
Aunque el paisaje comenzaba a ser un poco más desolador, la verdad es que disfrutamos. Como siempre, la nieve en las cotas mas bajas estaba mal, pero en las zonas más altas estaba disfrutona. Además no había demasiada gente.
Tb se ha de decir que mantienen la nieve todo lo que pueden encontrándote con tramos de pistas que realmente son… pues lo que son, un caminito de nieve.
Y hasta aquí nuestra incursión en el Skiwelt. Os podrá parecer que no aprovechamos todo lo que la estación ofrecía, y tendríais razón, pero nuestro esquí es muy tranquilo, nos encanta repetir las pistas que nos gustan y si la nieve no aguanta bien, a mediodía nos retiramos porque amamos nuestras rodillas. Jejejejejje. Así que nos queda pendiente todo el resto.
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