
Serra Estrela es la única estación de Portugal y teníamos que venir a verla en el Reto 33 Estaciones de la Península. Nos hemos tenido que subir a la montaña más alta de Portugal (1.993 metros) y a la única sierra de más de mil metros del país continental (en las Azores está la Ponta do Pico, de 2.351 metros) para esquiar en una estación en pleno crecimiento: en los próximos 8 años subirá hasta los 50 kilómetros de dominio e invertirá 35 millones de euros… Siempre y cuando la Administración lo apruebe, porque está en pleno Parque Natural.

“Tenemos el dinero y el proyecto. Sólo nos faltan las autorizaciones. Pero ahorraríamos al Parque muchas toneladas de CO2 y de sal, porque los visitantes al Parque subirían en telecabina en vez de en coche. Además, la gente curaría enfermedades, porque respirar a partir de 1.700 metros de altura está probado que es bueno para la salud. Y encima daríamos mucho trabajo y riqueza a esta zona. Y traeríamos esquiadores y divisas al país, en lugar de perderlos, porque ahora muchos portugueses se van a esquiar a España y se dejan el dinero allí”. Quien explica esto es Artur Costa, el Administrador y propietario de Turistrela, que tiene la concesión de esta montaña.

Es realmente una estación curiosa: actualmente tiene un telesilla y varios teleskis y nueve pistas, aunque como nos dice un esquiador local, “la pista negra aquí sería azul en Candanchú”. Es cierto, es una estación enfocada a los debutantes, porque el perfil es muy amable, con pendientes suaves. Aunque nos ha recibido con mucha niebla, podemos apreciar la belleza de su roca negra en contraste con la nieve y algún cañoncito que nos encontramos bajando. Tiene nieve natural y nieve artificial, y han llegado a marcarse en un buen año hasta 22 pistas diferentes. Aunque las pendientes son suaves y, efectivamente, las rojas son azul clarito.


Cuando hablamos con Carlos Varandas, Director de la “Estancia de Esquí”, percibimos mucho optimismo. Esta sierra es el único lugar donde se ha esquiado en Portugal desde hace 40 años (aparte de un par de complejos de esquí en suelo sinténtico, uno en Lisboa ya cerrado y otro que agoniza en las proximidades de donde estamos). Hace 20 se instaló el primer remonte. Y en el 97 fue adjudicada a la actual empresa, que en 2001 emprendió la revolución: colocó el telesilla y multiplicó el número de pistas. Llegaron los cañones, hoteles y servicios en la base y lo que ahora nos parece una estación pequeña, ellos nos lo muestran con gran orgullo. Aquí no había nada más que nieve. Ahora hay una digna estación de esquí, que recibe hasta mil esquiadores en un día y varios miles más de visitantes.


Está en pleno Parque Natural y en una zona de visita obligada. Al pico donde sube la silla también llega una carretera plagada de turistas que vienen a hacerse fotos al lugar más elevado de Portugal, que os mostramos en una de las fotos. Tiene 1.993 metros, y han colocado un monolito con una cruz de otros siete de alto para llegar a 2.000.


“Este año hemos colocado más cañones, una cinta transportadora de 170 metros en la zona de debutantes, hemos renovado dos teleskis y hemos instalado cuatro kilómetros de empalizada para que el viento no se lleve la nieve”, nos cuenta Varandas. En total, 700.000 euros de inversión, para completar los cinco millones totales desde que tomaron la estación. Y respecto a los planes de expansión, Costa es claro: “El dinero (35 millones) ya lo tenemos. Sólo necesitamos los permisos y lo haremos”.


Mientras llega el macroproyecto, a ocho años vista y en varios plazos, la idea es seguir creciendo, aunque ahora está centrada en debutantes: “En Portugal hay 400.000 esquiadores y sólo 30.000 pasan por esta estación. Aunque la gente ha empezado a volver. Ya tenemos a un 20 o 30% de surfers y hemos montado arriba una zona separada para snowpark. Pero nuestra apuesta, a día de hoy, son los debutantes, formar nuevos esquiadores. Entre semana tenemos muchos colegios y en fin de semana vienen muchas familias a aprender. Somos el paso intermedio perfecto antes de que la gente vaya a grandes estaciones”, termina Varandas.

Esos son los planes… de momento. El megaproyecto tiene dos fases, una a 2-3 años y otra a 6-8. Entonces, con tres nuevos telecabinas y 50 kilómetros esquiables, Serra de Estrela no sólo será ya la estación más occidental de Europa (junto a Manzaneda), sino también una tentación para los esquiadores cercanos del otro lado de la frontera.
