Astún, autopistas blancas
Astún es la decimosexta estación que visitamos este año y ha pasado lo de cada vez que venimos: he roto mi tope de velocidad de la temporada. Según la aplicación del móvil, sin buscarlo y sin querer batirlo (me parece peligroso), he pasado de 70 por hora. En nuestra última visita pasamos de 80. No me gusta correr tanto, pero en la ladera derecha de Astún, la de la Raca, parece inevitable: son autopistas blancas, anchas, bien pisadas y que invitan a bajar a fondo con toda confianza.
La primera vez que vine, en la segunda bajada, con la pista recién pisada, pasé de 80 por hora. No me lo creía al ver el móvil. ¡Si me iban adelantando todos los esquiadores de la escuela deportiva! ¿A cuánto iban ellos?
Astún tiene un montón de pistas que bajan desde la Raca (2.300 metros) en las que cuesta sujetarse. Siempre he venido entre semana, con poca gente. Me preocupa saber qué pasará en estas bajadas rápidas en un poblado fin de semana, con tantos cruces de pistas que te encuentras…
La estación del Valle de Aragón es muy fácil de entender. Nada más llegar están todas las pistas a la vista. Ladera derecha y ladera izquierda, con orientaciones opuestas. Muy útil en primavera para elegir una ladera por la mañana y otra por la tarde, para huir de las placas de hielo a primera hora en una y de la nieve primavera a mediodía en la otra.
Astún nos ha recibido con un día espléndido y en cada bajada desde lo alto de la rapidísima silla de La Raca hemos podido disfrutar primero de un vistazo a la vecina Candanchú y luego del majestuoso Pico Midi D´Ossau (2.895). Desde la otra silla rápida, Truchas, que sube por la la ladera izquierda, parten pistas más variadas y más lentas.
Según te alejas de La Raca, las sillas se vuelven muy lentas hasta llegar a la última, Canal Roya, que la hemos encontrado abierta sólo hasta la una, momento en que la cierran. Desde ahí arriba se ve el fantástico Pico Anayet y se intuye la vecina Formigal, con la que tal vez llegue a unirse un día con dos remontes a través del Canal Roya.
Con mucha nieve (no parece el caso este año), Astún es un paraíso del fuera pista y de los surfers. Palas grandes que mueren en un embudo en la base de la estación, desde la que parten las dos sillas ultrarrápidas mencionadas. La presencia del viejo trampolín de saltos intimida al dejar una de las perchas de la ladera derecha. Al final, esta vertiente es un laberinto de pistas que se entrecruzan para morir todas junto a la Pista de Salida, un camino junto al río.
Astún, muy frecuentada por los esquiadores vascos, es divertida y fácil de entender para un recién llegado. Puede que le falte la magia, los paisajes y la historia de su vecina Candanchú, a donde vamos a dirigir ahora nuestros pasos para convertirla en la número 17 de nuestro Reto 33 Estaciones. Pero Astún no deja de ofrecer 50 kilómetros y 50 pistas de todo tipo sin desniveles extremos y con varios ambientes para los debutantes. Nuestra pista favorita es La Raca, sin gente y a primera hora, gas a fondo y luego nieve virgen en el fuera pista bajo las pilonas… 550 metros que se suben y se bajan en menos de quince minutos. Eso si no sale un día claro: entonces tardarás más porque hay que pararse a echarle un vistazo al regio Midi d´Ossau.
Nuestro próximo destino: Candanchú