Lunes 18 de enero, hoy sí que sí. Amaneció con neblina, pero la previsión era sol, sol y sol. Era el día perfecto para cruzar a Suiza.
Hoy nos ibamos a Zermatt!! De izquierda a derecha: Raúl, Manolo, Isidoro, Sergio y Pau.
Juan posaba así de contento. Por fin iba a cumplir su sueño: esquiar a los pies del Matterhorn!!
Fue un día perfecto, casi nadie en pistas y buen tiempo. Este era el aspecto desde el Plan Maison en Cervinia.
Y el Cervino presidiéndolo todo. Ya sabéis, esta montaña, la cara italiana se llama Cervino, y la suiza Matterhorn.
Pues manos a la obra!!
Hay que coger 3 telesillas consecutivos para cruzar a Zermatt.
Esta es la estación superior del último telesilla, a 3332m. Desde aquí ya se puede acceder a Zermatt.
Yo, el que escribe, con el Matterhorn de fondo.
Hoy sí que sí! Foto grupal!!! Arriba, de izquierda a derecha: Santi, Amadeo, Juan, Manolo, Sergio, Raúl e Isidoro. Abajo, de izquierda a derecha: Pau, Paola, Víctor y yo (Richard).
Todos rebosaban felicidad. Para mi era la cuarta vez que esquiaba en Zermatt, pero para el resto era la primera. Bueno perdón, Paola no, ella también ha esquiado allí en invierno y verano.
La verdad es que semejante "montañón", deja boquiabierto a cualquiera.
Ya sabéis lo que se dice de esta montaña...
¡¡Que es la más bonita del mundo!! Las calles de Zermatt lucían un blanco impoluto.
Y la vista del Matterhorn desde aquí es la mejor.
Pero bueno, nosotros a lo nuestro ¿verdad Sergio?
Al llegar a Riffelberg, cogimos el tren que te sube al observatorio de Gornergrat.
Todos los gatos expectantes en el mítico tren cremallera de Zermatt. Si vas a Zermatt a esquiar por primera vez, coger este tren es 100% recomendado, casi obligatorio diría yo.
Y al llegar a la estación superior de Gornergrat, te quedas embobado mirando al pico Monterosa (4.632m) y sus glaciares.
Y si miras al otro lado....te encuentras con el otro cuatro mil, el Matterhorn.
Las vistas desde este observatorio son la bomba!!
Para mí, Gornergrat es el mejor mirador de cuatro miles de Europa!!
Otra fotito del grupo completo!! Que buen rollo transmitimos!!
Madre mía, tanta belleza de la naturaleza volvía locas a nuestra cámaras.
Pero bueno, los gatos no han venido desde Valencia hasta Zermatt solo para hacerse fotos. ¿Verdad Isidoro?
Yo me decía: Aquí hemos venido a descargar adrenalina!!
Dale caña Manolo!!!
Nos cruzamos toda la estación de Zermatt, por las partes altas, llegando incluso hasta la cima del Rothorn. Después, tocaba un rápido descenso para regresar a la estación de Furi y retornar hacia Italia. Al cambiar de país, el tiempo se puso feo, muy gris, haciendo resaltar los bloques de hielo del glaciar Suizo.
La visibilidad era muy plana, no había niebla, pero no veías el relieve.
Si echas la vista atrás, puedes ver por dónde has bajado, la mítica pista Ventina. Una pista realmente fantástica, aunque nosotros ese día concretamente, no pudimos disfrutarla por la visibilidad.
Al llegar a Cervinia, vueltecita por las calles del pueblo.
Paola se rebozaba por la nieve...
...mientras, otros buscaban bares...
...otros de compras...
.... y Pau disfrutando como un niño!!
La verdad es que fue un día de categoría, en la mejor compañia. ¡¡Venga esos Gatos!!
Todo salió perfecto pero, algo tenía que salir mal. En todos los grandes viajes, hay alguna situación inesperada que, si no sabes solucionarla, te puede amargar un viaje. Y exactamente eso fue lo que nos pasó a continuación. De regreso de Cervinia a nuestro alojamiento, la furgoneta y el coche de los compañeros, tenían problemas serios de motor. Circulábamos lentísimos, a tirones, el motivo, el congelamiento del combustible. Las temperaturas de -15 que se habían registrado en el parking de la estación de Cervinia, habían provocado que la furgoneta fallara y tuviéramos que llamar al servicio de grúas y tal. A duras penas llegamos hasta el apartamento, y ya desde allí se gestionó todo a base de llamaditas de teléfono. ¡Un calvario! El caso es que antes de cenar se llevaron nuestros coches con una grúa. Al día siguiente, tocaba llamar a la oficina del alquiler de Hertz en el aeropuerto, para ver que opciones nos daban. ¡¡Vaya bajón!!