Para mejor entender lo que ha significado emocionalmente, en nuestro caso, poder disfrutar de esta semana de esquí, lo mejor es exponer nuestros antecedentes como practicantes cautivos del esquí.
Tengo 67 “primaveras”, y comencé a deslizarme a los 10 años de edad, lo que significa que esta es mi 57 temporada sobre las tablas. La Abuela tiene 68 (por cierto, muy bien llevadas), y le inoculé el virus del deporte blanco, cuando, a la temprana edad de mis 15 años, nos hicimos novios. Haciendo un simple cálculo, ella inaugura este año su 52 temporada. Lo se, una “hartá” de años juntos, pero que nos quiten lo “bailao”.
Hemos esquiado en casi todas las estaciones nacionales; Andorra; Pirineos franceses y, allá por el año 1973 (en el viaje de novios), en una pequeña estación alemana de nombre Sëntís. Claro está, pasaba el tiempo, y nos faltaba dar el “salto” (no el del “charco”, que si se pone a tiro, también), a esos otros ilustres y renombrados dominios esquiables de Los Alpes. Y lo teníamos que hacer a una edad todavía temprana, como la actual, porque, aunque nuestro objetivo es cumplir los 100 años de edad disfrutando de las pistas, no me veo yo a esas fechas, “tragándome” en el coche, los 1.600 Km que me he metido ahora entre pecho y espalda. Miento, no solo he conducido yo, puesto que nos acompañaron mi hijo y su esposa, y ellos también condujeron.
A lo que vamos. Esta escapada, se pergeñó en la pasada KDD.11 en Vallnord, cuando en una conversación con nuestro insigne compañero del foro y amigo, Nacho Campos (Alpeski), le comenté nuestro deseo de conocer Los Alpes. Dada nuestra condición personal, queríamos una estación pequeña y coqueta, con pistas “cómodas”, con un après-ski moderado, y el alojamiento a “pié de pistas” (vamos, salir por la puerta con los esquís puestos). Su respuesta fue inmediata: “Vuestra estación es Vars, en los Alpes franceses, y vuestro alojamiento es, Les Chalets de Rennes”.
Matizó: “Es una estación pequeña -comparada con otros dominios más conocidos-, con 180 Km de pistas, la mayoría entre árboles”. Pensé: ¿Pequeña con 180 Km de pistas?. ¡¡¡Como serán las demás!!!.
Dicho y hecho. Dada la reconocida profesionalidad de Nacho Campos y su esposa Victoria (Alpeskí), no lo dudé ni un momento, y en Agosto cerré con ellos la escapada. A última hora se apuntaron mi hijo pequeño (35 años), y su esposa.
Haciendo un inciso. Nacho no se equivocó, su recomendación fue acertadísima. La estación es ideal, y los apartamentos, “Les Chalets de Rennes”, inmejorables en todos los sentidos. Y desde aquí, les doy públicamente mil gracias a Nacho y a Victoria, por conseguir que nuestro deseo se haya cumplido más allá de lo que pensábamos.
Lo se, esto tiene toda la pinta de acabar en una “batallita” más del Abuelo, pero os ruego indulgencia, y que me permitáis compartir con vosotros, de forma gráfica, esta experiencia tan deseada. Es lo que tiene ser un casi setentón enamorado del esquí.
Continuamos.
Después de desplazarnos desde Galícia (donde vivimos), hasta Madrid, para pasar las Navidades en familia (mis padres con 96 años; hijos; nietos; hermanos y demás), el día 08, atiborramos el coche de pertrechos y, la Abuela; mi hijo; su mujer y yo, nos pusimos en camino para deglutir los 1.300 Km que teníamos por delante. Una parada técnica para dormir en Lérida. Al día siguiente, a por los 800 Km que faltaban. Todos por autopistas de peaje. Por cierto, el peaje en Francia, desde La Junquera hasta Gap (cerca de Vars), cuesta 32 €. Considero que barato, siendo casi 500 Km de autopista. Llegamos a Vars a eso de las 8 de la tarde.
Desde primeros de Diciembre, la cosa pintaba bastante fea, debido al puñetero anticiclón. Había poca nieve, y las pistas que estaban abiertas, era gracias a los cañones. Dos días antes de llegar, comenzó a nevar, y fue como el maná. Seguramente, el haber practicado todos los foreros la danza de la lluvia (en este caso, de la nieve), durante Diciembre, surtió efecto. Así que, para la próxima, ya lo sabemos.
FOTO 1.- Todas las cosa deben estar en su medio natural, y Nevasport, conmigo, siempre lo estará.
FOTO 2.- Cuando llegamos, había nevado la noche anterior, y el último km de carretera hasta nuestra residencia estaba dificilillo, así que, aparcamos a unos 100 mts de los apartamentos. Nevó toda la noche, y así estaba el coche por la mañana. La cosa pintaba bien.
Una cosa que me resultó llamativa e inexplicable. Siendo una estación de esta envergadura, la carretera no estuvo limpia en toda la semana, había que utilizar cadenas, aunque solo nevó los 2 primeros días. Por la mañana pasaban una quitanieves y una pala excavadora, pero no se echaba ni sal ni otro producto, por lo que el resultado era una capa en la carretera cada vez más compactada y helada. Los viales de acceso a los hoteles y apartamentos estaban impracticables. Era tal, que nuestros apartamentos tenían parking cerrado, y no se podía acceder a el. Así que, el coche al descubierto. Con motivo de tener que limpiar la zona donde estaba aparcado, me dejaron una nota de color amarillo chillón que decía, que tenía que retirar el coche bajo amenaza de multa. Cadenas al coche para subir 100 mts a otro aparcamiento. El mismo cantar una vez más. Todo un detalle. Y eso que el resto de la semana no nevó, es más, hizo sol (eso si, a 13 ºC bajo cero), pero que colaboró a que el sábado de vuelta a casa, ya no se necesitaran cadenas.
FOTO 3.- Así estuvo la carretera durante toda la semana.
Nuestro complejo de apartamentos era perfecto. Tenía contratado uno de 4 personas, pero como a última hora se sumaron mi hijo y mi nuera, gracias a un comentario de Nacho Campos a Jean Baptiste (dueño del complejo), tuvieron el detalle de darnos uno de 6 personas. Un duplex amplio e impecable, dotado de todo el ajuar que os podáis imaginar.
FOTOS 4; 5 Y 6.- Las vistas desde el apartamento eran fantásticas. Frente a frente a una zona de pistas. Puro “a pié de pista”. El guardaesquís estaba en el parking, así que salías con los esquís puestos desde ahí, y a 25 mts había un telesilla que te subía a la zona de pistas.
El dominio esquiable estaba compuesto por 2 áreas diferenciadas, pero comunicadas, Vars y Risoul 1850. La suma total es de 180 Km de pistas. Las pistas de las zonas bajas son amplias, y entre árboles, una preciosidad. Me llamó la atención que las pistas verdes eran como las azules nuestras. Las azules, tenían tramos -bastantes-, de lo que llamaríamos rojas, con algunos tramos de nivel negro. Las negras no las caté, que no está el “body” para machadas. Allí está la pista Chabrieres (algo tenebroso), pues es donde se realizan las pruebas de velocidad de esquí. El récord lo tiene, desde Abril, Simone Orijone, con 252 Km/h. Su longitud es de 1.400 mts con un desnivel de 435 mts (La pendiente máxima es del ¡¡98%!!, y la media del 52,5%). Ojo al dato, está abierta al público por si algún osado quiere bajarla. ¡¡¡Olé!!!.
Vars tiene 3 áreas diferentes para acceder a pistas, distanciadas 1 Km entre ellas, pero gracias a unos autobuses gratuitos (navettes), con muchas paradas intermedias, te puedes mover de una zona a otra, desde cualquier punto, con rapidez.
FOTOS 7; 8 Y 9.- Estés donde estés, las vistas y el entorno son únicos.
FOTOS 10 Y 11.- Este es el largo camino, en la zona alta, que comunica Vars y Risoul 1850. Las vistas desde ahí y la tranquilidad son únicos. El silencio solo lo rompe el roce de tus esquís en la nieve cuando deslizas tranquilamente por el casi horizontal camino.
FOTOS 12 Y 13.- Esta larga pista, es la que accede desde el camino hasta Risoul 1850. El primer tramo, de unos 300 mts es negro, después pasa a azul, y al final, poco a poco, es verde. Una auténtica gozada. En su recorrido hay dos cafeterías, una de ellas con un pequeño hotel (eso si es pié de pistas).
FOTO 14.- Este es el centro neurálgico de Vars, donde se encuentra el teleférico Chabrieres, que te da acceso a la zona alta.
FOTO 15.- Una “posturita” del Abuelo. La edad me permite estas licencias.
FOTO 16.- Aquí la Feliz pareja. Orgullosos de mantener viva la pasión (por el esquí, eh).
FOTO 17.- Un momento de relax después de tantas emociones. ¿Cansado?. No, las 2 horas de gimnasio durante todo el año me mantienen como un chaval. Pero, hay que hidratarse y alimentarse regularmente durante la jornada.
FOTOS 18 y 19.- La Abuela, exultante y feliz, como una rosa. Ama más el esquí que yo, que ya es decir. Hidratándose también, y disfrutando del entorno.
FOTOS VARIAS EN FAMILIA. Mi gorro tricolor con su gallo y todo, se que le hace tilín a nuestro querido compañero Carolo. Comprado en Saint Läry hace como unos 25 años. Si es que cuidamos muy bien el material.
Y como colofón de la batallita, la inequívoca demostración de que disfrutamos de unas “birras” y de la gastronomía local. Como debe ser.
FOTOS DEL EVENTO GASTRONÓMICO.- Una exquisita raclette de queso autóctono, acompañado de patatas; embutidos zonales y ensaladas varias. Pura envidia para Pantagruel.
Aquí debería aparecer un vídeo, de poca calidad, pues está tomado con la cámara del móvil, y en él podríais observar que, después de tantos años, sigo disfrutando cada día más, si cabe, de nuestro querido esquí. Pero, como soy bastante inútil para esto de las nuevas tecnologías, soy incapaz de que aquí aparezca el vídeo, para darle clic, y verlo. Copio y pego el enlace para los foros, pero ni así. Si un alma caritativa me lo explica, le estaré profundamente agradecido. (Primero lo he subido a Vimeo, y luego lo he descargado aquí, pero ni con esas).
EN LOS ALPES (Vars - Enero 2016) from El Abuelo Carver on Vimeo.
Gracias a todos por vuestra paciencia, aguantando una batallita más.