Nos hemos alojado en el hotel Grifone, media pensión. En Tripadvisor estaba como el mejor de la zona y la verdad es que nos ha gustado bastante. Buenas habitaciones, buen servicio, buena comida. Traslado y retorno a pistas en furgoneta, todo el día, sin esperas, aun estando el hotel lleno. Había piscina, pero no fuimos. El único pero, que casi no hay cobertura de móvil dentro del hotel, aunque sí wifi gratis.
Passo Campolongo está bien situado, ya que se concentran 4 remontes que te llevan a 3 zonas distintas del dominio: Arabba, Corvara y San Cassiano.
En general, los remontes son bastante buenos y rara vez tienes que quitarte los esquís para acceder a los mismos, cosa que sucede en Arabba, Selva y La Villa. Las pistas bien pisadas, anchas, y aunque en los valles cuando vas de un pueblo a otro hay mucha pista azul, hay también muchas pistas negras y rojas muy interesantes. Es fácil orientarte, sobre todo si quieres hacer la ronda, que está marcada en naranja si se hace según la dirección de las agujas del reloj o en verde si es al contrario. Además, hay muchos mapas de pistas de grandes dimensiones en cada zona, a la entrada o salida de los remontes, que para los que tenemos ya vista cansada vienen genial.
De todas maneras, siendo la oferta puramente de esquí muy interesante, no mejora la de otros grandes dominios. En cambio el paisaje es de una belleza insuperable. He estado en muchas estaciones de esquí en varios países y nunca había esquiado en un sitio tan bonito. Creo que es un sitio al que hay que ir al menos una vez en la vida, si las circunstancias te lo permiten.
En cuanto al viaje, elegimos volar a Milán y, claramente, nos equivocamos. Puedes conseguir vuelos baratos, pero luego el viaje es largo. Son 386 kms (desde Malpensa), de los cuales 322 son por autopista, con mucho tráfico. Los últimos 64 kms son muy pesados, teniendo que subir 2 puertos de montaña, que casi te lleva 2 horas. De todas formas, si te quedas en Selva di Valgardena te ahorras 16 kms y los 2 puertos. El único pero, que Selva es una ciudad grande y no sé cómo de fácil (y económico) puede ser encontrar un alojamiento cercano a algún remonte.
Hemos tenido buen tiempo. De los 4 días, sólo el segundo nevó, pero con buena visibilidad y sin viento. El día que volvíamos, que no esquiamos, si hubo fuerte viento e incluso en Valgardena hubo una avería importante en un telecabina por esta causa.
El primer día fuimos a Valgardena por Corvara, para hacer media ronda, en contra-dirección las agujas del reloj. Una vez en Passo Valgardena tienes una buena bajada a Selva. De ahí tomamos un funicular y bajamos Saslong, una pista negra larga y divertida que te lleva a Santa Cristina, donde puedes coger un tren que te lleva a la zona de Col Raiser y de ahí puedes tomar una silla y llegar a Seceda para esquiar hasta Ortisei, una bajada larguísima (pista de 10,5 kms. y que salva un desnivel de 1.250 m.) y en su mitad final en un valle muy encajonado y con bonito paisaje. Por tiempo no nos fuimos al otro lado de Ortisei, hacia las pistas que conectan con Alpe di Suisi, además de que no teníamos muy claro como conectar, pues está como a 1,5 kms.
Passo Valgardena, vistas a Valgardena
Seceda
Luego volvimos a Selva, donde esquiamos algo más por la zona y más tarde hacia el hotel. La última bajada del día, una buena pista negra llamada Vallon, desde la cual se llegaba esquiando donde nos recogía la furgoneta del hotel.
Cima de Vallon
El lunes empezó a nevar al levantarnos, pero sin viento. Nos fuimos a la zona de San Cassiano y La Villa. El descenso a La Villa también se hace por una pista negra muy interesante. Desde ahí seguimos hacia Badia, donde subimos a la zona de La Santa Croce, esquina noreste de Alta Badia. Cuando nos bajamos en el último remonte había un cartel que marcaba un iglesia a 100 metros montaña arriba. La verdad es que mereció la pena subir el corto trayecto porque llegamos a un conjunto de edificaciones, una iglesia, una posada y algunos cobertizos, al pie de unas paredes de piedra verticales de bastante altura, muy bonito. Además, ya había dejado de nevar y hasta salió el sol. Después de tomar algo, regresamos a Corvara y luego a Colfosco, que tiene un par de pistas escondidas a la vista desde el pueblo, Forcelles (roja) y Col Pradat (negra) que son divertidas. Y más tarde, directos al hotel.
Preparados para bajar la pista "Gran Risa" hasta La Villa
Santa Croce
Interior de la iglesia en Santa Croce
El tercer día amaneció completamente despejado y decidimos ir a la Marmolada. La idea era tan buena que la tuvo también el 80% de la gente, por lo que sufrimos un par de colas para coger remontes de más de media hora. De Passo Campolongo fuimos a Arabba, cruzamos el pueblo a pie, y tomamos un telecabina del que nos bajamos en la parada intermedia y allí tienes que coger una silla (Sass de la Vegla) de dos personas, antigua, de pinza fija, y que presentaba una cola de 200 esquiadores. No entiendo como siendo un remonte necesario para ir a la Marmolada pueden tener ahí esta antigualla. De ahí seguimos hasta Padon donde tomas un pista roja y luego azul, larga, que te lleva al pueblo de Malga Ciapela, donde parte el primer funicular de los tres que hay que tomar hasta llegar a lo alto de la Marmolada. Allí otra cola importante de gente. Total, que de Arabba hasta que llegamos a la cima tardamos 2 horas.
La Marmolada dese Padon
Pero merece la pena, aunque sólo sea por las vistas, imponentes. Arriba de la estación superior hay una terraza panorámica con casi 360º de campo de visión y donde se ve muy bien la Sella Ronda y muchísimas más montañas. Un espectáculo dela naturaleza. También se puede visitar la Grotta de la Madonna, que fue inaugurada (creo) por Juan Pablo II.
Vistas desde la terraza de la Marmolada
La bajada de la Marmolada es por una pista roja ancha y con buena pendiente, y muy larga (casi 12 kms.), ya que salvas una gran desnivel (1.820 m.). Había algunos esquiadores que salían fuera de pista pero es una zona que si no conoces puede ser peligrosa, por los cortados. Por la tarde estuvimos por la zona de Canazei, con varias pistas rojas divertidas. De vuelta a casa, bajamos una negra que hay en Arabba, creo que es nueva de este año, muy divertida.
El último día amaneció despejado. La idea era hacer la ronda en el sentido de las agujas, llegando a Valgardena y vuelta. Pasamos por Arabba y Canazei y allí tomamos una cabina que lleva a Pradel y desde allí hasta Valgardena, donde disfrutamos de más pistas de la zona que no habíamos hecho el primer día. De regreso queríamos subir a Passo Pordoi, por ver las vistas y para bajar un fuera de pista que no parecía excesivamente complicado, pero se nubló el cielo y se redujo bastante la visibilidad, por lo que no tenía mucho sentido. Si vuelvo, es el primer objetivo.
En resumen, magnífico viaje y que pienso repetir. En cuanto mi hija tenga algunos años más y aprenda un poquito, me la llevo para allá. Este año ya ha ido por primera vez a Sierra Nevada, espero repetir con ella en abril otro fin de semana, y habrá que ir por Xanadú.
Pero me han gustado tanto los Dolomitas, que quien sabe, quizás Cortina el próximo año. O Ischgl. Ya veremos, imposible errar, no?.
Saludos