No hace falta ir a Japón para el paraíso del Powder
Siempre que nieva de norte, es la gran privilegiada. Hoy Soto, mi hijo Marc y yo, hemos decidido no esquiar en Masella y explorar los alrededores.
Cuando una estación dá gruesos de nieve, siempre me fijo si hay una foto de una mesa o un banco. Allí se puede ver claramente lo que ha caído.
Esta vez decidimos descubrir formigueres. Aunque Soto ya la conocía y nos hacía de guia. Para mí y mi hijo era nuevo.
Aunque la parte de arriba estaba cerrada por viento, hemos tenido más que suficiente para poder disfrutar del verdadero powder.
Había más de 1,5 metros de nieve. Esquiando con los esquís hundidos hasta las rodillas. Una pasada.
Mi hijo entrando fuera pistas. Soto ya iba por delante.
Esquiar en nieve profunda y tierna no es facil. Los tres llevabamos soul 7. Mi hijo 164 yo con 80 kg 172 y Soto 180.
Todos nos hundíamos en la nieve, pero probé los soul 180 de Soto y realmente flotaban más que los míos, con una espátula más pronunciada.
A decir verdad , hoy hubiera necesitado los 188 o incluso unos esquís de 120 de patín. De todas maneras hemos disfrutado como niños.
Aquí se puede apreciar a nuestro guía, Soto, con nieve a las rodillas.
y aquí en medio del bosque saltando y literalmente tragando nieve como en los videos de powder.
Aquí, soto saltando
No hay nada como tener el paraíso del powder cerca de casa..
Y más, ... Para coger velocidad, seguíamos las trazas de algún otro esquiador, surcos de 40 cms o más, y luego viraje y a dejar nuestras propias huellas. Épico.
Apenas asoman las puntas de los esquís,. Cuando esquías en powder, es como un baile, subes y bajas, es como si tuvieras muelles, y en el momento álgido es donde haces el viraje. Bueno, esto hoy no siempre salía bien. Es una sensación buenísima. Y además a una hora de Masella.
Aquí otra muestra más del grosor de la nieve.
esquiando con nieve a rorillas y mi hijo virando mirando hacia los árboles, es un crack.
Esta pala fué buenísima, sin estrenar. Aquí soto enterrado intentando salir.
mi hijo dejando sus huellas, y virando justo al lado de los árboles donde no había huella, sin miedo.
Para mí, una de las mejores palas, libres de árboles. Para soto algo lenta, Yo cogí carrerilla.
Luego nos adentramos en bosque más espeso.
Y en una de las aceleradas en las huellas de otro, viré a la izquerda y me topé con un tronco uff.. voltereta.
Suerte que no pasó nada.
Soto vino a ayudarme y caminando, la nieve le llegaba al pecho. Aquí ya se había acabado la batería de la cámara.
Un gran dia de esquí y con muy buena compañía.
Hasta pronto.